Con los moldes narrativos del patriarcado no se puede contar historias anti patriarcales, sostiene la guionista Lil Romero Domínguez

Lirians Gordillo Piña - Red Semlac.- No basta con denunciar el sexismo, necesitamos nuevos discursos y, sobre todo, contar el mundo más allá de los esquemas patriarcales. La guionista Lil Romero Domínguez (*) lo sabe y lo practica en sus creaciones.


Transformación personal, claridad en el punto de vista y buscar “nuevos materiales y lenguajes narrativos” son para ella claves en esa búsqueda de historias más cercanas a la gente.

Romero Domínguez habla desde la convicción y la coherencia sobre por qué aún pulula el sexismo en los medios y qué significa la comunicación inclusiva.

 ¿Cuáles factores crees que siguen influyendo en la reproducción del sexismo y la violencia simbólica en los medios cubanos?

Destacaría la falta de educación en temas de género en gran parte de las personas que trabajan hoy en los medios cubanos. Quien no reconoce el sexismo y la violencia simbólica en su propia vida, no puede reconocerla tampoco en los audiovisuales que escribe, produce, filma, dirige, asesora o transmite y, por tanto, tiende a reproducir estas prácticas en su entorno de trabajo y también en los productos comunicativos que realiza.

Además, pienso que si bien existen acciones dirigidas al establecimiento de un observatorio de género, lo cierto es que nos falta pensar y diseñar una estrategia efectiva, viable, flexible, apropiada para el entorno y las dinámicas de los medios cubanos, que nos permita la detección y manejo adecuado de estas prácticas de reproducción de la ideología patriarcal. Un observatorio que no sólo esté atento a lo que se produce en materia audiovisual, sino que también analice y detecte prácticas sexistas en los espacios donde se idean, crean, producen, transmiten y comparten esos materiales audiovisuales.

¿Por qué apostar por una comunicación, o productos audiovisuales en tu caso, que asuman la inclusión y la no discriminación?

Porque puedes llegar a más personas. Cuando escribes guiones en clave de inclusión, más personas se sienten identificadas con la historia que estás contando y, básicamente, eso es lo que deseamos gran parte de quienes hacemos audiovisuales: ¡llegar a más gente! Me incluyes, te veo; no me incluyes, te ignoro. Así de fácil. Como televidente, me cuentas una historia que me respeta, pues te respeto y al revés: me irrespetas, pues te apago, te ignoro, no me expongo a tu mensaje.

Lo otro que veo muy atractivo en la escritura de guiones en clave de inclusión es la variedad de historias que te permite contar y también la cantidad de matices y puntos de vista. Una historia estereotipada, signada por la lógica patriarcal y encorsetada, es ya más de lo mismo, no gana en creatividad ni en originalidad.

¿Cuáles claves compartirías para que una creación o producto comunicativo sea inclusivo? ¿Qué recursos consideras fundamentales?

Dentro de las “no certezas” que tengo como guionista, me gusta prestar mucha atención al punto de vista. El especialista colombiano Omar Rincón lo dice muy bonito: “de lo único que estoy seguro es desde dónde enuncio”.

Tener claro desde dónde comunicas, cuál es tu posición ética y estética, cuál es tu territorio de sentido. No conozco el viaje, no tengo claro todavía la historia (el camino), pero voy a contarla desde esta mirada que es la mía. Es como esos mapas que dicen: usted está aquí. Saber dónde se está desde el punto de vista de la escritura lleva mucho trabajo interno, para que los valores inclusivos, de paz, de respeto, de justicia, de bien común no salgan en las historias de manera superficial, maniquea, didáctica; sino que por el contrario sea la apuesta natural de tu protagonista y sus herramientas de acción. Es trabajarse una misma en inclusividad para que las historias, personajes, conflictos, diálogos salgan naturalmente inclusivos.

¿Qué desafíos presenta la comunicación inclusiva?

Con los moldes narrativos del patriarcado no se puede contar historias anti patriarcales.  La escritora Olga Tokarczuk dice: “carecemos de nuevas formas para contar las historias del mundo”. Para narrar inclusividad hay que crear nuevos lenguajes, nuevas metáforas, nuevos mitos, nuevas fábulas; porque el patriarcado nos ha dado un repertorio muy limitado, con muchas carencias y violencias, muy oxidado, poco creativo, no nos sirve como referente.  Sin embargo, es el único que identificamos.  

Para mí ese es el mayor desafío desde el trabajo que realizo: no caer en la trampa de quitarle el óxido a viejos modos de comunicación, a viejas historias y “pulirlas” como nuevas. No; el desafío es bajar a la forja, crear nuevos materiales y lenguajes narrativos, moldearlos una y mil veces, no importa el acierto o el error; aprender del proceso y después narrar con ellos, de forma anti patriarcal, las historias del mundo.

https://www.redsemlac-cuba.net/redsemlac/comunicacion/que-tan-lejos-y-tan-cerca-estan-las-telenovelas-del-patriarcado/

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