Noel Manzanares Blanco - Cubainformación.- Quince meses atrás, inicié el título “Cuba: la queja del pueblo y su Partido dirigente” preguntando: “¿Será muy difícil que en la instancia correspondiente determinado Cuadro del Partico Comunista en nuestro país convoque a directivos responsables de inquietudes, críticas y sugerencias expuestas por varios cubanos/as y exigirles de inmediato una respuesta convincente sobre el porqué no ha actuado en correspondencia —so pena de condenar en el acto al descompromiso revolucionario?” (1).
Tal interrogante estaba avalada por el juicio que realicé en Abril de 2013 con el mismo rótulo que comporto en esta oportunidad. De aquel tiempo, resalto dos aspectos: uno, en su inscripción anoté: “Los precios a galopes son denunciados en el Periódico Granma —la prensa cubana critica, en general/ Más de un directivo exhibe oídos sordos/ ¡Hay que concretar día a día 'la soberanía reside en el pueblo, del cual dimana todo el poder del Estado'!”.
Y el otro aspecto es que en el primer párrafo hice notar: “En la sección 'Cartas a la Dirección' del Periódico Granma, Órgano Oficial del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC), apareció Sin control de los precios de un asiduo lector del rotativo, quien asegura que en innumerables artículos se ha criticado cuán elevados son en algunos productos, tanto de los cuentapropistas como de los mercados estatales y, sin embargo, la situación parece que no tiene solución, por lo menos hasta el momento” (2).
Precisamente porque hallo muy poco avance en el tema en causa —asimismo me he preguntado: ¿qué hacen/cuál es la eficacia, en todos los niveles, de la labor de los directivos de la Central de Trabajadores de Cuba y sus Sindicatos al respecto?—, en este minuto me sentí estimulado a retomar el asunto, a partir de la correspondencia “En defensa de la guayabera” enviada a la misma sección de Granma el pasado 23/6 en la que aparece el siguiente razonamiento a modo de conclusión:
“[…] Urge tomar medidas y más cuando hay una explosión de modas foráneas por ser más atractivas y contradictoriamente menos costosas. El esfuerzo que muchos realizan para rescatar nuestra cultura e idiosincrasia, se ven ultimadas por las entidades que no logran una oferta digna al trabajador asalariado. Como joven cubano, me preocupan estas y otras tendencias que proliferan y olvidan la verdadera esencia de la Revolución, que es su pueblo y su identidad por encima de todas las cosas. Si un guajiro de aquellos años, pioneros en su uso, se despierta de su profundo sueño y ve el precio de la yayabera o guayabera, seguro que vuelve a su tumba decepcionado” (3).
(Como el tema que estoy abordando tiene que ver con las quejas del cubano/a, aprovecho la ocasión para llamar a la curiosidad de mis lectores/as acerca de “Sin rastra y sin justicia” aparecido en la citada sección el propio día y que culmina del modo que continúa: “Y hasta este momento siguen las autoridades facultadas violando la legislación socialista al no cumplimentar ninguna decisión ya sea del órgano de justicia y del Tribunal, el cual hasta la fecha tampoco ha ejecutado de ninguna forma la sentencia a pesar de mis gestiones. Tengo en mi poder todos los documentos y actas de reuniones desde el día que comenzó este conflicto hasta la fecha, sin embargo, siento que me encuentro realmente en estado de indefensión y no sé qué hacer. Los responsables de no cumplir la ley continúan impunes” (4)).
La arista traída a colación acerca de la guayabera, encuentro que se inserta en la misma dimensión de la magistral percepción del ya desaparecido físicamente nombrado Fernando Martínez Heredia (5): “Hay que actuar mucho y bien en la formación de los adolescentes y jóvenes, porque ahí se unen la deficiente calidad de la educación secundaria y la avalancha de materiales ajenos o desfavorables al patriotismo nacional que cae sobre ellos, en una etapa de la vida en la que el ser humano experimenta una multitud de cambios, motivaciones e influencias […]” (6).
En este contexto, vuelvo a significar dos aspectos que me acompañan intrínsecamente, a saber:
Por un lado, es mi más absoluta convicción que en la Mayor de las Antillas, al abordar deficiencias, dificultades y… desde la Ética, la Revolución y la Militancia, la persona identificada consecuentemente con nuestro proyecto de desarrollo debe brindar su grano de arena a favor del pueblo cubano desde la Crítica martiana vs. la mínima acción tendiente a ocultar manchas del Sol (7).
Paralelamente, sostengo que ni los tantísimos avances experimentados desde 1959 ni las limitaciones económicas actuales deben excluir la necesidad de invertir más en la esfera ideológica, pues lo contrario puede devenir males mayúsculos para Cuba. Porque, aunque dejemos atrás las restricciones materiales, tenemos que seguir construyendo la irreversibilidad de nuestro Socialismo (8).
Acredito, pues, que pasado casi un lustro de la primera versión de este rótulo, parece que “el cuartico está igualito”. Así, en nuestra Patria todas y todos los sujetos responsabilizados en darle un puntapié a la ¿legalidad? ilegitimada por la mayoría en la Isla están en la obligación moral de No dilatar ni un segundo más hacer tangible el Concepto de Revolución de Fidel Castro (9) también en este orden de ideas —so pena de desgracias incalculables. Por tanto, ¡Basta de soportar desidia con el pueblo!
Referencias:
2.- http://www.cubano1erplano.com/2013/04/legalidad-ilegitimada-por-la-mayoria-en.html.
3.- http://www.granma.cu/cartas/2017-06-23/en-defensa-de-la-guayabera.
4.- http://www.granma.cu/cartas/2017-06-23/sin-rastra-y-sin-justicia.
7.- http://kaosenlared.net/cuba-etica-revolucion-y-militancia/.
8.- http://www.pctargentina.org/cuba1610.htm.
9.- http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/2000/esp/f010500e.html.
