Noel Manzanares Blanco - Cubainformación.- The Associated Press (AP) reportó desde París hace un par de días que la ex secretaria de Estado Hillary Rodham Clinton dijo que exhortó al presidente Barack Obama a que levantara o relajara el embargo (Bloqueo) contra Cuba porque ya no era conveniente para Estados Unidos ni fomentaba el cambio en la isla comunista.

La información certifica que al final de su período en el Departamento de Estado esa señora exhortó a Obama a reconsiderar el embargo. “No estaba alcanzado sus metas”, escribió, “y está obstruyendo el alcance de nuestra agenda en Latinoamérica... Yo creía que debíamos hacer recaer en los Castro la responsabilidad de explicar por qué siguen siendo antidemocráticos y abusivos”.

Asimismo, que en extractos del libro "Hard Choices" obtenidos por AP antes de su publicación la semana entrante, la Clinton dice que la oposición de algunos elementos del Congreso a la normalización de relaciones entre estos dos países ha dañado tanto al pueblo estadounidense como al cubano.

Quien realizó tales manifestaciones es la misma Hillary Clinton que está siendo examinadas con lupa por la prensa estadunidense, ya que la ex primera dama es considerada una de la favoritas para ser la candidata demócrata en las elecciones de 2016 —de acuerdo con algunos medios.

En este ambiente, pensé en la reciente visita a Cuba de Thomas Donohue —titular de la Cámara de Comercio de Estados Unidos y oponte confeso a la Guerra de Washington vs. La Habana, como líder de esa institución que tiene tres millones de asociados— que complementó la carta previamente enviada al principal inquilino de la Casa Blanca por más de 40  personalidades de diversas tendencias solicitando que utilice sus poderes ejecutivos para modificar la política que desde el Norte se concreta contra el Sur del Estrecho de la Florida.

No obstante, también medité en cómo es obvia la declaración sobre el fracaso de la más que media centenaria agresión vs. la Revolución Cubana repudiada a escala planetaria; y en cómo esas actitudes se mueven entre los Carriles uno y dos; mientras que me afinco en conceptuar que tendríamos más fortalezas que debilidades si en el marco de la persistente guerra de múltiples laterales facturada al Norte del territorio nacional la variante económica enflaquece.

Entretanto, poco debe extrañar la actitud de representantes de la terrorista-mafia-gusano-yanqui frente a las declaraciones tendientes a minar la “industria del anticastrismo”.

Según despachos desde la capital de Estados Unidos de América firmados por EFE y DPA, la Clinton mereció repudio del senador republicano Marco Rubio que la criticó con dureza al reiterar una cantaleta, a saber: “Ahora vemos hasta dónde llegó la secretaria Clinton para minar a los defensores de la democracia en Cuba al intentar ayudar a que el régimen de Castro se hiciera con más dólares con los que continuar su represión”.

La noticia de las referidas Agencias con asientos en España y Alemania, respectivamente, confirma lo que en paralelo divulgó otra vocera de la delincuencia política radicada en Miami: “Ninguna sorpresa aquí”, se limitó a comentar en su cuenta de Twitter la congresista republicana también por la Florida, Ileana Ros-Lehtinen, tras revelarse el contenido de las memorias de la Clinton.

Por mi parte, espero que de un momento a otro la postura sostenida por la ex secretaria y ex primera dama —en alguna medida respaldada por la Francia que echa pulso con Estados Unidos en ese orden de ideas— se inscriba tanto a favor del “cambio” de la Administración Obama hacia Cuba como de la comidilla de la extrema derecha miamense que puede acusar a Hillary Rodham Clinton como ¿nueva agente? de “los Castros”.