Lorena Fong (Estudiante de Periodismo) - Revista Muchacha.-

- Mariana, ¿estás segura de lo que vas a hacer?

- Claro Cami, la primera vez es con alguien especial y para mi Alex lo es. Además, él ya tiene 20 años y más experiencia que los muchachos de nuestra edad.

- Bueno, está bien, recuerda pasar mañana en la noche por la casa para estudiar química. ¡Cuídate!

Aquella noche Mariana no fue a estudiar, ni fue a la escuela y tampoco la habían visto en el barrio. Tenía catorce años cuando la hallaron sin vida, en una cama que no era la suya, víctima de un encuentro que auguraba el amor en los brazos de quien solo supo ofrecerle brutalidad. Mariana obtuvo el peor de los desenlaces, el silencio eterno.

Las agresiones sexuales a adolescentes y jóvenes por parte de sus propias parejas han sido en todos los ámbitos sociales una problemática latente, que albergan tantos problemas de violencia y abuso de poder, como desigualdades de género.

En la niñez y la adolescencia dicho maltrato supone un peligro aún mayor debido a la vulnerabilidad propia de la edad, a la falta de información acerca de conductas sexuales sanas y a las brechas generacionales entre hombres y mujeres.

Varios estudios relacionados con la violencia de género en Cuba expresan que la violencia machista hacia las parejas románticas generalmente no son percibidas hasta que dejan una secuela significante. Además, plantean en sus análisis sociodemográficos que las agresiones sexuales hacia mujeres en un rango de edad de 15 a 19 años superan a las que reciben durante las edades entre 25 y 49 años.

Las causas de estos actos se remiten a los patrones culturales de una sociedad asentada sobre concepciones machistas. En varias ocasiones, sin generalizar a todos los hombres, llevar a cabo una relación sexual supone un acto de poder, donde a toda costa debe predominar una figura masculina impetuosa que olvida el placer de su pareja para alimentar su propio ego.

Es importante identificar las conductas machistas en una pareja antes de llevar a cabo un encuentro sexual, sobre todo en edades tempranas. Desconocer o minimizar ciertas prácticas de machismo podría suponer un peligro mayor a una ofensa verbal.

No es correcto ignorar las señales de abuso psicológico o de desigualdades género con la excusa de “así es como son los hombres¨, o ¨si me cela es porque quiere protegerme¨, pues de estas frases construidas por mujeres criadas en el machismo se derivan las raíces de la normalización de las agresiones de género.

Un artículo investigativo publicado por la revista Logos Ciencia & Tecnología en abril del 2020 indaga en la violencia en parejas adultas y especifica que las precursoras de dichas agresiones provienen de las conductas asumidas en las parejas juveniles.

Lo cierto es que los años de adolescencia conforman una parte vital del desarrollo físico y emocional de cada persona y las buenas o malas interacciones entre parejas podrían definir ciertas pautas románticas y sexuales para la posteridad. Considerar incluir una educación sexual positiva y actualizada para los adolescentes supondría un avance para la equidad entre hombres y mujeres en el país, además de eliminar paulatinamente ciertos estereotipos de género.