Doris Calderón Terry - Revista Mujeres.- Los cambios en el Código Penal son sumamente importantes, al permitir visibilizar la violencia de género como un problema social y delictivo, que conviene desnaturalizar y deslegimitar,  en aras de ir adquiriendo nociones de una cultura de paz y de resolución de conflictos por medio de la no violencia, destacó la Doctora en Ciencias Jurídicas Tania de Armas Fonticoba.

La especialista, quien ha publicado varios libros y artículos de interés jurídico-penal, accedió a ofrecernos su opinión sobre los cambios introducidos en el Código Penal en relación con la violencia de género y el impacto de estos en la sociedad cubana actual.

En tal sentido, señaló que es importante que se tome conciencia de que este fenómeno es algo nocivo y sancionable por el Derecho Penal y que, con la votación del Código de las Familias, se evidenció que la problemática aún no está en la mira de la atención ciudadana.

Por ello, según la experta, se hace imprescindible que el Derecho Penal se convierta en otro instrumento de prevención y respuesta contundente frente a una situación de tales características y que garantice el acceso a la justicia, con el debido proceso de reparación a víctimas, sobrevivientes o perjudicados.

Al continuar reflexionando sobre el tema, nos explicó que los cambios introducidos en el Código Penal han sido resultado de la persistencia de muchos especialistas de todas las áreas que han levantado sus voces durante años, en diferentes escenarios, para que la temática fuera abordardada con un enfoque integral.

" Este resultado ha respondido, además, a una voluntad política y a una reforma sin precedentes en la historia normativa cubana, que empezó con la promulgación de la Constitución de la República de 2019 y que introdujo en su artículo 85 lo nocivo y perjudicial de la violencia".

"Se destaca que esta sería sancionada por ley, específicamente, la discriminación por razones de género, lo que permitió a las legislaciones posteriores, entre las que se incluye el Código Penal, transversalizar el fenómeno y ser coherentes con la Carta Magna".

Recordó, en ese orden, que el decreto presidencial 198 de 2021 aprobó el Programa Nacional  de Adelanto para las Mujeres, que estableció entre sus objetivos más importantes dar seguimiento, de manera sistemática e integrada,  a las manifestaciones discriminatorias en todos los ámbitos de la sociedad.

Para la especialista, el texto sirvió de sustento a la Estrategia Integral de Prevención y Atención a la Violencia de Género en el escenario familiar, aprobada mediante el acuerdo 231 del Consejo de Ministros.

Otro paso normativo importante, desde su punto de vista, fue la aparición de la ley de proceso penal, que se convirtió en soporte para instrumentar todos los cambios en la nueva ley sustantiva.

Hizo hincapié en que la violencia de género guarda estrecha relación con el sistema patriarcal de dominación. " No podemos perder de vista que nuestros códigos penales anteriores han sido creados, fundamentalmente, por hombres, cuya forma de ver estos temas  permitió que se soslayara durante mucho tiempo la introducción de los cambios referidos.

Puntualizó que, aunque el Derecho Penal debe debe ser la última puerta a la que se debe tocar al enfrentar un problema social, lo cierto es que ha sido efectivo para garantizar la seguridad ciudadana, cuando otras ramas han sido insuficientes.

Vemos que, en el Código Penal, la violencia de género encuentra su tratamiento en varias de las instituciones que ahí se encuentran,  en el contenido de algunas sanciones accesorias previstas para personas naturales, a la hora de fijar la pena para el delito cometido y, también, como regla de adecuación para lograr la extensión o cuantía de los casos, agregó.

De acuerdo con la investigadora, uno de los títulos de mayor impacto y reconocimiento en la reforma del Código Penal ha sido el dedicado a los delitos sexuales, que en su criterio ahora se denominan, correctamente, delitos contra la libertad y la indemnidad sexual de las personas.

Esta reformulación, dijo, contribuye a una adecuada protección de la sexualidad humana y, dentro de ella, el tratamiento diferenciado a las conductas  relacionadas con la violencia de género.

Al concluir su entrevista, la profesora resaltó que lo más urgente en estos momentos es la necesaria capacitación que se está realizando de los operadores del sistema de justicia, para interpretar esas normas y aplicarlas debidamente.

" Sería crucial que estas conductas no llegaran a lo penal, sino que existiera un sistema de prevención integral, encaminado a la construcción de una nueva cultura de derechos, de respeto y de paz".