Noel Manzanares Blanco - Cubainformación.- Las últimas horas sirven para develar el pulso de Tegucigalpa, tras las elecciones del pasado 26 de Noviembre. Por un lado, en este momento se conoce que la Misión de Observación Electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA) en Honduras no descarta pedir la celebración de unos nuevos comicios presidenciales en el país si no hay certeza en el recuento final, según anunció Luis Almagro en su condición de secretario general de esa agrupación.
“Si las irregularidades existentes fueran de tal entidad que hicieran imposible que este proceso brinde certeza y seguridad en el recuento, la Misión se reserva el derecho de realizar las recomendaciones adicionales”. “Sin descartar inclusive la posibilidad de recomendar un nuevo llamado a elecciones con garantías de que corrijan todas las debilidades identificadas que dieron lugar a las irregularidades graves que se detectasen” —consta en el primer mensaje de Almagro sobre la crisis desatada en la nación de marras (1).
Por otro lado, significo el contexto en que ello tiene lugar: cuando se cuentan 14 muertes y 844 detenciones en protestas, después que a mitad del conteo de votos, el candidato de Alianza de Oposición contra la Dictadura, Salvador Nasralla, tenía una ventaja de cinco puntos porcentuales sobre el actual mandatario Juan Orlando Hernández; después que, faltando un poco más de 5 mil actas por escrutar, el sistema del Tribunal Supremo Electoral (TSE) se cayó y el proceso quedó paralizado; y después que, al restablecerse, la brecha entre ambos candidatos se había reducido hasta darle la ventaja Hernández (2).
En paralelo —al tiempo que el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos de Honduras, Roberto Herrera, expuso que “La posición del comisionado podría resumirse en que deben respetarse las garantías de cada ciudadana y ciudadano” (3)—, Nasralla aseveró: “Estoy totalmente seguro de que gané las elecciones”. “No tenemos un TSE independiente” y cada vez se conocen “más actos ilícitos del Tribunal” (4).
En tal escenario, no solo reitero mi convicción según la cual la OEA históricamente ha estado/está al amparo del Norte del Río Bravo y, por tanto, hemos de fomentar el Latinoamericanismo hasta que existan las condiciones que aúpen el Panamericanismo para el bienestar de todos/as los hijos/as de las Américas (5); sino que además continúo pensando lejos de la menor duda acerca de que el bandolerismo político se confirma en Tegucigalpa por enésima vez y con ello que en Hondura ha quedado al desnudo Almagro y Cía (6) —amén de que no desprecio alguna valía en el pronunciamiento tardío del jefe de la OEA.
No obstante, considero que —en última instancia— el descubrimiento de Almagro ¿ahora? acerca del “agua tibia” en Honduras tras el hecho de que la Misión de Observación Electoral de la OEA le advirtió lo obvio no deja de revelar la “oreja peluda” del secretario general lugarteniente de Mr. Trump (7).
Referencias:
5.- http://kaosenlared.net/cuba-la-oea-y-el-latinoamericanismo/.
7.- http://kaosenlared.net/trump-via-almagro-engendra-una-invasion-a-venezuela/.
