Marilys Suárez Moreno - Revista Mujeres.- El año 1895 en Cuba, marcó el inicio de las hostilidades contra el ejército colonialista español. Artífice de aquella Guerra Necesaria, como él mismo la llamara, fue José Martí, muerto en combate el 19 de mayo de ese mismo año.
Para esta nueva etapa de lucha independentista, surgieron los llamados clubes patrióticos de la emigración. Se multiplicaron, no solo en territorio de los Estados Unidos, sino en muchos otros países, como muestra fehaciente de las simpatías que despertaba la lucha independentista que desarrollaba Cuba.
La guerra de emancipación contra el poder español, desde 1868, cuando estalló el 10 de octubre de ese año la llamada Guerra Grande, involucró a familias enteras que marchaban al monte a incorporarse a la contienda guerrera iniciada por otros grande de la patria cubana: Carlos Manuel de Céspedes.
La gesta continuada el 24 de febrero de 1895, organizada por Martí, tuvo otra forma de lucha y muchas mujeres, desde la emigración y agrupadas en los Clubes Revolucionarios Femeninos apoyaron la guerra, no solo realizando colectas y envío de medicamentos a los que luchaban en Cuba, sino como correos. Un ejemplo de ello es la artista y patriota cienfueguera Ana Aguado Andreu, quien ofreció su arte a la causa cubana y colaboró con cuestaciones y ayudas materiales. Fue tan loable la labor desempeñada por esta reconocida cantante lirica, que fue invitada por Martí a cantar en la velada artístico-literaria del Hardmann Hall, de Nueva York.
Máxima inspiradora de la labor de estos clubes patrióticos femeninos y fundadora del primero de ellos creado en el exilio, fue Inocencia Martínez de Santaella, quien en febrero de 1897 estableció otro de estos clubes, al que puso el nombre el de su compatriota, el general puertorriqueño Rius Rivera, a quien Martí tuvo en gran estima.
La labor del Club patriótico Femenino Mercedes Varona lambien tuvo el apoyo y el reconocimiento de Martí. En carta fechada en1893, El Maestro expresó:
“Si el Club Mercedes Varona pudiera morir, pudiese faltarnos su ejemplo, su espíritu; de seguro que permanecería vivo en la memoria”.
Otra activa colaboradora de estos clubes patrióticos femeninos fue Inocencia Valdés Fraga, La Niñita, secretaria del Club Mariana Grajales y una activa luchadora independentista y gremial.