Noel Manzanares Blanco.- Cubainformación.- En Enero de este año, aludí a cómo mi Camagüey saludó el Aniversario 55 de la primera presencia de Fidel Castro en nuestra legendaria ciudad una vez conquistado el poder político con el orgullo de una obra con más parabienes que lunares y con un auge constructivo manifestado en inversiones para transformar los principales ejes comerciales de su centro histórico.
Al mes siguiente, justo el 2 de Febrero, en Camagüey en sus 500 años resalté cómo lugareñas y lugareños se habían ubicado a pie de obra en la reparación de parques, fuentes, hospitales, instalaciones hidráulicas, avenidas, hoteles, hostales, museos, estatuas, cines, teatros, merenderos, restaurantes, centros recreativos... Sin embargo, excluí una mención a lo que más me impresionó entonces.
En este minuto, encontré que mi omisión resultó saldada en el Lago de los sueños en Camagüey: una maravilla engendrada por el amor, rubricado por mi coterráneo Orlando Durán Hernández. Se trata de un resumen en torno a la obra que quizás mejor simboliza el quehacer de los paisanos/as para el medio siglo de nuestra ciudad y, de hecho, constituye una muestra de la posibilidad/necesidad de acabar de colocar la chapucería y sus semejantes en el basurero de la Historia.
Durán dice que el Parque “El Lago de los Sueños” es un espacio recreativo construido en las márgenes de una presa en la periferia de la ciudad de Camagüey, Cuba, lugar que antes era un terreno perdido de marabú y malezas; y que es una de las instalaciones que para el disfrute de camagüeyanos/as y visitantes abrió sus puertas el pasado 8 de Febrero, con motivo del medio siglo de la otrora Villa de Santa María del Puerto del Príncipe.
También, que el nombre de ese Lago parece una quimera pero que se ha convertido en realidad por un hombre que soñó en grande —Jorge Luis Tapia Fonseca, Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba en Camagüey—, conjuntamente con el esfuerzo de miles de constructores, de un grupo de entidades del territorio y con el apoyo de la población.
Le recomiendo a mis lectores/as la lectura del sintético trabajo sobre “El Lago de los Sueños”, pues en mi opinión a través de ella se puede conformar una idea de lo mucho y bueno que es posible realizar en interés de las personas en el marco de nuestro Socialismo, aunque estén presente y actuante objetivas limitaciones impuestas por el Bloqueo Made in USA.
Entretanto, la cuna de Ignacio Agramonte, Carlos J. Finlay, Nicolás Guillén y otros ilustres coterráneos exhibe hoy día el programa radial y televisivo “Sin Rodeos” que es similar a los escenificados en otras provincias de la Mayor de las Antillas, pero con la peculiaridad de mostrar en dramaturgia el combate a las chapucerías y sus semejantes.
Alguien familiarizado con dicho programa certifica que al respecto se hacen trabajos periodísticos sobre diversos problemas como la situación del transporte, la Higiene, problemas con la distribución de la leche, ilegalidades urbanísticas…; y que cuenta con la presencia del propio Tapia Fonseca e Isabel Graciela González Cárdenas, Presidenta de la Asamblea Provincial del Poder Popular.
Igualmente, que en “Sin Rodeos” se convocan a los principales responsables de esos sectores en el ámbito estatal para explicar a la audiencia la situación; se habilitan números de teléfonos para que las personas interesadas llamen; y se colocan periodistas en puntos de exteriores en la ciudad para debatir también. Todo, concebido como una manera de combatir nuestros problemas subjetivos.
No obstante, con tan positivo ambiente coexisten en nuestro terruño sucesos dignos de un rotundo repudio del pueblo camagüeyano. A modo de ejemplo, presento la más reciente queja aparecida en la sección del Periódico Granma, órgano oficial del Comité Central del Partido Comunista de Cuba: me refiero a Sobre la distribución de la prensa en Camagüey.
Resulta que un compañero se tuvo que lamentar por el hecho que en la zona donde reside, el cartero de su barrio perteneciente a la Empresa de Correos de ese territorio no entregaba la prensa ni en fecha ni completa sin causa justificada o sea, “debido a problemas organizativos, de indisciplina y falta de control por parte del personal de Correos”.
El cartero en cuestión, “en franco desacato a las normas establecidas en Correos de Cuba”, retiró el servicio y hasta desafió a quienes “habían planteado inconformidades ante directivos del correo por su forma de actuar”. Por ello, “se le aplicó la medida disciplinaria de separación definitiva de la entidad”; al tiempo que “fueron analizados y criticados severamente el jefe de Agencia y la jefa de Operaciones de la Oficina de Correos, quienes debieron exigir y controlar más el cumplimiento de sus deberes por ese trabajador”.
Por mi parte, voy a dejar de comentar la drástica medida aplicada a ese cartero con respecto a las denominadas críticas severas efectuadas a sus jefes. Pero sí no debo omitir/estoy en la obligación moral de decir que episodios como el de la Empresa de Correos en Camagüey constituye una bochornosa muestra de Sombras que han de ser desterradas por actitudes como la que dio lugar al “Lago de los Sueños”, el mismísimo lugar que antes era un terreno perdido de marabú y malezas, y hoy es toda una clarinada del prototipo de Luces que el pueblo necesita.
