Por Arthur González/El Heraldo Cubano-Martianos-Hermes-Cubainformación.- El 25/03/2016 la Casa Blanca dio a conocer el informe confeccionado por el presidente Barack Obama, de sus impresiones sobre su breve visita a La Habana.


 

MartianosEn un sucinto memorando, Obama expresa los resultados en los que destacó el significado histórico del viaje, después de casi 90 años de la efectuada en 1928 por otro presidente de Estados Unidos.

Solo le interesó señalar aquellos aspectos en que se proyectó su viaje, como el contacto con los “disidentes” y trabajadores no estatales.

En ese sentido expuso:

“Me hablaron de sus esperanzas y sus luchas, hablamos sobre lo que podemos hacer juntos para ayudar a los cubanos a mejorar sus vidas”.

“Tuvimos una maravillosa cena en uno de los paladares de La Habana, los restaurantes familiares donde los estadounidenses y los cubanos podrían reunirse y hablar sobre plátanos tostones”.

“Voy a recordar el espíritu innovador de los empresarios de Cuba, especialmente a los cuentapropistas que ejecutan sus propios pequeños negocios, como el alquiler de habitaciones, salones de belleza, peluquerías y servicios de taxi”.

Desde que Obama anunció el 17/12/2014 el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre los dos países, su interés básico ha sido fomentar el trabajo privado como ideal de lo que debe ser la economía cubana.

Tal parece que la educación, salud, cultura, deporte, el desarrollo industrial, científico y biotecnológico, alcanzado por Cuba gracias al empeño del Estado, no existieran.

En su informe subrayó que estuvo orgulloso de anunciar nuevas asociaciones para ayudar a hombres y mujeres, muchos de ellos jóvenes, a iniciar y hacer crecer sus negocios, las que incluyen el apoyo a más cubanos para conectarse a Internet y a la economía mundial, por ser, a su parecer, la cara del pequeño pero creciente sector privado de Cuba.

Respecto a los contrarrevolucionarios financiados por él con la envoltura de “disidentes”, les dedicó unos párrafos donde expuso;

“Voy a recordar el valor de los defensores de derechos humanos cubanos que conocí, muchos de los cuales han sido acosados, detenidos o encarcelados simplemente por defender la igualdad de derechos y la dignidad de cada cubano”.

“Me hablaron de su trabajo para promover la libertad de expresión, de reunión, de prensa y religión, y les prometí que Estados Unidos seguirá defendiendo los derechos humanos universales en Cuba como lo hacemos en todo el mundo”.

Pero Obama no mencionó que ese escaso grupo no representa al pueblo cubano y como escribiera uno de sus diplomáticos estadounidenses al frente de la Misión diplomática en La Habana:

“Pese a sus afirmaciones de que representan a miles de cubanos, nosotros vemos muy pocas evidencias de ese apoyo… están más preocupados por tener mayores oportunidades para viajar libremente y vivir de manera confortable”.

El Presidente fue escueto en los demás aspectos.

De las conversaciones con el Presidente Raúl Castro ni una letra, y menos aún de las cosas pendientes como el Bloqueo, la Ley de Ajuste Cubano, el financiamiento a la subversión, ni de la Base Naval en Guantánamo.

Algo que le interesó dejar para la historia fue el trato respetuoso y amigable del pueblo a su paso por las calles, donde no encontró protestas ni manifestaciones en su contra, como en otras partes del mundo.

Obama finalizó su memorando con los deseos de cambiar el sistema socialista, algo no alcanzará a ver ni en su mandato ni en los sucesivos, al afirmar:

“No va a ser fácil. El largo camino por delante tendrá avances y retrocesos, pero los cubanos que conocí esta semana reafirmaron mi esperanza de que juntos podemos tener éxito. Creo en el pueblo cubano”.

Sin dudas, el socialismo cubano en unos años será diferente, a partir del nuevo modelo económico que se implementa para hacerlo más productivo y eficiente, a pesar del Bloqueo económico que debe desmoronarse por ser condenado por el mundo, pero el desmontaje para el cual trabaja Estados Unidos es algo irrealizable.

Los cubanos no quieren regresar al pasado que los marginaba, explotaba y discriminaba; para eso la Revolución los alfabetizó, les dio cultura y conocimientos políticos suficientes para discernir las diferencias entre el sistema capitalista que tenían hasta 1959 y el socialismo escogido desde 1961, porque tienen un pensamiento claro y sensato de lo que desean y necesitan.

No en balde José Martí escribió:

“El pensamiento enérgico, como la luz que brilla en la oscuridad, ilumina el espíritu de los tiempos y dota al futuro con una reproducción valiosa y duradera del presente”.

Enviado por el autor a: Martianos-Hermes-Cubainformación

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