Red Semlac.- Emprender y empoderarse son dos acciones que, para la cubana Sara Ida Hernández, van de la mano y en una misma dirección o meta: una va incluyendo a la otra, indistintamente, en un camino de crecimientos y aprendizajes que van conformando un proyecto de vida.
“Alguien me dijo hace poco: ‘tú eres una persona resiliente’ y yo le dije: ‘puedo ser resiliente tal vez, pero lo que soy es una persona muy dispuesta a lograr nuevas metas, a emprender caminos diferentes, a no rendirme; porque, si bajo los brazos, entonces no habría aprendido nada de las lecciones que la vida me dio’”, afirma esta abogada de profesión.
A sus 57 años, esta mujer sabe bien del valor de intentar no una, sino las veces necesarias, y de hacer de esa actitud de ir a por más una filosofía de vida.
“La persona que emprende es una persona resuelta y si eres capaz de emprender, entonces eres capaz de inspirar”, dice Hernández, quien impulsa, desde dos de las Casas de Orientación a la Mujer y la Familia de la capital cubana, el proyecto Yo puedo emprender, dedicado a compartir conocimientos sobre el proceso de diseño y puesta en práctica de un negocio.
Para ella, aprender es la base del emprendimiento, mientras que empoderarse significa muchas rupturas y dejar ir.
“No todo el mundo —ni mujer, ni hombre— está listo para eso; es en la medida en que vas rompiendo tabúes, auto exclusiones, en que vas enfrentando negativas y en que eres capaz de decir ‘yo puedo, yo lo lograré, yo lo he logrado, yo lo he alcanzado’, que eres una persona empoderada”, reflexiona Hernández.
Sobre cómo llega a este mundo del emprendimiento, el valor de reinventarse, de las segundas oportunidades, sobre los desafíos y obstáculos que tienen las mujeres en ese trayecto y más conversamos con ella en este episodio de Cubanas, la serie de entrevistas audiovisual que, desde SEMlac, te trae cada mes #HistoriasPorContar en la voz de mujeres diversas.