En entrevista exclusiva para la revista Mujeres, Ariel Fonseca Quesada, Director General de Empleo del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social y coordinador de la Subcomisión de Cuidados de la Comisión Gubernamental para la Atención a la Dinámica Demográfica, explicó los antecedentes y principales motivaciones para la creación del programa.

 

"Hay antecedentes de acciones, programas y servicios de cuidado desde el propio triunfo de la Revolución. La Federación de Mujeres Cubanas es protagonista en todas las batallas que se han librado a lo largo de estos años para alcanzar la igualdad de la mujer, para lograr una redistribución mejor, para romper esa división sexual del trabajo que conllevaba que las mujeres estuvieran en los hogares y los hombres trabajando. Es decir, en Cuba hay muchos antecedentes de las tareas de cuidado.

 

'No obstante, desde hace ya cerca de tres años el país comenzó un sistema de acciones y desde el programa Trabajo Digno identificamos un grupo importante de personas que se desempeñaban en tareas domésticas o trabajo no remunerado esencialmente para el cuidado de las personas.

 

"De esta manera, el Estado reconoció que era esencial la instrumentación de un sistema y desde la Comisión de la Dinámica Demográfica se estableció una subcomisión de cuidado.

 

"Desde este proyecto determinamos la importancia de un sistema de Cuidado Integral de la Vida en Cuba y, por la voluntad política del Estado, se aprobó en diciembre del 2023. Luego de que el Comité Ejecutivo ratificara la política para el Sistema Integral del Cuidado, se procedió a la elaboración de la norma legal que lo establecerá", precisó.

 

Como parte de este proceso, se ha priorizado la formación y capacitación de profesionales en el Cuidado Integral a la Vida, con el objetivo de garantizar que cuenten con las habilidades y conocimientos necesarios para brindar una atención de calidad.

 

Según trascendió en un taller realizado con los comunicadores y directivos de diferentes instituciones del país, también se prevé la implementación de programas de educación y la creación de espacios de intercambio y colaboración entre los diferentes actores sociales involucrados en este trabajo.

 

Acerca de este particular, Ariel Fonseca explicó que "el sistema es un instrumento de gobierno con una visión estratégica, que articulará y dará coherencia a las políticas, programas, servicios que se prestan desde las diferentes instituciones del Estado. Se trata de articular todos los servicios de cuidado que se prestan por los diversos actores de la sociedad y yo creo que eso será una de las novedades, pues sabemos que hace algunos años tuvimos la posibilidad de ir implementando desde la Constitución, incluso antes, lo relacionado con la participación de la sociedad, los actores económicos no estatales, micro, pequeñas y medianas empresas, trabajadores por cuenta propia en el cuidado de niñas, niños y personas mayores".

 

De acuerdo con el especialista, para el buen funcionamiento del nuevo sistema de cuidado integral para la vida, resulta de gran importancia atender las características sociodemográficas de cada una de nuestras comunidades, pues de ello dependerá el buen funcionamiento e impacto de cada una de sus directrices.

 

"A nivel de territorio, se organizan los servicios que presta el Ministerio de Educación para cuidar y educar a niñas y niños en los círculos infantiles, las Instituciones de Salud Pública, en los hogares de ancianos, casas de abuelos; pero también se sumaron los que prestan los actores no estatales en el cuidado de las personas", acotó el directivo.

 

En este sentido, dijo que actualmente contamos con más de 400 casitas infantiles en todo el país y resaltó la voluntad de los organismos por brindar mayor calidad de vida a sus trabajadores, ya "que son instituciones que desde sus presupuestos, su utilidad, se dedican hoy al cuidado de niñad y niños, esencialmente, de los trabajadores de esas entidades y de las comunidades cercanas. Eso es parte del principio de corresponsabilidad que promovemos, en el que las instituciones y todos deben aportar a los cuidados en Cuba".

 

La implementación de este nuevo sistema trae consigo, además, varios desafíos en función de lograr la actualización y adaptación de la normativa y políticas públicas relacionadas con el cuidado integral a la vida.

 

Para ello se han establecido mecanismos de coordinación entre los diferentes sectores y se han impulsando reformas para garantizar una mayor eficiencia en la prestación de servicios y en la protección de los derechos ciudadanos.

 

"Yo creo que el principal desafío es, primero, que las políticas que aprobemos tengan esa visión o ese enfoque de género que hemos estado discutiendo. Y un enfoque de género implica que lo que aprobemos posibilite y promueva la participación por igual de hombres y mujeres, que haya una corresponsabilidad hacia el interior de los hogares.

 

"Sabemos -dijo- que todavía las mujeres dedican 14 horas a la semana más que los hombres a las labores de cuidado en el hogar. Por lo tanto, es un reto importante y la principal acción en ese cambio cultural tiene que promoverse desde las generaciones más jóvenes, para lograr que hombres y mujeres participemos de la misma forma en las labores de cuidado" precisó Fonseca.

 

Entre las principales acciones a realizar en función de lograr que un mayor sector de la población vaya conociendo y apropiándose de este nuevo sistema, está fortalecer el área de la comunicación. Hoy tenemos direcciones y espacios comunicativos en los diferentes organismos de la Administración Central del Estado y lo que queremos es que todas las iniciativas se puedan dar a conocer desde un enfoque de sistema y no como acciones individuales de una entidad en específico. Es decir, que se vea la articulación política con todas las instituciones y actores de la sociedad.

 

Precisamente, hacia ahí estuvo enfocada la realización de este taller con comunicadores y funcionarios de diferentes instituciones asociadas.

 

El sistema de Cuidado Integral a la Vida, para su implementación y desarrollo, necesita del compromiso y la solidaridad de la comunidad. La sociedad en su conjunto debe involucrarse en la promoción de este enfoque, reconociendo la importancia de brindar un acompañamiento integral a las personas y familias que necesitan de este tipo de apoyo adicional.