Dedicado a la agroecología urbana y familiar, La Rocalla ha impartido el taller "De la maceta a la mesa", en el Centro Loyola. Foto SEMlac Cuba

Red Semlac.- Tener un espacio de encuentro común que les permita conocerse, desarrollar alianzas, capacitarse en función de las necesidades que van surgiendo en sus negocios, intercambiar con la comunidad y ofertar sus productos es un sueño concretado en el “Bazar Artesanías y manías” para más de 30 emprendimientos de mujeres en La Habana.


Con sede en el Centro Cultural Loyola Reina, ubicado en la comunidad de Los Sitios, en el céntrico municipio de Centro Habana, esta iniciativa mensual surgió en el pasado mes de febrero y en muy poco tiempo se ha ido desarrollando y ganando en participación.
Así comentó a SEMlac Sandra Rivero Reyes, una de sus organizadoras y creadora de “Danza con todo”, una pequeña empresa que se dedica a la producción, personalización y comercialización de artículos para danza y deportivos.
“Lo primero es entender que al bazar venimos a crear alianzas, buscar apoyos, contactos. La venta no es el objetivo número uno, lo cual no es algo común en todos los emprendedores. Tratamos de hermanarnos, sentirnos bien, pasar un rato agradable, aunque no vendamos; pensar cómo podemos hacer esto o aquello juntas, si a mí me funciona este producto junto al de otro proyecto…”, explicó.
“Bazar Artesanías y manías” es organizado y dirigido por cinco emprendimientos femeninos: “Sugiero Cuba”, una plataforma digital que aglutina a mujeres y hombres; “La Comarca”, dedicado a la creación de duendes articulados; “DecoLuz”, dirigido a la fabricación de lámparas con tuberías de PVC y que apuesta por el reciclaje; “Todo Pensao”, una tienda de artículos utilitarios e identitarios para el hogar, y “Danza con todo”.
El espacio agrupa diferentes tipos de experiencias como manualidades, cosmética y productos naturales, para decorar y útiles del hogar, dulces tradicionales, artículos danzarios y deportivos, pero, sobre todo, a muchas mujeres empoderadas que confían en sus potencialidades para desarrollarse ellas y la comunidad que las rodea.
Nayla Oliva, creadora de “La Comarca”, recuerda que en medio de la pandemia de covid-19 “Sugiero Cuba” fue fundamental para los disímiles emprendimientos que buscaban afianzarse en las plataformas digitales y empezaban a aprender a hacerlo. “Artesanías y Manías” sale de ese espacio virtual hacia el mundo físico, como un punto de encuentro, también determinante para el desarrollo de los negocios y el crecimiento personal de cada una de nosotras, dijo.

Escabella es un emprendimiento familiar de madre e hija, que apuesta por la confección de productos naturales para la salud y belleza del cuerpo, rostro y cabello.

“Habíamos participado en varias ferias y bazares y nos dimos a la tarea de organizar un bazar que tuviera ciertas y determinadas líneas en las que trabajar”, agregó Rivero Reyes.
“Nos acercamos al Centro Loyola, porque uno de sus proyectos, InCuba Empresas, se dedica a asesorar y a capacitar a emprendedores. Ya recibimos una capacitación de modelos de negocios y vamos a recibir una de Canva, que es una aplicación amiga, aliada de los emprendedores, porque te permite idear las plantillas para poder anunciar tus productos en las redes sociales. Luego, para contribuir con esta formación que recibimos, impartimos talleres a una comunidad definida, con la cual el centro trabaja”, explicó.
De acuerdo con Oliva, esa es una de las esencias de la iniciativa: apoyo en temas de superación. “A las mujeres las empoderamos, a la comunidad la apoyamos y le damos herramientas para que puedan buscar otras vías de sustento económico”, refirió.
Por ejemplo, la semana que recién terminó, “La Comarca” impartió durante cuatro días un taller de técnicas mixtas a niños y padres. En esa misma semana, uno de los emprendimientos de mujeres que participó en el evento Ellas emprenden, “La Rocalla”, impartió un taller en uno de los proyectos del Centro que se llama De la maceta a la mesa, apuntó Rivero.
“Fue una experiencia enriquecedora”, sostuvo Oliva. “El taller se había previsto para niños entre 10 y 15 años, y yo vinculé a los adultos acompañantes. Fue algo muy bonito, recuerdo a una abuela que nos comentó tenía eventos de depresión, ansiedad y tomaba medicinas. Cuando acabó el taller, nos pedía que no terminara, porque encontró un modo de canalizar todas esas preocupaciones y ansiedades que la misma cotidianidad le traía”.
Para Oliva, “Artesanías y Manías” es como un árbol con muchas ramas “que puede dar todos los frutos que seamos capaces de fomentarle desde nuestro trabajo. Contamos con el deseo y el apoyo de la comunidad, que ha trabajado junto a nosotras y nos ha respondido muy bien”, dijo la emprendedora de 39 años, para quien una de las principales fortalezas es que funcionan como una familia que comparte sueños, necesidades y soluciones.
“Lo que hacemos es buscar algún emprendimiento que se inserte en las necesidades de la comunidad. Lo hacemos aun con nuestras limitaciones y carencias de transporte, porque sabemos que si no mejoramos nuestras comunidades y nuestra sociedad, no vamos a llegar a ninguna parte, por muchos emprendimientos diversos, magníficos y desarrollados que tengamos todas”, consideró Sandra.

Otoño es uno de los proyectos del Centro Loyola, que apoya la confección de manualidades hechas por adultos mayores. Se insertó en el bazar para también comercializar sus productos e intercambiar con otros emprendimientos. Foto SEMlac Cuba

Construir juntas un espacio de bienestar
Aunque consideran que, en solo tres meses, desde que comenzó el proyecto, han logrado hacer muchas cosas, consideran que la frecuencia del bazar debe ser bimensual. “Es una oportunidad para dar a conocer el Centro Loyola, la funcionalidad que tiene este espacio para organizar eventos de este tipo que favorecen a los emprendimientos y los talleres de cualquier grupo etario, sobre todo infantil”, precisó la creadora de Danza con Todo.
En su opinión, el hecho de que muchos de estos negocios están de manera online hace que sea difícil acceder a todos los bazares, por la logística que llevan e incluso las cuotas que requieren.
“Organizar un bazar requiere mucho esfuerzo, somos cinco, con situaciones diferentes y negocios que hay que atender de manera independiente. Puede ser agotador, sobre todo si se aspira a más que vender”, señaló Rivero.
“En este lugar hay un teatro y tratamos de tener siempre ese espacio disponible para la comunidad. En esta edición y en las dos anteriores nos acompañó una compañía de fusión flamenca que es de Marianao. También por primera vez tuvimos a la compañía Alas, del municipio La Lisa, que ha estado implicada en proyectos artísticos del propio Centro Loyola y de la casa de cultura de Plaza, para brindarles la oportunidad de que se presenten”, comentó.
Pero el sueño común es convertir y registrar “Artesanías y manías” como proyecto de desarrollo local. “Sabemos que eso requiere un estudio, una profundización que es lo que nos está faltando”, añadió la entrevistada a SEMlac.
“Queremos contar también con un espacio en la comunidad, pues aunque la logística de preparar un bazar en ese tipo de espacios no es sencilla, apostamos a que Los Sitios tenga, al menos cada dos meses, un bazar donde comprar, disfrutar del arte, intercambiar y saber que pensamos en ellos”, afirmó.
Para Nayla Oliva, un elemento a favor de poder realizar estos proyectos es que cree que hoy es un mejor momento para que las mujeres emprendan, si bien aún hay muchos tabúes que derribar.
“Muchas están convencidas de que pueden ser mujeres empoderadas, emprendedoras, pero creen que tiene que ser también súper mamás, súper esposas y súper emprendedoras, y no se puede ser ‘súper’ sola en las tres cosas”, considera.
“El apoyo de la familia es muy importante, para poder enseñarles a nuestros hijos que podemos ser independientes económicamente, con un trabajo honrado y creando en aquello que nos gusta hacer. También para mostrarles a nuestras parejas que nosotras valemos más allá de los dogmas sociales como mamá, esposa y ama de casa, afirmó. Se trata, dijo, “de rentabilizar nuestro tiempo y talento desde aquello que nos complace”.

El bazar se convierte, además, en un espacio para disfrutar del arte. Foto SEMlac Cuba

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