Las agendas nacen de las historias, vivencias y necesidades de mujeres reales y buscan convertirse en guías para prevenir la violencia de género y fortalecer redes comunitarias
Dixie Edith - Red Semlac / Foto: SEMlac Cuba.- Rutas, recomendaciones y conocimientos para articular la prevención de las violencias machistas en las comunidades se proponen dos agendas presentadas en vísperas del 8 de marzo en La Habana, a partir de un ejercicio colectivo de mujeres de los municipios de Marianao y Plaza de la Revolución, en la capital cubana.
“Son herramientas muy poderosas”, aseveró Wendy Rodríguez Menéndez, comunicadora social e integrante del Grupo América Latina, Filosofía Social y Axiología (Gafisa), del Instituto de Filosofía, espacio que acogió la presentación.
“Lo primero es que se trata de agendas creadas por mujeres diversas, lo que ha permitido que este producto sea portavoz de una diversidad de puntos de vista, experiencias, demandas y propuestas. Ese es el valor agregado que siempre nos aporta lo vivencial como fuente productora de iniciativas”, valoró Rodríguez Menéndez al presentar el volumen dedicado a Plaza de la Revolución.
Las agendas también son una herramienta para “gestionar procesos como el análisis crítico de nuestro entorno, sabiendo si existe o no violencia machista en él”, apuntó Rodríguez Menéndez. Foto: SEMlac Cuba
«Para mí es importante, porque la agenda me presenta como la mujer que soy: feminista, luchadora. Siempre he querido una agenda feminista, que al mirarla pudiera decir: me veo aquí, esa también soy yo. Ahora la tengo», dijo Caridad Martínez, del colectivo Mujeres en Espiral, de Marianao.
Nombradas “Plaza sorora… mujeres al centro de la prevención de las mujeres en sus comunidades” y “Marianao… sostengamos juntas las sombrillas que protegen los derechos de las mujeres”, ambos ejemplares nacen de las historias, vivencias y necesidades de mujeres reales y buscan convertirse en guías para prevenir la violencia de género y fortalecer redes comunitarias.
También ayudan a “gestionar procesos como el análisis crítico de nuestro entorno, sabiendo si existe o no violencia machista en él”, apuntó Rodríguez Menéndez.
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Los talleres y las agendas resultantes son parte de la iniciativa «Puntos de encuentro: propuestas de juventudes y mujeres emprendedoras para la prevención de las violencias de género», implementada por la Editorial de la Mujer de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), el Centro Martin Luther King (CMLK) y la italiana Asociación de Cooperación Internacional Cospe, con apoyo del Fondo de Iniciativas Locales de la Embajada de Canadá en La Habana.
Igualmente, tributan al proyecto “No más: prevención y respuesta a la violencia contra las mujeres en Cuba”, implementado con fondos de la Unión Europea, en alianza también con Cospe, la FMC y su Editorial, junto a organizaciones con experiencia en la promoción del empoderamiento de las mujeres y la lucha contra todos los tipos de discriminación, como el propio CMLK, la Unión de Juristas de Cuba y Galfisa.
La socióloga Ania Mirabal Paterson, del Centro Félix Varela y quien participó en la coordinación de los talleres, destacó que al resumir su experiencia para construir las agendas, las mujeres reconocieron haber vivido una “dinámica hermosa”.
“Ellas destacaron, entre las herramientas valiosas, el mapeo de actores claves para poder colocar las agendas en espacios útiles de ambos municipios”, detalló como ejemplo.
Para Mirabal Paterson se trata de «una agenda política, porque habla de la vida cotidiana de las mujeres y sus necesidades».
Las protagonistas del proceso aportaron diversidad de puntos de vista, experiencias, demandas y propuestas. Foto: Claudio Peláez Sordo
Herramientas para la acción cotidiana
En ambas agendas “emergen de forma estructurada planes de acción y alianzas a crear o fortalecer, con diferentes actores, para avanzar en clave de igualdad de género, justicia social y derechos de las mujeres; en particular, en los ámbitos de: transformación cultural (educación y formación), comunicación, político y jurídico, salud, comunitario y familiar, laboral/económico y religioso”, se señala en los textos introductorios.
Según Rodríguez Menéndez, quizás algunas personas podrían preguntarse por qué es una agenda y no un libro, un folleto u otro producto comunicativo. Pero “una agenda es una herramienta práctica de uso cotidiano, en la cual podemos programar, organizar nuestras acciones o procesos; también listar elementos esenciales y que no debemos olvidar”, resumió.
La periodista Lirians Gordillo Piña, subdirectora de la Editorial de la Mujer, se refirió a «esa lucidez que han tenido ustedes de identificar a las instituciones y las organizaciones que tienen un mandato social para contribuir al empoderamiento de las mujeres, incluso aquellas que están ubicadas fuera del territorio”.
Extender la experiencia de los talleres y sus resultados a otras regiones del país y también lograr que las otras agendas que vayan naciendo se parezcan a sus territorios fueron una demanda y un desafío compartidos por quienes participaron del encuentro.
La psicóloga Yohanka Valdés Jiménez, de Cospe, explicó que próximamente se replicará una experiencia similar a la oriental provincia de Las Tunas. Foto: Claudio Peláez Sordo
La psicóloga Yohanka Valdés Jiménez, de Cospe, explicó que próximamente el trabajo se traslada a Las Tunas y valoró la necesidad de ir mapeando también, en cada territorio, las necesidades económicas para empoderar a las mujeres y prevenir las violencias machistas.
“Las propuestas en este camino irán evolucionando y, en la medida en que tomemos conciencia, también habrá que hablar de presupuestos para sostener las diversas acciones. El trabajo con la igualdad de género muchas veces se siente que es voluntario y sí, hemos hecho mucho voluntariado, pero también se requieren recursos”, defendió.
“Vamos a tener tres años para seguir trabajando, detallar nuestros planes y también aportar recursos para acciones que nos parece que pueden ser como puertas para abrir otros caminos y para que otras mujeres también se sumen a este proceso”, agregó Valdés Jiménez.
Participantes del taller compartieron sus propósitos y deseos personales para un Día Internacional de la Mujer. Foto: Claudio Peláez Sordo
Casi al cierre, participantes en el encuentro compartieron sus propósitos ý deseos personales para un Día Internacional de la Mujer, en lo que no faltaron los sueños de seguir creciendo, de educar hijas libres, de poder ser parte de la construcción de un futuro sin violencias.
Desde el Espacio Feminista Berta Cáceres, de Galfisa, llegó la declaración por el 8 de marzo, que llamó a “potenciar el activismo cubano feminista, diverso, prolífero y revolucionario”. Foto: Claudio Peláez Sordo
Desde el Espacio Feminista Berta Cáceres, de Galfisa, la filósofa Mirelle Pérez González compartió una declaración por la fecha “desde nuestras identidades como mujeres, en un hacer colectivo con las luchas cotidianas por la sostenibilidad de la vida, desde la investigación acción participativa, el feminismo popular y socialista”.
Entre muchos llamados, el texto instó a la unidad desde la diversidad de las mujeres y a “potenciar el activismo cubano feminista, diverso, prolífero y revolucionario”.