Luis Ernesto Ruiz Martínez/Blog Visión desde Cuba . Gerardo está hoy de cumpleaños. Sé que otros estarían hoy rabiando al no poder recibir el abrazo de mamá, el beso de la amada, o la broma del amigo jodedor que no desaprovecha ni un instante para ponerle en jaque la jornada. Pero Gerardo estará feliz hoy, lo presiento. No importan ni el peso de las dos cadenas perpetuas más 15 años que le impusieron injustamente por oponerse al terrorismo, ni la distancia de su gente que lo espera en Cuba. Él tendrá el cumpleaños que todos hubiéramos deseado.

Mientras las ratas imperiales se regodean en medio del lujo con la espantosa tranquilidad de la Casa Blanca ante las injusticias de este mundo, Gerardo sabe que millones reclaman libertad para él y sus hermanos Ramón y Antonio. La fiesta de cumpleaños, un cumpleaños diferente y especial, será en Washington. Sus verdaderos amigos estarán cerca para, en medio de la sesión inicial de la III Jornada de Solidaridad con Los Cinco, felicitarlo y acompañarlo un rato.

No habrá pastel porque quizás la harina le haga daño para la presión y su salud tenemos que cuidarla. Tal vez Tony le regale unos breves y sentidos versos o Ramón le recuerde alguna broma pesada. A veces los regalos no son la mejor parte de un cumpleaños. Los que saben querer piensan más en la mano cálida que saluda, la mejilla que acaricia el beso oportuno o el abrazo que, aunque en la distancia, llega con el corazón hinchado.

En Washington, Holguín o La Habana estaremos pensando en Gerardo no como el prisionero que sufre una injusta condena, sino como el cubano que se ríe de sus captores y alza la voz, con una dignidad que rompe muros, para reclamar justicia por sus otros dos hermanos. No importa que él sea el más preso de los presos, hoy en medio de su cumpleaños estará feliz por nosotros. La vida es así y los grandes, los que se lo ganaron a fuerza de humildad, crecen un poco más.

Gerardo, esta nota es por ti y para ti. Felicidades mi hermano. Ojalá algún día, más temprano que tarde, tras el abrazo de Adriana me llegue la oportunidad de ofrecerte el mío. La cola para saludarte, porque los cubanos no podemos estar sin ellas, será larga pero me sobra paciencia. Si ustedes han esperado por nosotros, que menos podemos hacer.