Noel Manzanares Blanco - Cubainformación.- Siempre he sostenido que si nuestro Socialismo se hubiera limitado a construir la Educación institucionalizada establecida en la Mayor de las Antillas a partir del Gran Enero de 1959, ello por sí mismo le garantizaría un lugar destacado a escala universal en el instante en que los terrícolas hicieran un balance de lo que necesita la persona en ese sector de la sociedad. No obstante, un juicio detenido del asunto devela que aún existen problemas.

Justo cuando el pasado 6 de Mayo comenzaron a aplicarse en la Isla los exámenes de ingreso a la Educación Superior para todos los tipos de cursos y carreras que se ofertan, se realizó el primero de ellos correspondiente a la asignatura de Matemática. Lamentablemente, se supo que hubo filtración de este y, por ende, estudiantes de varios preuniversitarios de La Habana conocieron con antelación su contenido. Son ocho los detenidos, tras investigaciones preliminares.

Así, quedó confirmado una vez más que estamos distantes de alcanzar toda la calidad que debe/puede tener nuestro sistema educativo. No exceptúo a ningún nivel, en el marco de este sector. Reitero lo que expuse en Valores, garantía del Socialismo en Cuba. Hemos de asumir la preparación de la persona para la vida con orden, con disciplina, con exigencia.

Mas, las indiscutibles manchas no deben conducir a querer tapar el Sol con un dedo. Por ello, apenas hago referencia al botón de muestra localizado este 11 de Junio, ocasión en que la Asociación Mundial de la Educación Especial (AMEE) confirió el Premio “Mundo de Esperanza” al Ministerio de Educación de Cuba (MINED), en virtud de la labor que este organismo ha desplegado durante 52 años a favor de infantes, adolescentes y jóvenes con discapacidades —según varios medios de prensa.

Esa agradable noticia se dio a conocer en el acto inaugural del XII Encuentro Mundial de la Educación Especial y la Atención a la Diversidad que sesiona hasta este 13 de Junio en el Palacio de Convenciones de La Habana, momento en que la vicetitular primera del MINED, Cira Piñeira, recibió el Reconocimiento.

Puntualmente, el porqué de esta alabanza radica en la calidad de la atención ofrecida gratuitamente a más de 60 mil menores con necesidades educativas especiales. Es la misma razón que hizo que Cuba fuera escogida como sede de este XII Encuentro Mundial, donde se han dado cita más de 150 delegados procedentes de 21 países de Iberoamérica y América del Norte.

A la sazón, se destacó la labor de varias Maestras cubanas que han dedicado su vida a especialidades como la Logopedia, la Defectología y la Fisioterapia, motivo para otorgarles la distinción “Por la unidad latinoamericana” del Centro de Referencia Latinoamericano para la Educación Especial (CELAEE), de acuerdo con un reporte de la Agencia Información Nacional.

Trascendió que el presidente de la AMEE, Orlando Terré, significó que la enseñanza cubana se encamina ya por la vía de la integración, y se perciben los cambios realizados para favorecer la integración social y desarrollo intelectual de niños/as, adolescentes y jóvenes con limitaciones leves físico-motoras o mentales, a propósito de un esfuerzo y voluntad política estatal y gubernamental dignos de premiar.

Por su parte, el director del CELAAE, Santiago Borges, expresó que los reconocimientos otorgados a esos educadores del patio eran una manera de dar a conocer el trabajo de las personas que hacen buenas acciones sin reclamar atención para ser vistas, quienes ejercen sus desempeños por partida doble, porque tienen que desarrollar procesos que son a la vez distintos y complementarios como el de la inclusión social y el de la formación académica, lo que implica entonces llevar a la par las dimensiones del sentimiento y el pensamiento.

En el ámbito personal, mientras que leía la información anterior, me preguntaba cuántos sufrimientos se pudieran evitar en las familias que en diversas latitudes tienen infantes, adolescentes y jóvenes con discapacidades y, a la vez, carecen de recursos personales y/o voluntad política de las autoridades de sus países para atajar en alguna medida tal infelicidad, si gozaran del privilegio recién premiado en nuestro Caimán Verde.

Poseo plena conciencia de lo que estoy hablando. He tenido la oportunidad de conocer/palpar cómo en un país africano la amargura se ha enseñoreado en aquellas personas que saben que su tragedia se sortearía con pocos recursos materiales y financieros; al tiempo que he sido testigo de la alegría que evidencia un discapacitado/a que tiene la ocasión de estudiar una carrera que lo convierta en sujeto útil a la sociedad —amén de saber la escasez de lauros en el Tercer Mundo sobre este acontecer.

Por tanto, existe más Luz que oscuridad en el sector de marras en todo el territorio nacional. Problemas como el fraude mencionado no opaca la grandeza en nuestra Educación institucionalizada. El Premio “Mundo de Esperanza” otorgado al MINED por la Asociación Mundial de la Educación Especial, apenas devela un tanto más el mérito de la Revolución Cubana en el tema abordado.