Noel Manzanares Blanco - Cubainformación.- Tenía pendiente comentar el trascendido según el cual la Industria biotecnológica y farmacéutica ahorra a Cuba más de mil millones de dólares, de acuerdo con la Comisión de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) que debatió a principios de este Julio las experiencias relativas a la empresa BioCubaFarma y su impacto en los resultados científicos, la preservación del capital humano y el aumento de los ingresos por las exportaciones en sus 19 meses de creada.
Estamos ante una compañía que consta de 38 organizaciones, 16 grandes empresas con 78 instalaciones productivas, 8 comercializadoras, 11 firmas en el exterior y 3 casas de servicio; y exporta a más de 50 países. Además, goza de visibilidad internacional creciente, gracias a la experiencia concreta de más de 30 años que le antecedieron; sin descartar la importancia del tema salud, el prestigio de Cuba en este ámbito y la aplicabilidad de los resultados en países del Tercer Mundo.
Asimismo, resalta que BioCubaFarma surgió bajo las orientaciones estratégicas de alcanzar mayor jerarquía en el desarrollo de la ciencia y las tecnologías de avanzada, así como para la obtención de nuevos medicamentos, vacunas y productos industriales, amén de privilegiar la integración entre instituciones, sistema a ciclo completo, selección política y técnica del personal, y proyección de impacto en la salud en la Mayor de las Antillas.
El Presidente de la institución de marras, Diputado Carlos Manuel Gutiérrez Calzado, significó ante la ANPP su impacto en los resultados científicos, la preservación del capital humano y el aumento de los ingresos por concepto exportaciones; al tiempo que refirió que se trata de una industria de alto riesgo, de alta tecnología, grandes volúmenes de inversión y gastos en investigación y desarrollo; sin despreciar que la protección de la propiedad intelectual es altamente costosa, pero que constituye un elemento clave para la diferenciación y el liderazgo.
Igualmente, precisó ese directivo que las características arriba señaladas convierten a la BioCubaFarma en un sector de costos fijos elevados, puesto que requiere instalaciones y equipamiento especializados, y que además debe competir con los países desarrollados que ocupan alrededor del 85 por ciento del mercado internacional. Mas, subrayó que, por la alta eficiencia, la inversión se recupera como en pocas actividades económicas.
La información de referencia también da cuenta de que fue recientemente aprobado el financiamiento por 40 millones 200 mil dólares para 11 inversiones adicionales de alto impacto para la industria, que en un año se paga con creces; y que tres meses atrás inició el sistema de pagos por resultado a partir del valor agregado bruto y tomando en consideración el cumplimiento de indicadores directivos. A ello se agrega que desde la aprobación de la inversión extranjera en el sector, 12 países y más de 25 compañías están interesados en hacer inversiones —sin pensar en que todo es color rosa.
No obstante, un balance de fuerza conduce a sostener que es mucho más lo positivo que lo negativo que exhibe la BioCubaFarma, entidad que es 100 por ciento Socialista y de nuestro Caimán Verde. Entonces, me permito compartir con mis lectores/as la siguiente pregunta —a tono con la intervención del Presidente Raúl Castro al cierre de la última sesión ordinaria de la ANPP:
¿Por qué tenemos que admitir que en el primer semestre de este año la economía cubana haya mostrado “un desempeño discretamente ascendente” debido a que el Producto Interno Bruto (PIB) solo creció un 0,6 por ciento que denota una desaceleración del ritmo a causa de “la persistencia de insuficiencias internas en la gestión económica”, entre otros factores?
Entretanto, sin la menor vacilación con el compañero Raúl pienso que el “resultado alcanzado no nos satisface, pero tampoco nos desanima en lo más mínimo” y que de cara a “estas complejas circunstancias se impone el espíritu de luchar con firmeza y optimismo para revertir la situación y recuperar ritmos de avance que aseguren el desarrollo socialista sobre bases sostenibles e irreversibles”.
Simultáneamente, estoy convencido en absoluto que podemos hacer muchísimo más si cada quien cumple con su deber donde quiera que se encuentra y, en su defecto, se sustituye a los directivos que presenten indiscutibles incompetencias que laceran las necesidades de la población —tema sobre el que prometo meditar en un próximo trabajo.
Por el momento, certifico que lo que sí está sin sombra de dudas es que la industria biotecnológica y farmacéutica evidencia lo mucho que podemos hacer por un Socialismo cada vez mejor, cuando la eficiencia predomina en la gestión productiva y administrativa —humanamente hablando. En correspondencia, considero que la BioCubaFarma constituye un modelo a imitar de manera creativa. ¡Que así sea!
