“Diplomacia: el camino más largo entre dos puntos.”
Pierre-Adrien de Courcelle
Por Justo Cruz*/Foto Virgilio Ponce -Martianos-Hermes-Cubainformación.- Durante mi estancia en La Habana en febrero de este año me llamó mucho la atención la cantidad de estudiantes norteamericanos que vi. Solo en el edificio donde vive un amigo en el vedado vivían como seis.¿Quién se iba a imaginar hace algunos años atrás que los cubanos podrían viajar “libremente”, siempre y cuando recibieran visas por supuesto, que íbamos a tener Internet con zonas Wifi en muchos parques de Cuba, que nos iban a visitar tantos estudiantes norteamericanos, que cada semana iba a anclar un crucero en la bahía de La Habana, que la “disidente” cubana Berta Soler iba a viajar cada dos semanas a Miami a recibir instrucciones de sus pagadores, que Martha Beatriz Roque iba a comer aguacate en la Florida, que los Rolling Stones iban a dar un concierto gratis en La Habana y que un presidente norteamericano sería recibido con hospitalidad en nuestro país? Y todo esto sin que la Revolución se haya “caído”.
El que me hubiera dicho esto hace diez años atrás le hubiera dicho, usted está soñando compay.
Un estudiante estadounidense el cual conocí en La Feria del Libro en la Cabaña respondiendo a mi pregunta de cómo se sentía en mi país, me comentaba: “Cuba es un país formidable y muy tranquilo. Es una lástima que nuestro Gobierno nos haya tenido engañados por tanto tiempo. Aquí hemos tenido la posibilidad de conocer a los cubanos con sus problemas y virtudes. Te dan su opinión sin miedo, inclusos algunos son muy críticos con el sistema, y hasta ahora no han detenido a nadie, al menos que yo sepa. Los cubanos son culto e inteligente y conocen más de nuestro país que mucho de nosotros. Nosotros en cambio no tenemos idea de Cuba ni del mundo. Nuestro país es un país de ignorantes por eso es que cualquier ignorante puede ser presidente. Así que no te asombres si Donald Trump fuese elegido como tal. Lo mejor que le puede pasar al Gobierno cubano es que los estadounidenses visiten a Cuba para que puedan constatar con sus propios ojos quién miente a quién”.
Esto es a grosso modo un resumen de la impresión que se lleva un estudiante estadounidense a su país después de una estancia de tres semanas en Cuba.
Escuchando estas palabras de este joven recordaba una frase de Wolfgang Amadeus Mozart cuando decía: “Para conocer a la gente hay que ir a su casa”.
Pienso que el estudiante estadounidense tiene mucha razón, yo creo que lo mejor que le pueda pasar a Cuba es que el mundo la conozca. Así que bienvenido sea Obama, el también debe tener la posibilidad de conocernos.
Estoy seguro que después de su estancia en Cuba el mandatario estadounidense ya no será el mismo, Cuba tampoco, de esto podemos estar seguro.
En el plano personal no estoy en desacuerdo con que el gobierno del presidente Raúl Castro y el presidente Obama se hayan puesto de acuerdo para que este último visite a Cuba. Sí pienso que hubiera sido mucho más hermoso y provechoso para nuestro pueblo si esa visita se realizara después de que su gobierno haya levantado el Bloqueo contra nuestro país y devuelto el territorio donde se encuentra la Base Naval de Guantánamo.
Pero al parecer esto sería mucho pedir, por el momento.
Solo esas dos cositas hubieran sido un buen motivo para darle una bienvenida como se merecería, aunque por un momento tuviéramos que olvidarnos de los desmanes que su gobierno está cometiendo en otros lugares del planeta.
Aún así hay que reconocer que se ha logrado mucho en materia de diplomacia y esta visita sin dudas le daría a Obama la oportunidad de conocer a Cuba por dentro, no a través de lo que le cuentan Marco Rubio, Ileana Ross-Lethinen y sus mercenarios en Cuba.
En los últimos meses han visitado a la pequeña isla del Caribe desde Jefes de Estados hasta ministros, delegaciones de todo tipo, incluso de países que tradicionalmente han tenido una posición de respeto hacia el Gobierno de La Habana y hacia el pueblo de Cuba.
El Papa Francisco, una de las personas que más influyó en este proceso de normalización de las relaciones entre ambos países, también nos visitó.
No recuerdo que para alguno de estas personalidades se hayan reparado tantas calles en La Habana, mucho menos estadios. No me mal interpreten por favor, no es una crítica, es solo una observación.
Los diplomáticos cubanos han manifestado en reiteradas ocasiones que Obama será recibido con la hospitalidad que caracteriza al pueblo cubano. Lo que a mi me preocupa es que seamos mucho más “hospitalarios” con Obama que con los demás prominentes que han visitado al país, incluyendo el Papa Francisco, lo cual consideraría una contradicción si tenemos en cuenta lo que ha tenido que sufrir nuestro pueblo a lo largo de más de cincuenta años como consecuencia de la política agresiva, arrogante y prepotente de todos los gobiernos que ha tenido la Casa Blanca desde que existe la Revolución cubana, Obama incluido.
Si debemos agradecerle su sinceridad cuando manifestaba que “Una política de compromiso con la isla puede ser mucho más eficaz que el aislamiento. No sirve a los intereses de Estados Unidos tratar de empujar a Cuba hacia el colapso”. Obama quiere hacer compromiso con Cuba para así lograr lo que sus antecesores no lograron. Pero esto por suerte también lo sabemos, así que se siga creyendo cosas, pero que venga.
No obstante, en estos tiempos de “Obama” y “Rollings Stones” hay que tener en cuenta que los acontecimientos sucedidos en los últimos años relacionados con las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos han tomado a la sociedad cubana por sorpresa. Nadie estaba preparado para tanta avalancha y negarlo sería como tapar el sol con un dedo.
Por eso pienso que sería injusto e insano catalogar de superevolucionarios, seudorevolucionarios y oportunistas a aquellos revolucionarios, que en su punto de vista respecto a la visita de Obama a La Habana, difieran del punto de vista oficial. Estoy hablando de los verdaderos revolucionarios.
Hay que saber diferenciar entre las gestiones de un gobierno cuya tarea es velar por los intereses del Estados manejando profesionalmente y con sentido común las relaciones internacionales, que es lo que se conoce como “diplomacia”, y el estado de opinión de sus ciudadanos, que en un momento determinado pueden estar o no de acuerdo con las decisiones que su gobierno tome.
Esto también es normal, o debe serlo. No todo el mundo es o puede ser diplomático.
No podemos negar que todo lo que se está haciendo en La habana en materia de restauración y renovación para recibir a Obama con hospitalidad, merecida o no, está llamando mucho la atención, sobre todo la atención de los cubanos.
Por eso no debemos asombrarnos si los fanáticos del equipo de Industriales ahora se pregunten por qué hubo que esperar a la visita de Obama para que se renovara su estadio, y los pinareños por su parte, y sin envidia, le pidieran a Obama que la próxima visita la hiciera a su provincia, ellos también tienen un estadio que también necesita de algunas reparaciones.
Por eso después de estas reflexiones se me ocurre esta pregunta:
¿Será que es verdad que el mandatario estadounidense Barack Hussein Obama es el presidente más poderoso del mundo?
Nota: No sé si será una indiscreción de mi parte, pero creo no sería una mala idea si alguien le preguntara a Obama por Ana Belén Montes, quizás él no la conozca todavía.
*Justo Cruz, residente cubano en Alemania, Coordinador de Cuba Si.
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