Cimarronas.- Compartimos el poema «A una mujer palestina», del intelectual cubano Fernando Martínez Heredia.
#FreePalestine
Perdida en la premura de un resumen de noticias
solo tuvieron cuatro segundos antes de desaparecer
la mujer y su niño (¿su niña?).
No hubo más espacio para ellos.
Ruanda, Yeltsin, los bosnios y los serbios,
la OTAN, Corea del Norte, elecciones al sur
(Sudáfrica, Argentina). Y las conversaciones.
Preocupaciones de los Clinton
por la salud de sus paisanos.
La ONU, la OEA, los emigrantes.
En realidad eso no ha sido injusto:
no cabían.
Ya ayer salió que dos soldados
mataron a un viejo palestino
que intentaba agredirlos con un hacha.
Y si no estaba ceeneene
perdieron su última oportunidad.
Después de todo no tenían, la mujer
ni su niña (¿niño?)
ni un lugar en el mundo.
De esta noticia nadie hará un análisis del texto:
«mataron hoy»: si están matando siempre
«granjeros»: dueños de granjas, de sus fusiles y su odio
«Cisjordania»: tiene tantos lugares donde morir, y ninguno se llama Palestina
«una mujer»: ¿este no es el Año de algo de la mujer?
«palestina»: «mata a todo hombre, mujer o niño» (Adolfo Hitler, 1941.
No hace una semana, todo Israel conmemoró el holocausto de los hebreos europeos)
«en avanzado estado de gestación»: los tobillos hinchados, y en el
Rostro un suave aire de superioridad. Casi al nacer una persona.
Por lo demás
la cosa marcha
se esperan pocas lluvias
por la tarde.
Hoy cumple años
una amiga mía
pasan dos con un cake en bicicleta
cenaremos con chícharos y huevo.
Pero un sabio ha predicho
tercamente,
sin grants, amigos, ni laboratorios,
que sin que se aproxime un cataclismo,
quizás por causas cognoscibles,
dentro de un tiempo mensurable,
de la todavía rica biodiversidad
tan solo quedará la especie de los cerdos.