Dixie Edith - Red Semlac / Foto cortesía de la entrevistada.- La pandemia de covid-19 no solo afectó la salud de las personas, también impactó en la manera en que se manifiesta la violencia, generó enormes cargas domésticas esencialmente para las mujeres y cambió las dinámicas de vida de prácticamente todo el mundo. En consecuencia, los espacios de atención psicológica y muchas consejerías sobre sexualidad y violencia de género o intrafamiliar, por solo citar algunos, también tuvieron que transformase y mirar a las tecnologías y las redes virtuales.
¿Cómo vivió ese cambio radical el Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex)? La psiquiatra Yamira Puentes Rodríguez, especialista del Cenesex, comparte sus experiencias y lecciones aprendidas en estos meses.
A partir de la experiencia de los servicios de teleasistencia, ¿podría valorar el impacto de la covid-19 en el comportamiento de la violencia de género?
Hay que tener en cuenta el contexto epidemiológico de la pandemia y la necesidad de aislamiento para la protección de las personas. Este aislamiento tuvo un fuerte impacto en la salud mental, se dispararon síntomas psicológicos como ansiedad, depresión, trastornos del sueño y, obviamente, las violencias.
En la investigación que se hace del contenido emitido por los usuarios en los debates de AcompaSex, las violencias a las que más hacen referencia son la sexual y la simbólica.
Pero cabe destacar, además, que en varias oportunidades emergió entre quienes participaron en el grupo el incremento en el uso de las TICs en esta etapa y lo que llamaron «nuevas violencias” o ciberviolencia. Al decir de una de las moderadoras de unos de los debates (Talia), “sería interesante resaltar que la ciberviolencia es un reflejo de lo que ocurre off line”. Con la era digital se han modificado muchos aspectos de la conducta humana, pero ello no evita que extrapolemos lo que manifestamos en el mundo físico al mundo virtual.
¿Qué características esenciales tiene el servicio de teleasistencia del Cenesex? ¿Qué lecciones dejan estos meses de trabajar a distancia?
AcompaSex surge en enero de 2021, como parte de la estrategia del Departamento de Trabajo Comunitario para trasladar los servicios científico- asistenciales en modalidad presencial, a la virtualidad. En una primera etapa, sesionaba dos veces a la semana y, en la actualidad, tiene su horario fijo todos los jueves, de 4:30 a 6:00 de la tarde, en la plataforma de Telegram. Hasta el momento hemos tenido 41 sesiones…y seguimos contando.
En los análisis realizados en el grupo, según las fases de investigación por las que se ha transitado, se puede señalar que en una primera etapa existió mayor verticalidad en los debates por parte de quienes administraron las sesiones, para luego ir asumiendo una «horizontalidad», donde todas las personas van construyendo el conocimiento, con la participación de algunas que viven fuera de Cuba. La inclusión de activistas de las redes sociales del Cenesex (TransCuba, Mujeres lesbianas y bisex, HSH) le ha dado una «pluralidad» al servicio, muy necesaria para avanzar en los temas de inclusión.
El grupo se va oxigenando continuamente por la participación y las necesidades que van emergiendo en las dinámicas.
¿Cómo ajustar a distancia una atención para la cual el intercambio «en vivo» suele ser fundamental?
Para mí fue un reto. En 30 años de graduada como médica siempre he brindado la asistencia de manera presencial. La impronta en la que nos insertó la pandemia, al margen de todo el caudal de efectos negativos que produjo, prácticamente nos «obligó» a emplear las diferentes modalidades de teleasistencia para poder brindar la ayuda que necesitan las personas, ante la imposibilidad de desplazarse y salir de sus casas.
Extraño muchísimo toda la información que la comunicación extraverbal aporta, que puede ser sustituida por los emojis, stickers…y otros recursos que vienen en las Apk, pero que nunca serán lo mismo.
He de reconocer que la teleasistencia me ha permitido brindar servicios a todo lo largo y ancho del país, y que resultó muy útil en unos primeros intercambios con personas que presentaban comportamientos sexuales que les daba «vergüenza» compartir, pero que luego de una primera orientación son capaces de compartir en el grupo o se han derivado para seguimiento en consultas presenciales.
La teleasistencia «casi obligatoria» en tiempos de covid-19 ha servido para reconsiderar mi postura frente al empleo de las TICs y apropiarme de una serie de recursos que de seguro seguiré utilizando en la práctica.
¿Cómo seguir a partir de ahora? ¿Se mantendrá la teleasistencia?
De mi tránsito de una postura reservada frente al uso de las TICs hasta comprobar en vivo sus ventajas, puedo asegurar que ya las tengo incorporadas a mi práctica habitual. Mantendremos la experiencia de AcompaSex y, hasta el momento, aun no se han discutido todos los temas que han propuesto sus usuarios.
De hecho, ya tenemos pensado abrir otro servicio en esta modalidad, igualmente en Telegram, y dirigido a los temas de educación integral en sexualidad, para la protección de niños, niñas y adolescentes en temas de abuso sexual infantil y otras formas de maltrato. Este grupo estará coordinado por la especialista Ana María Cano López.
Es importante comentar también que los servicios presenciales en el Cenesex abrieron desde el mes de septiembre, manteniendo las medidas epidemiológicas establecidas por el Ministerio de Salud Pública y en tres líneas fundamentales: orientación y terapia sexual; atención integral a personas transexuales y atención al abuso sexual infantil y otras formas de maltrato en niños, niñas y adolescentes.