Katia Bianchini en la dulcería que lleva su nombre y recién acabada de abrir en el Callejón del Chorro, muy cerca de la Plaza de la Catedral.
Helen Hernández Hormilla - SEMlac.- El aroma del pastel recién horneado es para Katia Bianchini un recuerdo de infancia. Su madre solía prepararlo, lo mismo que el pan, siguiendo recetas transmitidas por generaciones entre las mujeres europeas de su familia, y a esa herencia echó mano cuando se animó a fundar negocio propio, en la capital cubana.