Fundamento esta aseveración en comentarios recientes del Presidente de Guatemala luego de la entrevista que dicho mandatario, junto con los del Salvador y Hondura, tuvieron recientemente con el Presidente Obama.

La cuestión no está en los niños, sino en los estrobos creados por la Cámara de Representantes para adelantar una Ley que solucione el status de los millones de indocumentados que esperan hace más de una década por una solución definitiva, mientras pagan impuestos y son parte de la economía nacional.

El problema migratorio que enfrenta Estados Unidos no es más que politiquería electorera. La realidad es convertida en parte de ese juego nacido de un Poder dividido en facciones y luchando por la alternancia de su Administración.

Es lamentable pero así es y así ha sido. Dicho proceder tiene como contrapartida la mala intención de minar las bases de un legado de gobierno que en algunos aspectos ha logrado actuar heterodoxamente, demostrando que otras políticas y valores son necesarios y sobre todo posibles.

La reunión del Presidente con los países más involucrados en la problemática de los niños inmigrantes, ha permitido poner sobre el tapete las necesidades de realizar trabajos conjuntos y sobre todo destacar que las inversiones y las ayudas estadounidenses, son fundamentales para mejorar las condiciones internas de esas naciones.

Los republicanos han congelado en la Cámara de Representantes una legislación que solucione el status de esos millones de indocumentados que viven en un limbo hace más de una década. Estas soluciones no son tan difíciles como lo pintan y en cambio, facilitaría la creación de una política migratoria nueva, para un país que la tecnología y la ciencia lo ha conducido a la preformación de otro tipo de Estado, como resultado de los actuales requerimientos productivos, las nuevas relaciones sociales que están surgiendo, las salariales y como consecuencia, en la necesidad de nuevos cambios políticos estructurales.

Hay indicaciones que el Presidente, consciente que el asunto de los niños inmigrantes y los estorbos de la Cámara para ayudar a crear una legislación adecuada a las circunstancias, son una cortina de humo para hacer campaña electorera, ha decidido en consecuencia, hacer uso de sus discreciones presidenciales.

Para algunos esto significaría poner en práctica "un proceso de acusación" en contra de Obama, llamado "impeachment". Este comentario hace semanas que está circulando y proviene de los sectores conservadores más radicales.

La Ley llamada William Wilberforce Trafficking Victims Protection Reauthorization Act of 2008, aprobada durante el gobierno de Bush es uno de los escollos interpuesto para solucionar con más facilidad, la avalancha de niños por la frontera. El Ejecutivo quiere buscar nuevas interpretaciones a esta Ley para poder brindar una solución rápida y económica a cada uno de estos casos, sin obviar la aplicación del "debido proceso" estipulado por la misma.

En medio de estas marejadas navega el Presidente. No es fácil, como diría un cubano. Pero al parecer las personas se van cansando de estas anormalidades y aunque las organizaciones de inmigrantes además de actuar en gran medida llevados por la pasión y el desespero, son objeto de manipulación por la facción que aspira a la nueva alternancia, el horizonte indica estar más cerca de lo que parece.

Entre las medidas planeadas por Obama en estos días, haciendo uso de sus facultades, está conceder permisos de trabajo a la mayoría de los indocumentados, con lo cual circunvalaría la sucia jugada de la Cámara de Representantes, donde ha quedado varada una legislación aprobada por el Senado, para facilitar el tránsito paulatino de esos millones de inmigrantes a la ciudadanía.

Aún no sabemos en qué terminará el asunto pero no caben dudas que este es el horizonte que el tiene el Presidente frente a la ventana de la Oficina Oval

Así lo veo y así lo digo.