Isel Quintana Freyre - Radio Rebelde.- Ella sabe que hoy no es su mejor día. Acaba de levantarse de una terrible noche dedicada al alcohol y de estar compartiendo con sus “supuestos amigos” del barrio: Él es un alcohólico que no se reconoce como tal y ella la madre de sus dos hijos más pequeños, que no aguanta más la humillación que recibe cada vez que se bebe en su hogar.


Preocupada por la situación en la que diariamente conviven sus hijos, pregunta desesperada qué hacer ante tanta angustia de que los gritos, humillaciones, el maltrato público sea el patrón que caracterice el comportamiento de sus hijos y se reproduzcan con facilidad.

Pero no sabe qué hacer, a donde acudir, ni con quién quejarse y ante la propuesta de ir a la policía, prefiere callar y no denunciar. Entonces, ¿por qué no acudir a la Federación de Mujeres Cubanas?

Las Casas de Orientación de la Mujer y la Familia son espacios de reflexión, aprendizaje, orientación y recreación, creadas por la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) en los 155 municipios de todo el país desde el año 1990.

Su propósito es elevar la calidad de los programas y acciones que desarrolla la organización dirigidos a modificar conductas y actitudes estereotipadas en mujeres y hombres, jóvenes y adolescentes de ambos sexos en la familia y en la sociedad, las que dañan y limitan su pleno desarrollo como individuos.

Con el aumento sostenido de la violencia de género en todas sus manifestaciones y agudizado por las medidas de confinamiento provocado por la COVID-19, cada vez son más frecuentes las visitas de víctimas y sobrevivientes que solicitan respaldo de esas instituciones.

En el municipio Plaza de la Revolución se cuenta con una experiencia reconocida por los habitantes aledaños a la institución en cuanto a la atención priorizada que le brinda a los casos y denuncias de violencia que llegan con frecuencia.

Para Miriam de los Ángeles Beltrán, coordinadora desde 2015 de la Casa de Orientación de la Mujer y la Familia (COMF) del territorio, “no ha sido fácil el darle solución a cada caso grave que llega a la casa. Siempre hacemos hasta lo imposible por escucharlas, ayudarlas y crear un ambiente de confianza para que encuentren aquí un refugio de consolación”, comenta a Radio Rebelde.

 

Invitada al programa de Cosas de la Vida de Haciendo Radio, la doctora de profesión explicó que la COMF basa su trabajo en cuatro líneas de acción. La primera es la acción individual, que es donde la persona acude aquí solicitando un apoyo o ayuda.

¿Cuál es el procedimiento para la atención de una víctima de violencia?

“Cuando llega una mujer o adolescente al lugar la atiende la recepcionista y le orienta que tendrá un encuentro conmigo. La hago pasar a mi oficina para crear un ambiente de confianza y motivarla o motivarlo para que hable. Escucho su historia y clasifico el tipo de violencia que está sufriendo”.

“En ocasiones me someto a dar soluciones y consejos que le brinda herramientas cuando la cuestión no es grave. Pero cuando veo que se me complica la situación, me apoyo en los colaboradores que de manera voluntaria brindan sus conocimientos en el desempeño de la tarea asignada por la institución”, explicó a Cosas de la Vida la Coordinadora de la FMC.

Miriam de los Ángeles Beltrán comenta que selecciona la especialista que atenderá el caso y trabajan en colectivo en búsqueda de la solución al problema, de manera tal “que verifiquemos, acompañemos e interactuemos con esa persona y llevemos su caso a las instancias pertinentes”.

“No solucionamos como tal los problemas, la solución no sale de aquí pero si el acompañamiento, la orientación más adecuada, que haya fluidez en la información, vamos llevando de la mano los casos así, hasta tanto lo dejamos por el camino correcto.

¿Hacen resistencia los organismos e instancias mayores?

“Pasamos un poquito de trabajo. Los Tribunales municipales y provinciales, así como la Fiscalía General de la República y sus dependencias siempre están dispuestos a estar con nosotros en la solución del problema.

“Tenemos un grupo de dificultades con la Policía debido al procedimiento de atención a las víctimas de violencia intrafamiliar. Como instancia pido un poco de conciencia para unirnos y trabajar apretados para darle solución al problema”.

La experiencia de Mirian de los Ángeles como Coordinadora de la Casa de Orientación de la Mujer y la Familia del municipio habanero de Plaza de Revolución no es la generalidad.

Existen aisladas consejerías de violencia de género tanto en La Habana como en el país que están abiertas a la población necesitada, con un resultado importante en el acompañamiento y solución de conflictos familiares relacionados con la violencia de género y sus diversas manifestaciones.

Mucho le queda por andar a la Federación de Mujeres Cubanas en crear y consolidar las ya existentes Consejerías de violencia de género en cada territorio del país. La tarea está dada y las federadas continúan en la batalla para cumplirlas.

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