Para la socióloga Iyamira Hernández Pita, cualquier propuesta de comunicación para acompañar la atención a las violencias machistas debe aportar a la transformación y al desarrollo de los imaginarios sociales y dialogar con el resto de las acciones que se llevan a cabo
Dixie Edith - Red Semlac / Foto: SEMlac Cuba.- Cuba cierra 2024 con una propuesta de servicios integrales para atender las violencias machistas a nivel comunitario. Se trata de un paso más en un recorrido que, en los últimos cuatro años, ha incluido la aprobación de una estrategia integral y el reforzamiento de procedimientos y figuras legales para sancionar a victimarios y proteger a víctimas, tanto en el Derecho penal, como en el civil, familiar y laboral.
Para la socióloga Iyamira Hernández Pita, integrante del Grupo asesor de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) para la atención y prevención de la violencia de género, “se trata de un consenso de algoritmo para fortalecer la atención inmediata a víctimas, sobrevivientes y agresores, uno de los desafíos más grandes para el país hoy ante esta problemática”, reflexionó.
Para la especialista, el reto mayor para la prevención y atención a la violencia basada en género en Cuba es hacer funcionar las herramientas que ya existen. Foto: SEMlac Cuba
¿En qué momento está Cuba en el camino de prevenir y atender las violencias machistas?
A lo largo de 2024 se desarrollaron talleres e intercambios que han permitido consensos en cuanto a la necesidad de implementar esos servicios integrales para la prevención y atención de la violencia basada en género, ajustados al contexto cubano.
Gracias a esos insumos y a la producción colectiva, se pudo presentar la guía de servicios integrales. En ella se muestran las puertas de entrada desde los servicios de salud, sociales, educativos, jurídicos y policiales, y cómo pueden estar integrándose a nivel municipal de manera coordinada. Esa coordinación será a nivel municipal y es imprescindible para garantizar la inmediatez de respuesta necesaria para las víctimas directas e indirectas de la violencia basada en género y en el escenario familiar.
Ubicar la Estrategia como mandato en el Programa Nacional para el Adelanto de las Mujeres (PAN), donde se rinde cuentas mensualmente ante la dirección del país, es un paso para comprometer a instituciones y decisores que jugarán un papel fundamental en la implementación de estos servicios, necesitados de compromiso, sensibilización y sostenibilidad.
Lo hecho en 2024, incluso en el camino de rescatar la plataforma de trabajo con los hombres, se vincula con esos procesos en los cuales hemos estado trabajando durante años, dirigidos a lograr cambios culturales para poder atender las violencias machistas. Es decir, requerimos no solamente coordinación, sino alianzas entre lo que se está haciendo de manera fragmentada.
¿Cuáles son los principales pasos ganados y las deudas más importantes?
Un paso fundamental ha sido contar con la fortaleza del marco jurídico de la Constitución de 2019, pero también el Código de las Familias, la Ley del Proceso penal, el Código Penal y otras herramientas legales para atender las vulnerabilidades sociales o el acoso laboral, por solo poner algunos ejemplos. O sea, se han ido sumando herramientas desde el punto de vista jurídico.
Sin embargo, una deuda importante es generar cultura y conocimiento para poder emplear y aprovechar esa fortaleza. Por eso es importante la transversalización de procesos de comunicación, sobre la base del cambio necesario para generar una cultura de derechos en las personas y, sobre todo, en quienes estarán atendiendo la violencia basada en género y en el escenario familiar; en quienes estarán en los territorios en función de lograr esa articulación.
El Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex) presentó también en diciembre una estrategia de comunicación que podría estar acompañando la implementación de los servicios integrales. Pero es importante que cualquier propuesta en ese sentido aporte a la transformación y al desarrollo de los imaginarios sociales y logre dialogar con el resto de las acciones. Hace falta articular las diversas plataformas y soportes existentes.
Lo hecho, incluso, en el camino de rescatar la plataforma de trabajo con los hombres tiene que ver con esos procesos en los cuales hemos estado trabajando durante años, dirigidos a lograr cambios culturales para poder atender violencias machistas, asegura Hernández Pita. Foto: SEMlac Cuba
Otro logro fundamental ha sido ir trabajando en diferentes formas de registro de datos. Contamos con el Observatorio de Igualdad de Género, con los Observatorios Demográficos, pero también con el espacio de investigación de medios promovido por el Instituto Internacional de Periodismo José Martí.
Sin embargo, se necesita interoperatividad entre ellos para poder contar con un registro único de datos; y luego monitorear si puede ser sostenible o no, funcional o no y su eficacia real. Lo alcanzado en esta materia debe ser perfeccionado, porque los datos siguen sin estar desagregados, llegan con retraso y se pierde mucha información.
¿Dónde consideras que siguen estando las mayores resistencias y cómo eliminarlas?
Nos falta implementar lo que tenemos. Necesitamos primero la implicación real, comprometida, de las instituciones y ministerios involucrados en esta actuación.
Es esencial contar con una entidad rectora a nivel nacional encargada de controlar, organizar, monitorear y promover esa coordinación; pero también con una coordinación a nivel municipal, donde estarán ubicados los servicios.
Esto lleva implícitos procesos de capacitación y formación para lograr la certificación y especialización de las personas que trabajarán en la atención y prevención de la violencia basada en género. Debemos aprovechar e incorporar los recursos humanos en los territorios, pero no cuentan con la preparación necesaria.
Hoy tenemos proyecciones y propuestas para la prevención y atención a la violencia basada en género, con carácter vinculante y componentes de atención, prevención en el ámbito local comunitario y hasta de comunicación. El reto está en hacerlas funcionar.