Noel Manzanares Blanco - Cubainformación.- A las 6 y 30 am, cuando me encontraba preparando un trabajo en mi casa, una llamada de un colega me impuso de la noticia que ha entristecido a millones y millones y millones de Mujeres y Hombres de Cuba, de Nuestra América, del Mundo: este 25 de Noviembre, justo al cumplirse seis décadas de la partida del Yate Granma desde México para reiniciar la lucha libertadora en nuestra nación, Fidel partió a la Eternidad.
De momento, sentí que un dolor inmenso se había apoderado de mí y, sin embargo, lejos de que me brotaran lágrimas, se apoderaba de mí al unísono no sé cuántas ideas suyas sintetizada tal vez en su Concepto de Revolución y la tesis acerca de la necesidad de perennemente “luchar por nuestros sueños de justicia para Cuba y para el mundo, que es la base de nuestro patriotismo, nuestro socialismo y nuestro internacionalismo”, según su Magisterio.
De inmediato, contacté con los medios de prensa del patio y me puse al tanto del transcendental acontecimiento. Se me reveló en el instante la convicción según la cual la manera de Honrar a Fidel Alejandro Castro Ruz es que su pensamiento ilumine incesantemente la actitud de cada compatriota por tributar a la causa de la Revolución Cubana.
Entrevistado para la Radio de Camagüey acerca del legado de nuestro Máximo Líder, no vacilé en insistir en cómo el 18 de Diciembre de 1956, tras el desembarco del Granma y el revés de Alegría de Pío, al encontrarse con Raúl Castro y un puñado de combatientes del Ejército Rebelde, cuando la lógica y la aritmética aconsejaban cesar la lucha ante la superioridad militar del enemigo, Fidel atinó a decir: “¡Ahora sí ganamos la Guerra!”. Y tampoco pasé por alto que el 26 de Julio de 1989, ante el camino a la desintegración de la Unión Soviética y la enorme tragedia que de ello se derivaría, Fidel sentenció que en esas condiciones Cuba y su Revolución continuarían resistiendo y luchando por un mundo mejor para nuestro pueblo —suceso devenido cúspide en nuestro Internacionalismo Proletario.
Simultáneamente, sentí/siento que me invaden muchas, muchas y muchas de sus Enseñanzas que no logro articular para expresarlas tal como quisiera. Presiento, no obstante, que esas mismas Enseñanzas me acompañarán en lo que me queda de estancia en nuestro universo.
En este minuto, me esfuerzo para que el desasosiego no melle mi conciencia y con mi pueblo me incrusto en el Corazón las palabras con las cuales el Eterno Comandante en Jefe de la Revolución Cubana culminó su intervención en la clausura del 7mo Congreso de nuestro Partido Comunista: “Emprenderemos la marcha y perfeccionaremos lo que debamos perfeccionar, con lealtad meridiana y la fuerza unida, como Martí, Maceo y Gómez, en marcha indetenible”.
En este minuto, se reafirma en mí el hecho que la vida que se ha entregado para tributar a la construcción del bienestar de la Humanidad emerge recurrentemente, una y otra vez, en todas las personas que en cualquier latitud del planeta luchamos contra la manifestación de injusticia y por la Dignidad del ser humano.
En este minuto, consciente de la fuerza de su pensamiento que sintetiza lo mejor de las ideas de nuestros Padres fundadores, Héroes y Mártires de la Patria, y de los Próceres de la Humanidad, exclamo a los cuatro vientos: ¡Fidel Vivirá por Siempre!
