Marilys Suárez Moreno - Revista Mujeres / Fotos: Natasha Salomé Tachín Sarría.- No, no se trata de ninguna fórmula matemática ni de una fácil suma aritmética. Hablo del XI Congreso de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), recién concluido y donde más de 400 delegadas e invitadas pasaron revista a un quinquenio de trabajo de la organización, con énfasis en los logros y desafíos a vencer en un escenario económico más que complejizado.


Fue el onceno congreso a la cuenta de la organización femenina cubana y, como en todos los anteriores, la presencia de la mujer rigió cada espacio del Palacio de Convenciones de La Habana, escenario de siempre y testigo único de la alegría, belleza y tantas historias de obras y vida de sus protagonistas: las mujeres en el 8 de marzo, su Día Internacional.

 

La satisfacción de los encuentros y reencuentros; los debates críticos, pero respetuosos y avalados con argumentos sólidos; el trabajo en comisiones y luego en plenarias permitieron acercarse más al quehacer de la FMC en su devenir de 63 años y a la historia de las mujeres, las que a la postre han sido siempre sus intérpretes y protagonistas principales y, por ende, han crecido juntas a la vera de la Federación.

 

Y sí, claro, el Congreso se dedicó al legado histórico de Fidel y de su primera y única presidenta Vilma Espín Guillois, máximos impulsores de la querida organización femenina, tutelando lo bueno y mucho que se ha hecho.

 

Y sí, hay conciencia de cuánto resta en la forja del porvenir y el desafío de ser parte de este tiempo, tanto como el seguir trabajando duro para lograr las transformaciones sociales, económicas y políticas que el país demanda con urgencia y que es deseo de todas y todos.

 

Sabemos que cada Congreso se enmarcó en momentos y circunstancias extraordinarias del acontecer nacional y por ello han sido verdaderos hitos en el desarrollo de una organización que, como la nuestra, forma parte de la sociedad civil cubana de hoy.

 

Conscientes federadas y organización de lo mucho que resta por hacer, se enfocan en temas como la ampliación de servicios de apoyo al hogar, de cuidados, el empoderamiento de las mujeres y en otros tan sensibles como la violencia de género e intrafamiliar y el ejercicio de una verdadera cultura de la igualdad, con plenitud de oportunidades para todas las mujeres, así como los relacionados con las indisciplinas sociales, el delito y la corrupción.

 

Son temas a debate y encaminados a erradicar de una vez los lastres que aún quedan y perjudican el accionar femenino y del pais. Muchos de ellos se abordaron en las cuatro comisiones de trabajo previstas y en sus resoluciones y acuerdos, puestos a la luz en sesiones plenarias.

 

Un tema que el Congreso no pasó por alto y estuvo muy presente en su accionar fue el del Programa Nacional de Adelanto de las Mujeres, que busca el empoderamiento y el liderazgo femenino, mediante la garantía del orden jurídico y extrajudicial, así como la salvaguarda de sus derechos, entre otras alternativas y oportunidades, como la aprobación de varias políticas públicas que estimulan la incorporación femenina al empleo en todos los ámbitos, junto al trabajo preventivo y educativo de la organización en la formación de valores y su labor comunitaria desde la base y de conjunto con las entidades correspondientes, en la atención a la juventud.

 

Todo ello se ha evidenciado, sobre todo, en su empuje y protagonismo. Cubanas de su tiempo, no exentas de los problemas que nos agobian en la cotidianidad y complejizan el día a día, pero conscientes de cuán valederas son hoy, como lo fueron ayer.

 

La FMC cuenta con 91,47% de integración a sus filas, lo que certifica lo sostenido de su crecimiento, incluidas las jóvenes que arriban a los 14 años y se unen a su plantilla.

 

En fin, un XI Congreso como muchos otros de los celebrados por la FMC, pero abocado a estos tiempos convulsos mundialmente y muy difícil por las problemáticas que inciden en la vida de las mujeres y sus familias, en un contexto de bloqueo recrudecido y múltiples carencias.

 

Es cosa de buscar soluciones fiables y expeditas en cuanto a la Federación de Mujeres Cubanas se refiere, por el papel que le toca. Y aunque ya lo saben, se ratificó en el cargo a su Secretaria General Teresa Amarelle Boué. Felicidades a ella, pues.

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