Pastor Batista Vadés - Diario Granma.- Bajo el ala ancha de un sombrero o protegidas por el tejido de una pañoleta, pelo suelto al viento o con el cabello recogido, piel —eso sí— un poco más curtida pero no menos sensible, mirada limpia, tenacidad a prueba de obstáculos, omnipresencia: en el hogar, en el surco recién sembrado, junto a las aves o al ganado, a lomo de caballo, recogiendo café, podando un árbol, bien "plantada" en sus criterios, superándose por las noches, junto al niño rumbo a la pequeña escuela, abriendo caminos...