La discriminación y estigmatización se encuentran entre las mayores dificultades a las cuales se enfrentan las personas trans que ejercen el sexo transaccional en el contexto cubano
Yailyn Rosales Sánchez, máster en Ciencias Sociológicas y Amanda Miguel Marcano Bahler, socióloga - Red Semlac / Foto: Tomada de igluu.es.- Tres cuestiones marcan la prostitución, cuando se analiza desde una perspectiva de género: el papel diferenciado de las mujeres en el ejercicio de estas prácticas, las vulnerabilidades diversas a las que se enfrentan -entre ellas, manifestaciones de violencia- y la reproducción de roles y estereotipos de género.
Si bien este análisis presenta muchas aristas para visibilizar y atender en el caso de las mujeres, mayoría entre quienes desempeñan estas prácticas, ¿qué ocurre cuando se trata de personas transexuales?
En Cuba, en los últimos años, se han realizado investigaciones e importantes debates relacionados con la prostitución y el trabajo sexual, sobre todo desde una perspectiva social. Uno de los estudios más recientes, desarrollado por el máster en Sexología y Sociedad Andy Aquino Agüero, aborda las dinámicas y fenómenos relacionados a la prostitución en poblaciones trans.
Aquino expone que, según la profesora Julieta Vartabedian Cabral y Larissa Plúcio1, las mujeres trans entienden la prostitución de formas diferentes, ya sea como una actividad que desprestigia, aceptándola solo por necesidad y de forma transitoria; como una forma de lograr un mejor estatus social, mejorar sus condiciones de vida y conseguir ganancias materiales y simbólicas; o como un trabajo que genera ingresos y un ambiente de sociabilidad. De igual manera, afirman que el trabajo sexual no solo implica para estas mujeres una opción laboral que les reporta ingresos, sino que también tiene una gran significación espiritual.
Según Aquino, mediante su práctica ellas aprenden de lo femenino y conectan con sus identidades, a partir del momento en que son deseadas por otros. Es en este espacio donde interactúan con otras mujeres en iguales condiciones, lo que les permite entender de mejor manera la vida de una mujer y manifestar su feminidad2.
De igual manera, estudios desarrollados en el contexto cubano reconocen la discriminación y estigmatización entre las mayores dificultades a las cuales se enfrentan las personas trans que ejercen el sexo transaccional3.
Ada Alfonso Rodríguez, en su artículo “Personas trans: trayectorias, escenarios y violencias”, destaca que a las razones esgrimidas como económicas para ejercer la prostitución, se suman diferentes formas de discriminación, marginación y bullying, que dejan profundas huellas en cómo se autoperciben y les impulsan a elegir tempranamente la prostitución como forma de vida. Esta autora expone como principales resultados que la discriminación, la transfobia, el estigma, la baja escolarización y poca remuneración en puestos laborales son algunas de las cuestiones asociadas a la inserción de las personas en estas prácticas4.
Vulnerabilidades y violencias marcan sus vidas
A partir de esos antecedentes se decidió realizar una investigación con el objetivo de analizar, desde una perspectiva sociológica y de género, la situación de las personas trans que ejercen la prostitución, para reconocer el alcance que tienen estas cuestiones en la sociedad cubana actual, desde las propias experiencias de vida de quienes ejercen esas prácticas.
La indagación fue realizada durante 2023 por un equipo de sociólogas de la Universidad de La Habana y se empleó la reconstrucción de historias de vidas, mediante la aplicación de una entrevista en profundidad a ocho mujeres trans que se dedican actualmente al ejercicio de la prostitución o trabajo sexual. Las entrevistas develaron experiencias complejas y reveladoras, que evidencian la posición desde la cual estas mujeres han socializado desde su niñez. Además, permitió analizar cómo, a partir de dicha socialización e interacción en la dinámica de la vida cotidiana, estas personas han construido las significaciones sociales sobre la prostitución, tomando como referencia los fragmentos más relevantes de sus historias de vida (HV).
Entre las vulnerabilidades que se identificaron en el estudio -producto de haber sufrido múltiples violencias por transgredir la norma heterosexual- destaca el bajo nivel de escolaridad de la mayoría de las entrevistadas. Ellas abandonan los estudios a edades muy tempranas, como resultado de exposiciones constantes a violencias por parte de sus propios compañeros, profesores y directivos. Esto limita el posterior acceso a puestos de trabajo que requieren de una determinada calificación y conocimientos, por lo cual refieren que la prostitución resulta la salida más rápida.
Otra de las vulnerabilidades constatadas son las relacionadas con las múltiples situaciones traumáticas y de conflicto que han experimentado, con impacto a lo largo de sus vidas. En la mayoría de los casos analizados, las entrevistadas refieren haber sufrido situaciones desagradables, con repercusiones físicas y emocionales en sus diferentes etapas de socialización.
La totalidad de las mujeres entrevistadas asegura haber sido víctima de rechazos y otras formas de violencia en el ámbito familiar y en el grupo de iguales, como violaciones sexuales a edades tempranas.
(…) recibía mucho rechazo por mis bajas posibilidades económicas, además por mi forma de actuar y forma de ser diferenciada a los demás niños… muchas veces me sentí mal conmigo mismo, lloraba y sentía que tenía alguna enfermedad o problema por ser diferente (…) (HV.4)
En las entrevistas se puede identificar la presencia de un antes y un después en las relaciones de estas mujeres con sus padres, desde el momento en que deciden reconocer su identidad sexual y orientación sexo erótica afectiva, pues en muchas ocasiones estos las sacan de la casa y las alejan del núcleo familiar,
(…) este buen trato de mis padres comienza a cambiar cuando decido declarar mi identidad y mi orientación sexual; mi mamá entendió, pero mi papá era muy machista, comenzó a cerrarme todas las puertas y a tener un trato muy diferente, dejándome claro que debía, a partir de ese momento, mantenerme solo (…) (HV.1).
El análisis de las diferentes vulnerabilidades asociadas a las historias de vida de las mujeres trans que fueron muestra de estudio confirma la necesidad de tener en cuenta su situación económica familiar, sobre todo en las primeras etapas de vida, dado que la prostitución como fenómeno –ya sea concebido como trabajo sexual o no– es una práctica que históricamente ha estado ligada a situaciones de crisis y pobreza.
En este sentido, las entrevistadas afirmaron haber crecido en hogares humildes, con una economía media-baja; criadas por madres solteras y, en la mayoría de los casos, en familias donde el aporte de la figura paterna era mínimo o nulo, obviando la responsabilidad parental. Solo en uno de los casos, donde su padre y su madre se encontraban en una relación y viviendo juntos, se pudo evidenciar una situación económica mejorada.
A su vez, todo lo antes expuesto se conecta con la evidente naturalización de las violencias que existen al interior de las prácticas de prostitución. La mayoría de las entrevistadas refiere haber recibido algún tipo de violencia física por sus clientes e incluso, en algunos casos, respondiendo con la misma violencia hacia ellos.
Sin embargo, existe una conciencia interiorizada en cada una de ellas, relacionada con dichas violencias, que parte de su naturalización como “parte del oficio”, lo cual se hace evidente en muchos de los testimonios. La mayoría refiere que su salario “depende de lo que le pida el cliente”. En esta última frase se pueden analizar un conjunto de elementos donde, a partir de lo simbólico, hay una naturalización de la práctica de la prostitución -y de las violencias que coexisten al interior de esta-, además de reforzarse el uso del cuerpo como objeto del deseo y del placer por parte del cliente.
(…) Durante estas prácticas tuve algunas situaciones desagradables y actualmente me doy cuenta de las violencias que sufría, dado que en aquel momento no lo notaba como violencia. Algunos clientes abusaban de esos servicios sexuales y no tenían ningún tipo de límites, pero la mayoría de nosotras nos arriesgamos a aguantar este tipo de cosas para luego recibir un buen pago. (HV.2).
Las violencias naturalizadas al interior de la práctica de la prostitución son resultado de los numerosos maltratos presenciados al interior de los hogares, durante las diferentes etapas del desarrollo vividas por las mujeres entrevistadas. En la mayoría de los casos, esos maltratos fueron constatados en las historias de vida y dinámicas familiares violentas, que presentaban a la mujer como víctima y al hombre como victimario, en una relación de subordinación.
Prostitución o trabajo sexual: la perspectiva de las entrevistadas
Uno de los aspectos más importantes a la hora de analizar las historias de vida de estas mujeres, luego de identificar las diferentes significaciones sociales que han construido alrededor de estas prácticas, es lo relacionado con su autopercepción como protagonistas del ejercicio de la prostitución, ya sea identificándose como prostituta o como trabajadora sexual.
Excepto una, el resto de las entrevistadas coincidió en autodenominarse trabajadoras sexuales y no prostitutas, lo cual se relaciona con la necesidad de desmontar los numerosos estigmas alrededor de esa práctica y romper con etiquetas peyorativas que las igualan a conductas delictivas, antisociales o peligrosas.
(…) el trabajo sexual puede ser un concepto menos ofensivo y más asimilado por la sociedad. En los cursos de la red he visto cómo hay muchos lugares donde ya no se dice prostituta, sino trabajadoras sexuales; como mujeres especializadas que ejercen la prostitución, como algo normal, en lugares específicos, con un salario definido, etc. (…) (HV.4)
(…) se trata de tapar la palabra prostitución y cambiarla hacia Personas que Practican Sexo Transaccional (PPST), o trabajadoras sexuales, para desviar todo el estigma que venía amarrado a esta palabra de prostitución. El solo hecho de decir prostitución ya suena mal, a todo este estigma que viene detrás de “puta’’, por eso se trata de eliminar esta forma y llamarlo de manera diferente (…) (HV.8)
Solo una de las mujeres considera que es prostituta y no trabajadora sexual. Su análisis sobre por qué se debe llamar así, y no de otra manera, también tiene relación con el estigma peyorativo de estas prácticas.
(…) los conceptos de prostituta y trabajadora sexual no tienen diferencia, son las mismas cosas y formas de vida, y las mismas formas de ganar dinero. Las personas que se llaman a sí mismas trabajadoras sexuales quizás tratan de minimizar las humillaciones y subvaloraciones que se hacen… prostituta es el nombre correcto porque estás utilizando tu cuerpo en algo que no es lo correcto si no se siente amor y placer (…) (HV.7).
Resulta evidente que, en la mayoría de los casos donde estas mujeres trans se asumen como trabajadoras sexuales, ellas confiesan que ejercen la práctica por voluntad propia, de forma estructurada y consiente; la asumen como un derecho, solo que no logran identificar, en su dinámica relacional, los riesgos que implica en cuanto a las múltiples violencias que experimentan, asociadas a la satisfacción de sus clientes, pues el control sobre el cuerpo lo ejerce quien solicita el servicio.
En todas las entrevistas se puede identificar una naturalización de esta forma de vida, que ha sido seleccionada por ellas debido a las pocas oportunidades que han tenido en otros sectores y las numerosas vulnerabilidades a las que han sido sometidas. La mayoría de las entrevistadas afirma en sus testimonios que las personas que practican sexo transaccional deben tener un respaldo legal que las proteja y minimice los riesgos a los que están expuestas.
(…) las mujeres y hombres que ejercen la prostitución deberían estar respaldados en las leyes y los derechos, es algo que siempre va a existir como una forma de buscar ganancias y obtener un mejor nivel de vida. (…) es completamente diferente de aquellas personas que obligan a otras a tener relaciones en contra de su voluntad, en estos casos la justicia debe actuar fuerte. (HV.1)
En los testimonios se puede constatar que estas mujeres conciben la práctica del sexo transaccional como forma de vida naturalizada y necesaria, donde las diferentes particularidades en la forma de ejercer la práctica también evidencian un conjunto de significaciones sociales y aprehensiones tomadas a lo largo de su vida y el proceso socializador con otros agentes.
En relación con sus expectativas relativas a esa práctica, la mayoría pretende seguir ejerciendo el sexo transaccional como forma de trabajo por el cual reciben ganancias de forma más rápida y en mayor cantidad respecto a otros trabajos convencionales. En todos los casos se aprecia una postura de reafirmación ante este ejercicio, ya que ellas no sienten vergüenza o remordimiento porque no lo catalogan como un mal social, sino que incluso lo asumen como una “ratificación de su identidad de género” (HV.1).
En general, la forma en la que las mujeres -y en particular las personas trans- ejercen la prostitución o el trabajo sexual está relacionada con las múltiples situaciones a las que han estado expuestas a lo largo de sus vidas y los derechos que han visto vulnerados, las discriminaciones de las que han sido víctimas, el déficit de oportunidades y problemáticas que experimentaron en el ámbito escolar y laboral.
También ha tenido que ver con todos los aprendizajes adquiridos por ellas -de manera directa e indirecta- sobre las cuestiones de sexualidad, relaciones de pareja y el trasfondo de estos asuntos relacionado con las desigualdades de género.
1 Citadas en Aquino, A. (2020). La prostitución trans: acciones socioeducativas dirigidas a la transformación social. Tesis presentada en opción al Título Académico de Máster en Sexología y Sociedad.
2 Aquino, A. (2020). La prostitución trans: acciones socioeducativas dirigidas a la transformación social. Tesis presentada en opción al Título Académico de Máster en Sexología y Sociedad.
3 Castro, M. (2014). Estrategia para la integración social de las personas transexuales en el contexto actual de la sociedad cubana. Tesis en opción al Grado Científico de Doctora en Ciencias Sociológicas.
4 Alfonso Rodríguez, A.C. (2022) “Personas trans: trayectorias, escenarios y violencias”. Revista Sexología y Sociedad. 2022; 28(2) 231-245 ISSN 1682-0045. Versión electrónica. Recuperada de: https://www.medigraphic.com/pdfs/revsexsoc/rss-2022/rss222d.pdf