Carmen Maturell Senon - Revista Muchacha.- Querido Diario:

Te confieso que ver en las redes a tantas mujeres aparentemente perfectas, con cuerpos impolutos, me genera caos.

Caos por querer ser como ellas.

Caos porque sé que nunca lo seré.

Pero, sobre todas las cosas, caos por pensar mal de ti.

Hay días en los que me miro al espejo y no veo más que imperfecciones. Me miro la barriguita, me pongo de lado, y trato de posar para saber cuál es el mejor ángulo.

Mis ojos recorren los muslos, viendo las celulitis, luego las pequeñas estrías que identifico, las manchas, los pelos… ¡Por qué no tener el cuerpo como esas influencers de Instagram!

Querido cuerpo, también existen días en los que te observo con admiración y te acaricio. Esos días en donde no me importa ni la barriga, ni mucho menos que seas imperfecto, porque tan solo tenerte es bueno para vivir.

Querido cuerpo, ¿me perdonas?

No te voy a mentir, sé que habrá ocasiones en las que te trate bien y otras, no tanto; pero tengo la esperanza de que esos momentos se conviertan en días claros y no grises.

Perdóname por las palabras hirientes. Yo te dejaré vivir en paz.