Por: Osmany Sánchez (jimmy@umcc.cu / @JimmydeCuba).- Interesantes las declaraciones a Cubadebate del Director Nacional de Beisbol Heriberto Suárez, hay que reconocer que el hombre viene con ganas de cambiar cosas y recuperar lo perdido con el deporte nacional. La tarea no es para nada fácil pero la carga sería mucho más ligera si se dejara ayudar, si como parece, se acerca a la base, al pueblo y escucha sus opiniones.


Se pretende cambiar la estructura, poner 4 equipos con nuevos nombres ¿y de dónde saldrán esos nombres? Ojalá la decisión sea tomada con el pueblo, con encuestas en los territorios que integren los equipos y no que esos nombres se decidan en una oficina con aire acondicionado. Sobran las malas experiencias.

Hay un punto que él aborda y sobre el que me gustaría referirme a partir de una experiencia personal: la emigración de atletas. La historia la podemos dividir en tres momentos.

El primero de ellos es cuando sentado en las gradas del estadio Victoria de Girón durante un juego de las estrellas de la Serie Provincial, escucho hablar al padre de un joven lanzador matancero, resaltando sus virtudes mientras los demás le aseguraban que Víctor Mesa lo incluiría sin dudas en la nómina de los Cocodrilos.

El segundo momento es cuando un tiempo después, en el mismo estadio durante un tope de confrontación entre los juveniles del Cuba y los Canadienses, escucho decir al mismo padre que él había gastado más de dos mil dólares en la formación de su hijo.

El tercer momento es el intento de salida ilegal del país del atleta y su padre.

El beisbol cubano se desangra por la emigración de sus atletas. Es cierto que ya al país le va quedando poco por hacer pero la realidad está ahí y quizás la solución no esté en el techo sino en los cimientos. El padre asegura que gastó más de dos mil dólares en la formación de su hijo, pero es que en lugar de gastos, lo ve como una inversión y no es el único caso.

La falta de implementos obliga a los padres a gastar mucho dinero para que los hijos puedan entrenar. Esto no solo provoca que muchos niños con talentos pero con padres con poco poder adquisitivo se pierdan por el camino, sino que los que gastan el dinero no se sienten comprometidos con el movimiento deportivo, lo ven como un trampolín, como una variable en esa inversión que están haciendo.

Decía antes que ya al país le queda poco por hacer y así es. Creo que en estos momentos lo más sensato es no romper con esos atletas aun cuando emigren sin pedir el permiso correspondiente. En esos casos se debe aplicar una sanción por incumplimiento del contrato –si es que existe- con su equipo provincial, pero mantener las puertas abiertas para que regresen a jugar si aún están en Cuba o que pueda ser llamado al equipo nacional o jugar en la Serie Nacional si es que emigró.

Aquí siempre hago la aclaración de que el que abandona un equipo en una competencia internacional es un traidor y a esos sí no les permitiría volver a integrar un equipo nacional o jugar en Cuba. Un amigo me dice que “traidor” es una palabra muy fuerte pero no se me ocurre otra para catalogar una acción así, abandonando a tus compañeros de equipo y a tu pueblo.

Además de llamar a los que están fuera a integrar equipos nacionales, se debe eliminar la ridícula decisión de no poner por la televisión los juegos de Grandes Ligas donde participen cubanos. Al contrario, se deben poner por la televisión y hablar de sus logros. Son nuestros, no permitamos que otros se apropien de ellos, además de que por las memorias flash circula todo lo que se quiera ocultar.

Issac Delgado hablando en la Mesa Redonda, quién lo iba a decir. Nadie me lo contó, yo mismo lo vi. Raúl Paz, Descemer Bueno, Bony y Kelly y muchísimos artistas más que un día emigraron, están de regreso en Cuba –como debe ser- y nada pasa. Si se trata de paranoia entonces ¿es ideológicamente menos peligroso el arte que el deporte? ¿Es más dañino un jonrón de Pito Abreu que un reguetonero con una cadena de oro del grosor de un bate por fuera de la camisa en 23 y M?

El nuevo Director Nacional de Beisbol tiene muchas ganas, pero si no se deja el puritanismo a un lado no se logrará mucho. Lo mismo para el Voleibol y otros deportes. Si las acciones de un funcionario están dirigidas a crear satisfacción al pueblo, entonces que escuchen al pueblo, ese nunca se equivoca.

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