Un activista de la comunidad Lgbtiq+ toma una foto en el encuentro de las redes nacionales de TransCuba (personas transgénero), de mujeres lesbianas y bisexuales y hombres que tienen sexo con otros hombres, durante la edición 16 de las Jornadas Cubanas contra la Homofobia y la Transfobia. Foto: Jorge Luis Baños/IPS.
Con actividades en diferentes provincias cubanas, las jornadas se extenderán hasta el 20 de mayo, con cierre en La Habana.
Redacción IPS Cuba
La Habana, 11 may.- Las realidades de las comunidades LGBTIQ+, las redes que trabajan por sus derechos junto al Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex) y los cambios que trajo el nuevo Código de las Familias, abordaron encuentros de la 16ta Jornadas Cubanas contra la Homofobia y la Transfobia.
Dos de las acciones incorporadas al programa, realizadas en el Cenesex este lunes y martes, contaron con la presencia de representantes de diversas organizaciones de defensa de los derechos sexuales de Estados Unidos, durante las que se profundizó acerca de diferentes aspectos de la vida de las personas LGBTIQ+ en ambas naciones.
Entre las organizaciones estadounidenses representadas estuvieron Mujeres en Lucha – (Women in Struggle), Organización Socialista Camino de Libertad (Freedom Road Socialist Organization), Partido de Socialismo Unido (Socialist Unity Party), y Friends of Latin América and People’s Power Assembly.
En los intercambios se destacó que si bien el nuevo Código de las Familias fue aprobado en 2022, ahora lo más importante es hacer que funcione en todos sus aspectos y en particular, en los referidos a los derechos de las comunidades LGBTIQ+.
Conocer causas comunes
Durante el encuentro con activistas de las redes TransCuba, de Mujeres Lesbianas y Bisexuales y la HSH (Hombres que tienen sexo con otros hombres), la delegación visitante pudo dialogar con representantes de cada una de estas iniciativas y conocer sus objetivos y las acciones que realizan.
Desde la Red TransCuba, se explicaron sus orígenes, su alcance nacional y acciones a partir del voluntariado y funcionamiento en varios grupos: personas que viven con VIH (virus de inmunodeficiencia humana) quienes practican el sexo transaccional, jóvenes, parejas y familias, equipo de ayuda mutua -que atiende a mujeres trans enfermas o en caso de necesidad-, así como de artistas y transformistas.
Otro de los grupos reúne a personas trans mayores de 40 años, pues se considera que su envejecimiento es prematuro, dado el maltrato y violencia sufridos a lo largo de la vida, y demanda una atención diferenciada.
En sus acciones, la red hace hincapié en cómo las chicas trans pueden defenderse de las diferentes manifestaciones de abusos que las ponen en situación de vulnerabilidad, la protección, cómo proceder en temas legales, así como el servicio de visitadoras, para casos de salud o necesidad de acompañamiento legal, entre otros.
Una de sus prioridades es la defensa de los derechos para chicas trans que se encuentran en centros penitenciarios, entre otros, el de recibir buena atención de salud, toda vez que parte de ellas viven con VIH.
En el caso de la Red de Mujeres Lesbianas y Bisexuales, se explicó, su objetivo fundamental es contribuir a la transformación de la sociedad y desmontar el patriarcado.
Esa población, según se admitió, está invisibilizada y al no ser clave en el enfrentamiento a la epidemia de VIH no reciben financiamiento y además, tienen que luchar contra el poder hegemónico de la comunidad gay.
Activistas de las redes cubanas se interesaron por conocer acerca de las características de las poblaciones LGBTIQ+ en Estados Unidos y sus luchas.
Al respecto, se explicó que el panorama difiere entre los estados, pues en muchos existe un retroceso y una pérdida de derechos ya ganados, a la vez que se habló de cómo se han fraccionado las luchas, lo que favorece al poder hegemónico.
Tiempos de cambios
En el encuentro Los derechos sexuales en Cuba. Una mirada a la implementación del Código de las Familias, la asesora jurídica del Cenesex, Sonia Zaldívar, se refirió a los principales cambios que introdujo esa Ley, aprobada en 2022.
Zaldívar defendió conceptos esenciales del nuevo código, que en el proceso de análisis y revisiones tuvo 26 versiones: los afectos, el respeto a la diversidad familiar y a dar posibilidades por igual a las personas, independientemente de su orientación sexual e identidad de género, como refrendó la Constitución de la República aprobada en 2019.
La jurista mencionó entre los cambios la introducción de los nuevos tipos de familias, las posibilidades para la sucesión y la adopción, los derechos para las uniones de hecho afectivas, la reproducción asistida, la gestación solidaria y la responsabilidad parental.
Zulendrys Kindelán, asesora jurídica de la Unidad Nacional de Promoción de Salud y Prevención de Enfermedades (Prosalud), explicó otros beneficios del código.
La ampliación del concepto de familias a lo afectivo, más allá de lo consanguíneo, favorece el trabajo en poblaciones claves, porque en ocasiones, tras un diagnóstico de VIH, es en la familia consanguínea donde aparece la primera exclusión, consideró.
En su opinión, esas personas pueden ser acogidas por otras, formar familias extendidas o reconstruidas, justo cuando necesitan más apoyo. (2023)