Noel Manzanares Blanco – Cubainformación.- Hace doce meses, brotó el Editorial ¿Por qué hacer Periodismo de Barrio en Cuba hoy?/ Razones para una nueva organización periodística, a modo de acreditar ante sus lectores/as los fundamentos del entonces emergente órgano mediático. En su primera oración dice que “El periodismo es una promesa implícita de cambio” y en su segundo párrafo inicia certificando: “Si en San Felipe, Pueblo Nuevo, Cerro y Diez de Octubre [en La Habana] no hubiera esperanza, este primer número de Periodismo de Barrio no existiría”.


Tal comienzo me pareció bien. En ello me afinqué más, al leer su tercer párrafo:

“Periodismo de Barrio nace con el objetivo de llevar al público las historias de comunidades afectadas por desastres naturales o especialmente vulnerables ante fenómenos como huracanes, inundaciones, sequías, fuegos, deslizamientos de tierra, u otros ocasionados por la incidencia del hombre. Consideramos que este es un asunto de la mayor importancia, toda vez que, en un contexto global marcado por el peligro del cambio climático, Cuba se encuentra en una de las principales zonas de riesgo”.

Y al adentrarme más en el contenido del Editorial de marras, encontré ideas interesantes. Por ejemplo, estas que continúan:

“Periodismo de Barrio quiere ser también un experimento en otro sentido. Somos una organización periodística cubana sin fines de lucro. Nuestro modelo de financiamiento futuro incluye la solicitud de fondos a entidades públicas y privadas en diferentes países del mundo, incluido Estados Unidos. Muchas organizaciones de ese país promueven actualmente el desarrollo de un periodismo de calidad y los aires de progresiva normalización entre ambas naciones hacen de este un momento ideal para el acercamiento. Pero queremos ser claros: no aceptaremos donaciones de ninguna institución que busque —o haya buscado— la subversión del sistema político cubano, ni de nadie que pretenda incidir en nuestra agenda. Y vamos a publicar el nombre del donante y el monto de las donaciones que recibamos. Adoptaremos un modelo donde las finanzas serán completamente públicas y estarán disponibles en nuestro sitio web y en reportes periódicos. Hacemos esto porque queremos predicar con el ejemplo a favor de una mayor transparencia en Cuba” —estas y otras negritas que aparezcan son mías.

Precisamente porque es de conocimiento público cómo existen determinadas donaciones extranjeras —en especial, las Made in USA— que han buscado/buscan/buscarán “la subversión del sistema político cubano”, de inmediato me vino a la mente hasta qué punto los creadores/as de Periodismo de Barrio eran sujetos con suficiente madurez política como para sortear las condicionantes que tratarían de imponer los ¿nobles y solidarios? contribuyentes a la presencia de esta organización periodística.

Sin embargo, al respecto me sirvió de esperanza la advertencia realizada por este actor mediático, pues no paso por alto que se hace constar: “Adoptaremos un modelo donde las finanzas serán completamente públicas y estarán disponibles en nuestro sitio web y en reportes periódicos. Hacemos esto porque queremos predicar con el ejemplo a favor de una mayor transparencia en Cuba”.

Mi ilusión se reforzó, después que leí que en su Código de ética se reconoce “El artículo 53 de la Constitución de la República de Cuba [que] establece: 'se reconoce a los ciudadanos libertad de palabra y prensa conforme a los fines de la sociedad socialista'”; al paso que atestigua que en “Financiamiento/ Solo aceptaremos colaboración (financiamiento, equipos o servicios) de organizaciones, instituciones, fundaciones o personas que cumplan los siguientes requisitos:/ Respeten la soberanía de la República de Cuba, su Estado y sistema político”.

Pero permanecí inquieto, pues previamente también certifica el Código en cuestión:

“El ejercicio del periodismo bajo ninguna circunstancia deberá subordinarse a los intereses de Gobiernos, instituciones, organizaciones políticas o sociales, empresas estatales, compañías, negocios privados o personas”. “La discriminación por color de la piel, religión, ideología, filiación política, cultura, edad, género, identidad de género, orientación sexual, enfermedad física o mental, discapacidad, lugar de nacimiento o residencia, status económico, nivel de escolaridad, ocupación o apariencia, es inaceptable”.

A propósito, formulo estas preguntas: ¿Qué quiere decir “bajo ninguna circunstancia deberá subordinarse a los intereses de Gobiernos, instituciones, organizaciones políticas”? ¿Será esta tesis un irreconocimiento al “artículo 5o.- [de nuestra Constitución] El Partido Comunista de Cuba, martiano y marxista-leninista, vanguardia organizada de la nación cubana, es la fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado, que organiza y orienta los esfuerzos comunes hacia los altos fines de la construcción del socialismo y el avance hacia la sociedad comunista”?

La inquietud en este orden de pensamiento me aumentó, tras analizar el entusiasmo con el cual el pasado 27 de Septiembre apareció Gobierno cubano arrecia campaña contra medios independientes en el Nuevo Herald (¿dónde, si no? Ver: La nueva prensa, Cuba Internet Freedom: nueva falacia en Miami y Con el caballo enjaezado, la fusta en la mano y la espuela en el tacón). En la ocasión, el vocero de las peores actitudes contra el pueblo cubano, no vaciló en sostener:

“[…] a diferencia de otros momentos, el lento avance de la internet, ha permitido la proliferación de blogs y medios digitales con una variada orientación editorial y con financiamiento no estatal (becas institucionales, fondos de gobiernos extranjeros o dinero privado). Uno de ellos, Periodismo de Barrio publicó un editorial en el que directamente cuestionó la posibilidad de un periodismo de servicio público bajo el control del Partido”.

Y acto seguido, cita el Editorial Las contradicciones del periodismo cubano, publicado el 14 de Julio de 2016: “No es posible servir, al mismo tiempo, a los intereses de la sociedad y a los intereses del Partido que gobierna el Estado, porque los intereses de ambas partes no siempre se corresponden... Entre prensa y Partido no existe, ni puede existir, una relación basada en igualdad de condiciones. El Partido espera de la prensa sumisión”.

Debo significarles a mis lectores/as que esta cita de el Harld está compuesta por una primera parte extraída de un párrafo y una segunda buscada de otro segmento del escrito. No obstante, también debo significar que la construcción de lo citado se ajusta al sentir de ese Editorial de Periodismo de Barrio. Por ende, me permito otras preguntas:

¿Quién duda que con estos elementos de juicio estamos ante un hecho violatorio de la Constitución de la República de Cuba, particularmente respecto al artículo número cinco? ¿Acaso deja de ser una tergiversación que por el acto de existir afinidad en los objetivos del Partido Comunista de Cuba y la Prensa insubordinada al Capital, el primero “espera” de la segunda “sumisión”?

(En el orden personal, en Cuba: propuestas a un documento de su Partido dirigente escribí a modo de adición a los Principios de nuestro socialismo que sustenta el Modelo: “i) La libertad de discusión, el ejercicio de la crítica y autocrítica, el contraste informativo y la subordinación de la minoría a la mayoría rigen en todos los componentes del sistema político cubano. Estos aspectos deben encontrar espacio y sistematicidad en los medios masivos de comunicación”).

¿Alguien que desprejuiciadamente compare la actitud inicial de Periodismo de Barrio (“el objetivo de llevar al público las historias de comunidades afectadas por desastres naturales o especialmente vulnerables ante fenómenos como huracanes…”) con las aristas reflejadas por el Herald, se atreve a negar que la posición contra la vanguardia ideo-política en la Mayor de las Antillas implica compartir la actitud de la Administración Obma hacia la Revolución Cubana?

Finalmente, resalto un detalle: si en efecto detrás del financiamiento de Periodismo de Barrio se encuentra la mano de la Casa Blanca y/o uno o varios de sus tentáculos —busqué y no encontré la afirmación del ¿independiente? órgano de prensa según la cual evidenciará un “modelo donde las finanzas serán completamente públicas y estarán disponibles en nuestro sitio web y en reportes periódicos”—, entonces concluyo subrayando que presiento que con este actor mediático queda revelado un abrazo a las verdaderas intenciones de Washington vs. Socialismo en Cuba.

 

 

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