Yailin Orta Rivera - Juventud Rebelde.- Un gupo de muchachas, con pantalones verde olivo, botas a media pierna y la gorra ajustada casi a la altura de los ojos, se incorporaron al Servicio Militar Voluntario Femenino, por primera vez, en el MININT.
Las jóvenes, cuadros profesionales de la UJC, comparten el principio martiano de que no podemos mirar de qué lado se vive mejor, sino de qué lado está el deber.
¿Quién ha dicho que el Servicio Militar es solo para hombres? Están Cuba y sus hijos de por medio, y eso es suficiente. Se han puesto pantalones moteados, las botas a media pierna, la gorra ajustada cerca de la altura de los ojos, y han tomado fusil y cantimplora para vencer los más angostos terrenos, las más complejas escaramuzas.