Noel Manzanares Blanco - Cubainformación.- En este minuto transita un despacho de Yahoo News (1) certificando que Abogados de primera línea y al menos cuatro bufetes rechazaron las propuestas de la Casa Blanca para representar al presidente Trump en las investigaciones sobre Rusia, en parte preocupados por el hecho de que el jefe de Gobierno no escuchara sus consejos, según indican cinco fuentes cercanas a las conversaciones que se están manteniendo sobre este asunto.
Agrega Yahoo News que ello ha complicado los esfuerzos de la administración por construir una estrategia de defensa coherente, a pesar de que la Oficina Oval empezó a reunirse discretamente con un equipo jurídico externo hace ya varias semanas, tras la conmoción pública desatada por el despido del director del FBI, James Comey —quien está previsto que testifique este jueves en la comisión de inteligencia del Senado.
Con anterioridad, circuló un análisis con el título “¿Por qué Trump le teme al testimonio de Comey?” (2) en el que se lee que el exdirector del FBI coloca al presidente y a sus acólitos en un dilema insuperable. Si hubiera silenciado al funcionario que despidió, como era su inclinación, entonces habría alimentado las sospechas de que obstruye las investigaciones del contubernio entre los rusos y su campaña presidencial. Al permitirle declarar, se arriesga a que Comey lo desenmascare aún más, que desmienta algunas de las muchas falsedades que él y sus allegados han propagado sobre el Rusiagate y sobre Comey.
Consta en ese análisis que la única carta que tenía Trump para amordazar a Comey se llama “privilegio ejecutivo” que es una figura legal que se ha desarrollado con el tiempo para proteger las comunicaciones secretas entre el presidente y las agencias que se hallan bajo su jurisdicción; que ese privilegio es uno de los mayores retos que han enfrentado los periodistas para informarle al público estadounidense sobre los tejemanejes de los presidentes y sus colaboradores cercanos; y que, por fortuna, no es un valor absoluto porque de hecho no aparece ni en la Constitución, ni en ninguna ley o estatuto federales ni en las reglas sobre evidencias judiciales —aunque los presidentes lo han invocado con frecuencia para proteger sus errores, manipulaciones y chanchullos, y en la mayoría de los casos las cortes se lo han denegado.
Por mi parte, en “EEUU-Cuba: ¿Más hacia relaciones civilizadas?” (3) resalté lo positivo del hecho según el cual en el Legislativo estadounidense más de medio centenar de senadores demócratas y republicanos presentaran de nuevo la Ley de Libertad para Viajar a Cuba; al tiempo que ese suceso es acompañado de los siguientes datos: uno, la cantidad de estadounidenses que arribaron a Cuba creció exponencialmente hasta llegar en 2016 a 284 mil; otro, el 81 por ciento de los ciudadanos de esa nación, incluyendo siete de cada 10 republicanos, y el 74 por ciento de la comunidad de cubanos residentes en el condado de Miami-Dade, en Florida, apoya los viajes de marras.
Asimismo, en ese rótulo destaqué que con pocas horas de diferencia respecto a la situación que acabo de relatar trascendió que los senadores demócratas Amy Klobuchar y Patrick Leahy y los republicanos Mike Enzi y Jeff Flake encabezaron la coalición de legisladores que presentó la “Ley de Libertad para Exportar a Cuba de 2017” en el Congreso de Estados Unidos de América —al margen de que no deroga el cacareado tema de los derechos humanos ni las reclamaciones de propiedad contra nuestra nación; al paso que signifiqué lo que dijo James Williams, presidente de Engage Cuba: “Este nivel de apoyo bipartidista en el Congreso es asombroso […] están enviando una señal clara al presidente Trump y a su Administración”.
Entonces, me inclino a pensar que en el caso “Trump entre EEUU y Cuba” los problemas del mandatario en torno al despedido director del FBI James Comey pueden provocar que sus pronunciamientos acerca de La Habana se alejen al calor de los proyectos legislativos a que hice referencia —so pena de incrementar sus contratiempos en Washington.
Referencias:
2.- http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/opin-col-blogs/daniel-morcate/article154732744.html.
