Alberto Buitre - Oficio Rojo - Han pasado ya más de 50 años desde la Revolución Cubana. Fidel Castro cumple 88 años. A estas alturas, los Estados Unidos ya debieron triunfar en sus propósitos de llevar su democracia al infierno comunista cubano.

¿O no? 


A principios de agosto, la agencia de información con sede en Washington, Associated Press (AP), reveló las estrategias implementadas por el Gobierno de Barack Obama para intentar desestabilizar a Cuba.

Primero fue la red social ZunZuneo.Con ella se pretendió recabar opiniones y acciones en contra de la Revolución Cubana.

Luego, el programa ‘jóvenes viajeros’ que reclutó a peruanos, venezolanos y costarriceneses para ir a impartir conferencias sobre salud y VIH/Sida, cuando en realidad, tenían la misión de enganchar a jóvenes opositores al Gobierno cubano

En ambos casos, los propósitos de “guerra silenciosa” se operaron con dinero de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). En ambos, la USAID subcontrató los servicios de Creative Associates International (CAI).

La USAID es una oficina dependiente del Departamento de Estado que dice dirigir Hillary Clinton. Todo un departamento puesto a andar gracias a los impuestos de 63 millones de trabajadores estadounidenses.

¿Y los resultados? Fallidos.

El plan Zunzuneo se cayó.

De los presuntos cubanos reclutados para hacer contrarrevolución… nadie sabe nada.

¿Para esto el régimen capitalista de los Estados Unidos le quita el 48 por ciento de su salario en impuestos a la clase trabajadora de ese país?

Y peor aún:

¿Para esto Barack Obama sacrifica hasta a sus propios ciudadanos?

Es el caso de Alan Gross, un judío de capas medias preso en Cuba desde el año 2009, tras haber sido enviado a la aventura por la USAID para introducir tecnología de espionaje, vías secretas de comunicación, software e intercambio de información para la desestabilización del país.

Gross era contratista de Developmet Alternatives, otra empresa similar CAI.

Gross enfrenta una condena de 15 años. Está enfermo, deprimido, y ha sido abandonado por los Estados Unidos.

Según Scott Gilbert, abogado del prisionero, en declaraciones recogidas por la BBC, Gross “está muy enojado” con Washington por su abandono:

Gilbert asegura que Gross está enojado con el gobierno cubano por lo que considera es una sentencia muy dura.

"Está extremadamente molesto con su gobierno, que lo envió a Cuba sin advertencias o entrenamiento apropiados, y desde su encarcelamiento, hasta donde podemos ver, no ha hecho prácticamente nada para obtener su liberación", dijo Gilbert.

Y no es para menos.

Primero se dijo que la misión de Gross era con motivos humanitarios, pero el envío posterior de agentes de Perú, Costa Rica y Venezuela, apenas cuatro meses después de la detención del estadounidense, demuestran el poco interés de Washington en el destino y la vida de su contratista.

Más aún, la utilización de mercenarios de otros países, demuestra la intención de internacionalizar la subversión contra Cuba.

Al fin y al cabo, el caso de Alan Gross le dejó una valiosa experiencia a Barack Obama: Sale mucho más barato sacrificar agentes extranjeros, que agentes estadounidenses.

¿Qué le interesa a Estados Unidos el destino de un peruano enviado a Cuba a misiones mercenarias, con un sueldo de miseria?

Si no se interesa por sus propios soldados en Siria e Irak.

¿Y los jóvenes cubanos que creen en un cambio para Cuba y que fueron defraudados por la USAID? Deberían saber al menos que tienen el derecho de demandar al Gobierno de los Estados Unidos y su contratista.

¿O es que ya no creen en la USAID?

Al menos algo así expresan en el blog Havana Times; un portal megalómano sobre política y cultura cubana, pero que de vez en cuando tiene pinceladas.

Por ejemplo ésta, al respecto:

“O a los gobernantes de EEUU les importa un comino las luchas del pueblo cubano por desarrollar un verdadero proceso de democratización en paz, hacia una sociedad superior a la actual; o están tan obstinados en prolongar indefinidamente la situación en que vive el pueblo de Cuba, en su afán por demostrar la inviabilidad del “socialismo”, que no atinan a hacer algo sensato”.

Porque, al final de cuentas, los cambios en Cuba son y deben ser articulados por el propio pueblo cubano.En primera, porque es su derecho.

Y en segunda, porque está visto que las misiones de la USAID sirven para dos pepinos.

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