Por Manuel E. Yepe*/Foto Virgilio Ponce -Martianos-Hermes-Cubainformación.- “Ferguson está bajo ocupación militar y todo el mundo está observando con horror como la policía militarizada utiliza gases lacrimógenos y balas de goma contra manifestantes desarmados. Lamentablemente, esto es sólo un anticipo de lo que espera a todo Estados Unidos en los años venideros. Mientras la economía se cae a pedazos y las personas se muestran cada vez más frustradas y furiosas, pueden preverse muchos disturbios civiles similares a aquel del que acabamos de ser testigos, con el gobierno federal y la policía militarizada respondiendo a esos levantamientos con una fuerza abrumadora”.


Así lo apreció a raíz de los hechos en el pequeño suburbio de Ferguson de la ciudad de San Luis, estado de Missouri, el periodista Michael Snyder, en su blog The American Dream.

Todo comenzó cuando el agente de policía Darren Wilson, un policía con seis años de experiencia, disparó y mató al joven negro Michael Brown quien, con su amigo Dorian Johnson, eran sospechosos de haber robado una caja de cigarros en una tienda la mañana del lunes 11.

Según la policía, Brown fue herido de disparos cuando el agente peleó con él y su amigo, en la calle; uno de los hombres empujó al policía al interior del coche patrullero donde lo agredió físicamente y riñeron por el arma del agente. Tras la pelea dentro del vehículo, en la que hubo al menos un disparo, la lucha continuó en la calle, donde Brown fue baleado varias veces.

Dorian Johnson ofreció una versión muy diferente. Dijo que él y Brown caminaban por la calle cuando un agente les ordenó pararse y enseguida agarró a su amigo por el cuello y trató de forzarlo a entrar en el coche. Brown se echó a correr y el agente lo persiguió disparándole varias veces.

La identificación del agente Darren Wilson como autor del asesinato tuvo lugar casi una semana después del hecho. Sólo tras intensas protestas de la ciudadanía local exigiéndolo, el jefe del Departamento de Policía de Ferguson, Thomas Jackson, la dio a conocer.

El informe preliminar de la autopsia privada, realizada el domingo por encargo de la familia del difunto, mostró que fueron seis disparos, dos de ellos en la cabeza, los que acabaron con la vida del joven. Hubo cuatro impactos que alcanzaron su brazo derecho sin dejar restos de pólvora en el cadáver, lo que indica que no fueron realizados a corta distancia.

Tanto la autopsia como testimonios de peritos indican que Michael Brown tenía los brazos en alto cuando fue baleado.

La respuesta popular comenzó temprano y aun es intensa. La policía usa gases lacrimógenos, bombas de humo y granadas de sacudimiento para disipar las manifestaciones noche tras noche hace más de una semana. Policías con uniformes antimotines apostados junto a un enorme vehículo armado en la calle principal reprimen severamente a los manifestantes y numerosas personas han sido arrestadas, entre ellas Antonio French, concejal de San Luis, quien publicó videos de la protesta y fue entrevistado por el sitio progresista ‘Democracy Now’.

La prensa estadounidense ha destacado en estos días la brecha racial existente entre la policía y los habitantes de Ferguson, donde de los 53 policías con que cuentan, sólo tres son negros, a pesar de que lo sean el 69% de los habitantes de esta localidad, según el NYT.

Se asegura que la Casa Blanca sigue de cerca la violenta situación, que amenaza extenderse a otras ciudades y a todo el país en torno a los funerales anunciados para el lunes 25 de agosto.

La velocidad de difusión que propician los medios sociales de comunicación permite advertir a muchísimas localidades con similares críticas situaciones de discriminación y desigualdades, de lo que promete para los pobres la militarización de la policía que se va imponiendo en Estados Unidos a partir de la entrega para uso policial de los excedentes de guerra de tantos conflictos en los que Washington se involucra.

A resultas del Programa de transferencia de equipamiento militar (aviones, vehículos blindados, grandes ametralladoras, blindados anti-minas, y otros) a los departamentos de policía locales y estaduales que estableció el Congreso, el valor del equipamiento militar recibido por estos organismos policiales ha aumentado en el país, de un millón de dólares en 1990, a $ 450 millones en 2013, según datos del NYT.

“Cuando la policía recibe tanto equipamiento, es inevitable que lo use”, apunta el periodista Michael Snyder.

La brutalidad de la policía militarizada en Ferguson semeja la de los conquistadores estadounidenses en Irak o en cualquiera otra ciudad del tercer mundo víctima de ocupación estadounidense.

*Manuel E. Yepe, periodista cubano especializado en política internacional, profesor asociado del Instituto de Relaciones Internacionales Raúl Roa de La Habana, miembro del Secretariado del Movimiento Cubano por la Paz.

Enviado por el autor a: Martianos-Hermes-Cubainformación

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