Noel Manzanares Blanco – Cubainformación.- Dieciocho meses atrás, no vacilé en firmar Cuba-EEUU: relaciones de interés mutuo a partir de la realidad que revela cómo la Mayor de las Antillas desde siempre ha planteado su beneplácito con que los vínculos La Habana-Washington se desarrollen de manera civilizadas, con los preceptos de la Organización de Naciones Unidas y el Derecho Internacional, sin darle la espalda al postulado leninista de Coexistencia Pacífica y al margen de divergencias ideo-políticas, y consciente del beneficio bilateral que todo ello genera.
Entonces, sostuve que es lamentable que cubanas y cubanos hayan tenido que soportar el más largo Bloqueo multilateral que una nación todopoderosa ha impuesto a país alguno; que es una enhorabuena vínculos cualitativamente distintos entre los lados del Estrecho de la Florida; y que es mucho lo que le podemos ofrecer a estadounidenses en sentido general —aunque jamás de rodillas.
A modo de ilustración, en aquella oportunidad expresé que tenemos un elevado nivel cultural, de seguridad social, de tranquilidad ciudadana, de seriedad gubernamental; y que tenemos además tanto las marcadas posibilidades de hacer inversiones en varias esferas del territorio nacional, destacando en torno a la Zona de Desarrollo Mariel, como una incalculable virtud científico-tecnológica-productiva cuyo ejemplo más ilustrativo sea quizás la industria bio-farmaceútica.
Ahora, confirmo lo que escribí el 1ro. de Abril de 2015 de cara a la noticia Estados Unidos emite nuevo paquete de medidas para Cuba que contempla que la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro aprobó nuevas regulaciones para autorizar la colaboración científica en el campo médico entre estadounidenses y cubanos, así como la posibilidad de que medicamentos producidos en Cuba puedan obtener la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicinas (FDA) y ser comercializados en EEUU. Todo, se hará efectivo el día 17 del corriente.
Me detengo en lo concerniente al “campo médico entre estadounidenses y cubanos”, sin negar el carácter positivo de otras regulaciones que permitirán otorgar becas para la investigación científica y las actividades religiosas, que los viajeros puedan importar de Cuba y que hayan sido incluidos la autorización de créditos privados y del uso del dólar, amén del reconocimiento al papel de la empresa estatal cubana en el comercio bilateral, entre otras medidas —fuera de que, hasta este minuto, nuestro Gobierno no ha podido realizar ninguna transacción internacional en dólares, como se anunció un semestre atrás.
(En la información de el Nuevo Herald consta que John Kavulich, presidente del US-Cuba Trade and Economic Council, hizo notar que las medidas anunciadas, aunque significativas, se han quedado cortas. He aquí una razón por la cual autoridades del patio han reiterado la pertinencia de que el Señor Obama use sus prerrogativas ejecutivas al máximo de sus posibilidades para continuar introduciendo cambios en la política que tanto daño causa al pueblo cubano).
Insisto en la reciprocidad que provoca la más reciente determinación de medidas de la Casa Blanca en el campo de la salud, porque es muchísimo lo que se va a beneficiar el pueblo norteamericano al poder acceder normalmente a nuestros avances en tan importante sector. Comparto unos pocos elementos.
En Enero de 2016 se divulgó Biotecnología cubana exhibe logros al enfrentar 26 enfermedades en la Isla cuyo primer párrafo resalta que los resultados de los investigadores del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología de Cuba (CIGB), perteneciente al Grupo BIOCUBAFARMA, contribuyen al diagnóstico, prevención y tratamiento del mencionado número de enfermedades a lo largo y ancho de nuestro archipiélago.
El reporte agrega que la institución insignia de la biotecnología cubana, fundada el 1ro. de julio de 1986 por el Líder de la Revolución, Fidel Castro, cuenta actualmente con más de 50 proyectos de investigación y desarrollo que abarcan vacunas humanas y veterinarias, proteínas recombinantes para uso terapéutico, péptidos sintéticos, anticuerpos monoclonales y sistemas para diagnósticos, así como de la biotecnología de plantas y la acuicultura.
También, destaca que los resultados del CIGB muestran entre sus principales conquistas el hecho de que alrededor de 49 mil pacientes cubanos han sido favorecidos con el tratamiento del Heberprot-P que es un producto que facilita la cicatrización de las úlceras complejas del pie diabético y reduce el riesgo de amputación en el 78 por ciento de los casos. Se trata de un fármaco que hoy por hoy se emplea en 185 mil pacientes de otros países.
Igualmente, significa que, entre distintos productos novedosos del CIGB, contamos con el HeberNasvac, un medicamento para el tratamiento de la hepatitis B crónica administrado por las vías nasal (fundamentalmente) y subcutánea, que ejerce más eficacia antiviral que los tratamientos existentes y con menos reacciones adversas; así como con la Proctokinasa que es otro fármaco con efectividad comprobada para tratar las hemorroides agudas y que, en forma de supositorios, elimina los trombos y microtrombos presentes en ese proceso inflamatorio, evita procederes invasivos (quirúrgicos y endoscópicos) en las hemorroides trombosadas y garantiza la rápida reincorporación de los pacientes al trabajo y a sus actividades cotidianas.
Y apenas les acabo de subrayar unos pocos resultados en esta materia.
Por tanto —al tiempo que saludo al nuevo paquete de medidas de la Administración Obama y no dejo de continuar reclamando el cese integral del Bloqueo feroz—, sin un ápice de exageración acredito que la noticia de marras en las relaciones EEUU-Cuba constituye más acciones positivas, pero sin descartar que se trata de un escenario en beneficio mutuo.
