Gabriela Orihuela - Revista Mujeres.- Los derechos humanos son universales. No pueden invocarse prácticas y creencias culturales, religiosas, morales ni actitudes sociales para justificar violaciones de derechos humanos contra ningún colectivo o persona. Precisamente, un colectivo que, durante años, ha estado viviendo bajo discriminación y silenciado, es la comunidad lésbica.
El 26 de abril se conmemora el Día de la Visibilidad Lésbica, asociarnos un llamado hacia la construcción de sociedades más inclusivas. «En todo el mundo siguen prevaleciendo estereotipos discriminatorios, normas culturales y actitudes que normalizan y trivializan la violencia contra las mujeres y las niñas. Las mujeres lesbianas conforman un grupo que sufre una doble discriminación, la primera por su género y la segunda por el estigma al que está asociado su orientación sexual», se señala en la página de ONU Mujeres.
¿Cuáles es el origen del Día de la visibilidad lésbica?
La conmemoración de la fecha surgió en España, en 2008, debido a las acciones del movimiento LGBTQA+. La fecha busca visibilizar a todas las mujeres que alrededor del mundo tienen derecho a vivir y ocupar espacios igualitarios y sin discriminación.
En muchas partes del mundo la sexualidad es aceptada de una manera natural. Sin embargo, todavía hay culturas donde las creencias, los estigmas y prejuicios siguen existiendo y, por esta razón, muchas personas tienen que vivir condenadas a la discriminación.
¿Por qué es importante educar a las personas sobre la visibilidad lésbica?
Hoy, más que nunca, resulta fundamental educar a la sociedad en general sobre lo que significa ser y sentir de una forma diferente y aprender a respetar y valorar a las personas, sin importar su raza, su religión u orientación sexual.
Libres para amar
“Libres para amar” es el primer libro de entrevistas a mujeres lesbianas en Cuba, realizado por la corresponsalía en La Habana del Servicio de Noticias de la Mujer de Latinoamérica y el Caribe (SEMlac).
«No se adentra en la experiencia sexual de las mujeres que se encuentran en espacios solitarios e íntimos para encontrar placer entre ellas. Tampoco busca alimentar fantasías eróticas ni responder a las interrogantes de quién es el hombre y quién es la mujer en la pareja. Cuestiones ancladas en un imaginario que se resiste a superar la heterosexualidad, en el que no florece una sexualidad que se inventa y reinventa según las necesidades de quienes la construyen», reflexiona en su prólogo la psiquiatra Ada Alfonso, especialista del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex).
«Este expone en sus páginas las trayectorias de vida de las mujeres lesbianas o no, sus vicisitudes y sus logros, sus reclamos y sus luchas para habitar como sujetos de derechos en escenarios en los que la heteronorma y el heterosexismo alimentan el estigma y la discriminación; las mismas que, día a día, reivindican sus derechos como humanas y como cubanas», agrega la experta.