El curso de posgrado, organizado por el Iipjm y el Cedem, en alianza con otras organizaciones de la cooperación internacional, buscó incorporar miradas interseccionales al análisis de las dinámicas demográficas, con énfasis en la fecundidad adolescente.
Red Semlac.- La presencia de discursos homogéneos sobre los fenómenos demográficos, que no particularizan en las diferencias por región, género, zona de residencia o edad, entre otras, estuvo entre las debilidades identificadas por periodistas durante un curso de posgrado celebrado la pasada semana en Las Tunas, a poco más de 600 kilómetros al este de la capital.
Íntimamente relacionada, la persistencia de discursos heteronormativos en medios de prensa, derivada de una insuficiente capacitación en género de periodistas y directivos, ha puesto obstáculos al tratamiento de asuntos como la baja fecundidad o el embarazo adolescente, coincidieron colegas participantes del I Curso de Posgrado Regional de Periodismo, Género y Dinámicas Demográficas: «Embarazo adolescente y sus intersecciones múltiples».
Durante la evaluación participativa del curso fue identificada como una necesidad urgente la capacitación de género para periodistas y directivos de los medios de comunicación. Foto: Reynaldo López Peña
Además de recibir entrenamientos en el empleo de estadísticas y actualización sobre el comportamiento de las dinámicas demográficas en Cuba, el grupo de 35 periodistas pudo debatir sobre otros factores asociados al embarazo y la nupcialidad temprana en el país y en sus provincias de origen: Camagüey, Las Tunas, Holguín, Granma, Santiago de Cuba y Guantánamo.
Una deuda que arrastramos de nuestra formación como periodistas es aprender a mirar las estadísticas con lentes de mayor complejidad y poniéndolas en contexto según el lugar y el momento concreto en que se construye la noticia, reflexionó Dixie Edith Trinquete, periodista y profesora del Centro de Estudios Demográficos (Cedem), de la Universidad de La Habana.
Es necesario aprender a mirar las estadísticas con lentes de mayor complejidad y poniéndolas en contexto según el lugar y el momento concreto en que se construye la noticia, explicó la periodista Dixie Edith Trinquete. Foto: Reynaldo López Peña
“Por ejemplo, al cierre de 2021 en Cuba la fecundidad adolescente disminuyó. Pero, si publicamos la cifra de manera aislada podemos construir un discurso sesgado de logros, solo desde ese único número”, explicó Trinquete.
Si bien disminuye el nivel de la fecundidad adolescente, esta bajada resulta muy lenta para nuestras condiciones educativas o sanitarias. Y, sobre todo que, si bien en los últimos dos años la cifra efectivamente ha disminuido, el aporte de las madres de estas edades a la fecundidad general del país ha crecido, precisó la periodista.
O sea, si en 2019 los partos de madres de entre 15 y 19 años representaban el 16,7 por ciento del total de nacimientos en Cuba, en 2020 esa cifra subió a 17 por ciento y en 2021 a 17,1; lo cual indica un “escenario de preocupación”, argumentó Trinquete, quien coordina la Cátedra de Periodismo y Demografía del Instituto Internacional de Periodismo José Martí (Iipjm).
Para la psicóloga Livia Quintana Llanio, asociada de programas del Unfpa, cada vez es más evidente la necesidad de atender los determinantes y vínculos de esta problemática desde una mirada articulada, además de concebir la prevención teniendo en cuenta las opiniones y demandas de los grupos de adolescentes.
Cuba cerró 2021 con 49,2 nacimientos por cada mil mujeres entre 15 y 19 años, una estadística que incluye los partos de niñas menores de 15. Pero justo las seis provincias donde el curso focalizó sus miradas superan la media nacional: Camagüey (54,2), Las Tunas (59,3), Holguín (58,7), Granma (68,2), Santiago de Cuba (57,7) y Guantánamo (64,5).
Profundizar en las implicaciones específicas que tiene el embarazo adolescente en las familias, instituciones educativas, jurídicas, de salud y la sociedad de esos territorios y qué relación guarda con las desigualdades de género y las violencias, en cada caso, quedó como desafío para quienes participaron de la capacitación.
Convocado por la cátedra de Periodismo y Demografía y la de Género “Mirta Aguirre” del Iipjm, en alianza con el Cedem, el curso también exploró las repercusiones individuales y sociales que se derivan del embarazo temprano y el papel de la comunicación y los medios de prensa en ese escenario, con apoyo del Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa), Oxfam, la Embajada de Francia en Cuba y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
El encuentro, que cerró el 2 de septiembre con un diagnóstico de comunicación y un taller de proyectos periodísticos, también contó con el apoyo de la Unión Nacional de Juristas de Cuba (Uncj), especialistas de universidades de las provincias participantes y de los Observatorios Demográficos territoriales.
Profundizar en las implicaciones específicas que tiene el embarazo adolescente en cada territorio y qué relación guarda con las desigualdades de género y las violencias quedó como desafío para quienes participaron de la capacitación. Foto: Reynaldo López Peña
Reposicionar la comunicación
Los procesos demográficos, y en particular la fecundidad temprana, se sostienen en decisiones de las personas y las familias, por lo cual son necesarios procesos articulados y consecuentes de comunicación y sensibilización, insistieron conferencistas durante el curso.
Una necesidad es incluir los temas en las agendas editoriales de los medios, pero también en las individuales de los periodistas, pues ello visibiliza el reto del aprendizaje propio, y no solo de la necesidad social del tratamiento de los temas, argumentó la periodista Adalys Ray, presidenta de la Unión de Periodistas de Cuba (Upec) en Las Tunas y una de las conferencistas.
A su juicio, partir de perspectivas de género para el ejercicio periodístico es esencial, pero se complejiza ante una cultura profesional más preocupada “por la portada del día, la noticia del momento, el titular más inmediato y no siempre por la innovación y las conceptualizaciones críticas y humanistas más actuales”, precisó Ray.
Por su parte, Ariel Terrero, director del Iipjm y también profesor, instó a no prejuzgar una realidad antes de investigarla, pues ello puede llevar a errores que restan credibilidad.
“Los datos estadísticos no son para confirmar lo que uno piensa, sino para mostrar patrones de la realidad, que luego debemos investigar y consultar con fuentes especializadas”, precisó Terrero.
“En los medios de comunicación se necesitan abordajes que sacudan, que conmuevan”, recomendó la psicóloga Aida Torralbas. Foto: Reynaldo López Peña
Para la psicóloga Aida Torralbas, de la Universidad de Holguín, se necesitan más investigaciones de corte cualitativo, narrativas, que relacionen fenómenos como el embarazo adolescente con problemáticas como la violencia de género y otros elementos directamente relacionados con su comportamiento.
“En los medios, en particular, se necesitan abordajes que sacudan, que conmuevan, y no reiterar siempre los mismos discursos, de las mismas maneras”, recomendó Torralbas.
Durante la evaluación participativa del curso, la baja percepción del riesgo del embarazo adolescente a nivel social en la mayoría de los territorios foco de análisis, derivada de herencias y patrones culturales muy patriarcales, fue identificada como una amenaza que impone desafíos múltiples a los medios.
Periodistas y especialistas llamaron a seguir promoviendo la capacitación de género y el acceso a fuentes estadísticas, esenciales para poder realizar abordajes sistemáticos y de calidad sobre estos asuntos.
“El curso ha propiciado el intercambio sobre un fenómeno convertido en problema social y la construcción colectiva de rutas para el tratamiento de estos temas desde los medios de comunicación”, opinó Iris Hernández Rodríguez, periodista de Las Tunas.