Revista Mujeres.- Cuba presentará ante la Asamblea General de Naciones Unidas el más reciente informe sobre los efectos del bloqueo, entre el 2 y el 3 de noviembre próximos, y pondrá de esta forma a consideración del órgano internacional, por trigésima ocasión, el tema de la agenda titulado “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba”.

Bruno Rodríguez Parrilla, Ministro de Relaciones Exteriores de la República de Cuba, declaró en rueda de prensa que «esto ocurrirá en un contexto especial, marcado por los efectos devastadores del huracán Ian, por los efectos de una crisis global multidimensional que incluye una crisis económica internacional y una amenaza inminente de recesión global, crisis alimentaria, crisis energética, crisis de salud, y otras. En un contexto también de recrudecimiento, sin precedentes del bloqueo contra Cuba, que viene de la segunda mitad del 2019, a partir de una política del Gobierno Republicano precedente de los Estados Unidos, de asfixia económica, de guerra económica, de buscar deliberadamente el colapso de la economía cubana y del país, sin medir las graves consecuencias humanitarias ni los impactos de ese objetivo, que nunca se cumplirá, pero que provocaría, sin lugar a dudas, consecuencias impredecibles».

De acuerdo con Cubadebate, «solo entre agosto de 2021 y febrero de 2022, esta política causó pérdidas a Cuba en el orden de los 3 806,5 millones de dólares. La cifra es 49% superior a la reportada entre enero y julio de 2021 y representa un récord en apenas siete meses».

Más allá de la duda, de la manipulación mediática, de las mentiras, el bloqueo existe y tiene –ha tenido y tendrá- sus consecuencias fatales. Las que vemos en cada casa, en los lugares más comunes y en las altas relaciones diplomáticas. Preguntémonos, entonces, si el bloqueo contra nuestro país no es una política que afecta, de manera sistemática, la vida de cubanos y cubanas; asimismo, no puede haber duda de que constituye una violación de los derechos humanos de la nación.

El recrudecimiento del bloqueo contiene medidas agresivas aplicadas durante el Gobierno del ex presidente Donald Trump y que, en su gran generalidad, todavía permanecen vigentes; a su vez, ha estado acompañado de un incremento de la agresión política, mediática y comunicacional. Asimismo, se busca quebrantar el orden constitucional y el consenso social, incitar la migración irregular y afectar las condiciones de tranquilidad y seguridad ciudadanas. 

«Persiste el empeño de generar carencias materiales, escasez, sembrar el desaliento, la insatisfacción y provocar daños al pueblo cubano», enunció Rodríguez Parrilla.

«Solo en los 14 primeros meses del gobierno de Joseph Biden, los daños ocasionados por el bloqueo de Estados Unidos contra Cuba ascendieron a 6 364 millones de dólares, lo que representa una afectación de más de 454 millones de dólares mensuales y más de 15 millones de dólares diarios, de acuerdo con el documento», informó el portal Cubadebate.

Recordemos, también, que el pasado 16 de mayo, el presidente de los Estados Unidos anunció otras medidas en materia de visados, migración regular, vuelos de estadounidenses al país y remesas. Al respecto, el canciller expresó que «son un paso en la dirección correcta, pero de un carácter muy limitado».

Pero las acciones tomadas por Biden no hace referencia a los aspectos más dañinos del bloqueo ni revierten las medidas más violentas impuestas por el Gobierno de Trump.

«El bloqueo ha escalado a una dimensión cualitativamente más dañina e inhumana y que, en el contexto de crisis global en los sectores sanitario, energético, alimentario y ambiental, Cuba ha debido enfrentar adicionalmente el recrudecimiento sin precedentes de esa política obsoleta de Washington».

Una lectura realista de la situación nos permite afirmar que el gobierno estadounidense procura obstaculizar las posibilidades de avance económico en la Isla, donde el escenario general es de una profunda crisis global, agravada por la pandemia de la COVID-19.

¿Cómo afecta el bloqueo económico, comercial y financiero a las mujeres cubanas?

En el pasado año, un Informe de Oxfam reveló algunos datos sobre la afectación que tiene para las mujeres cubanas el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto, hace seis décadas, por el gobierno de los Estados Unidos. La investigación tuvo como referencia un estudio del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial.

Dicho análisis se centra, mayoritariamente, en la dimensión humana del diferendo; recoge testimonios sobre el significado del bloqueo en la cotidianidad de las mujeres que viven en nuestro país, sin embargo, se incluyen datos históricos e información sobre las políticas aplicadas.

«Los daños reales producidos por los vaivenes de la política norteamericana violentan los derechos de la ciudadanía cubana, obstaculizan el desarrollo local en las esferas económica, social y ambiental. Entorpecen el acceso a medicamentos para tratamientos específicos y a insumos para la producción de pruebas que permiten el diagnóstico de la COVID-19 o a equipamientos y materiales para la producción de las vacunas cubanas y su aplicación», resumió el informe.

El diferendo estadounidense perjudica a las mujeres en el ámbito privado, en el cual se suele llevar el mayor peso en la reproducción y la sostenibilidad de la vida cotidiana; y en la esfera pública, al no encontrar respuesta a las demandas. De igual modo, señaló que el desabastecimiento -originado por el bloqueo- amplifica los roles tradicionales de las mujeres.

«Estamos seguros de que, en un escenario sin bloqueo, es posible incrementar la protección social en beneficio de quienes más lo necesitan, apoyar el ejercicio de los derechos de las mujeres y desarrollar el sector privado», enfatizó Elena Gentili, directora en La Habana de esa confederación internacional.

Además, cabe resaltar el documental Mujeres… resiliencia, derechos a la vida (2019), del Proyecto Palomas. El audiovisual narra las historias de 22 mujeres y cuatro hombres que, situados en un mismo hilo conductor: el bloqueo económico, nos muestran mucho más que un contexto político, sino uno social y económico.

La obra reconoce la «entereza más allá de resistir que tienen las mujeres cubanas, a la capacidad de sobreponerse y salir con fortalezas, levantarse y saber recomenzar».