Noel Manzanares Blanco - Cubainformación.- Catorce meses atrás, fue publicado el rótulo Florida, la pobreza galopante detrás del glamour en cuyo primer párrafo se lee: “Florida es el estado del sol, escenario de vacaciones de los ricos de todo el mundo, centro de la farándula, el glamour y el buen vivir. Pero detrás de este telón hay una realidad muy dura. La pobreza avanza a pasos galopantes. La riqueza es mínima”. “De hecho, los pobres han aumentado 47% desde el año 2000”.
El mismo rótulo da cuenta que un estudio de la Universidad Internacional de Florida publicado en el 2012 por el Gobierno municipal del área metropolitana de Miami reveló que el 54% de sus habitantes, aproximadamente 2,4 millones, no tienen seguro de salud; y que eso obligó a la municipalidad a firmar acuerdos con aseguradoras para proveer un seguro de bajo coste, principalmente a aquellas personas que todavía no han alcanzado la edad mínima de 65 años para acceder a los servicios de salud subsidiados a nivel federal.
A manera de ejemplo, el rótulo en cuestión apunta:
“No es un gran consuelo para gente como Martina, una nicaragüense de 49 años que gana menos de 300 dólares semanales limpiando casas, recibe menos de 400 dólares mensuales adicionales del padre de sus dos hijos, pero paga 650 dólares todos los meses por el alquiler de su apartamento, en una zona pobre de la ciudad. La situación sería mucho más difícil si la organización caritativa 'Amigos for kids' no la ayudara”.
Esta suerte de desgracia para nunca acabar, en este instante muestra nuevos ribetes grises con pespuntes negros, de acuerdo con el reporte La mitad de los floridanos vive por debajo del nivel de pobreza que circula este 12 de Noviembre tomado del nada sospechoso de ser un periódico con inclinaciones revolucionarias, El Nuevo Herald.
El reporte del Herald certifica que casi la mitad de los residentes de la Florida, incluyendo gran parte de la glamorosa mitad sur del estado, están sobreviviendo a duras penas y viven por debajo del nivel federal de pobreza o pasando trabajo para pagar por la comida, la vivienda, el cuidado de los niños y otras necesidades básicas, de acuerdo con un estudio de United Way dado a conocer el martes —entre otros datos espeluznantes.
A pesar que ¿curiosamente? ninguno de esos despachos da cuenta de cómo viven los cubanos/as radicados al Norte del Estrecho de la Florida, no tengo la intención de remarcarle a mis lectores que esos coterráneos/as escapan a la tragedia a galope escenificada en aquella latitud por obra y gracia de la asesina Ley de Ajuste Cubano y a la criminal política de pies secos-pies mojados que generalmente se practica con las personas procedentes de la Mayor de las Antillas, sin importar incluso si han cometido graves delitos de sangre.
No obstante, sí deseo significar que, a contrapelo del acontecer que acabo de citar sobre el territorio que está a 90 millas de La Habana, en la Isla agredida por varios flancos y tergiversada hasta la Infamia por esos mismos órganos de prensa, sin creer que las cosas son de color de rosa —en rigor, son muchas las vicisitudes—, existen realidades amparadas por Naciones Unidas que sería deshonesto obviarlas en estas líneas.
Así, traigo a colación que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) en Julio de 2013 reconoció que Cuba, Nicaragua, Perú y Venezuela fueron los únicos países de América Latina que cumplieron las dos principales Metas del Milenio, fijados en torno a la reducción de los índices de pobreza y desnutrición; al tiempo que el Director General de esa institución, José Graziano da Silva, enfatizó que “lo alcanzado por esos países demuestra que con una fuerte voluntad política, coordinación y cooperación es posible lograr reducciones rápidas y duraderas del hambre”.
Un complemento de la idea anterior aparece en el título Cuba recibió reconocimiento de la FAO por haber erradicado el hambre, difundido en Marzo de este año, en el que consta que Raúl Benítez, Representante Regional de esa instancia de Naciones Unidas, señaló acerca de este indicador clave de la pobreza:
“La experiencia cubana es un repositorio valioso para los demás países de la región y para el resto del mundo, no sólo debido al saber técnico y político que implica, sino por algo más fundamental: demuestra que el hambre sí puede ser superada si un pueblo entero, una nación, sus ciudadanos y el gobierno deciden decir no más hambre”.
Entonces, de cara a la última mala-nueva de la cuna de la delincuencia de origen gusano-yanqui y escenario norteamericano revelador de cómo las desgracias cabalgan, no debo menos que subrayar ante la ‘oferta’ de la Florida a Cuba: ¡Solavaya!
