Noel Manzanares Blanco - Cubainformación.- Al calor del fin de año, examiné parte de lo acontecido en la proyección internacional del jefe de la Casa “Oscura” y afirmé que es muy difícil que se convierta en realidad sus pretensiones de manosear el mundo toda vez que tal actitud contradice a la civilización universal y, por tanto, ha de parar en el basurero de la Historia (1). Sin embargo, tras meditar más en el tema apoyado en otras fuentes consultadas, consideré pertinente compartir con mis lectores/as estas líneas a modo de complemento —explicitar la relatividad de cualquier versión en torno al tema.
Advierto que es preocupante el nacionalismo/belicismo de Trump reflejado en su “Estrategia de Seguridad Nacional para promover los intereses de Estados Unidos”, tanto en sus cuatro acápites y respectivas explicaciones como en las acotaciones siguientes: “Estados Unidos actuará contra las amenazas en su origen: confrontaremos las amenazas antes de que lleguen a nuestra frontera o puedan causar daño a nuestra población”. “Estamos implementando un sistema escalonado de defensa misilística para defender a los Estados Unidos de ataques con misiles”. “Reconstruiremos la fortaleza militar estadounidense para asegurar que no haya otra mayor” (2). Otro tanto existe contra Nuestra América —lo abordo más adelante.
La agresividad del actual gobierno gringo es más preocupante de cara a sus altibajos: si el pasado día 26 Moscú y Washington abogaron por pasar de sanciones a negociaciones con Corea de Norte, de acuerdo con lo conversado por el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, y el secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson (3), poco después quedó ratificada la hostilidad yanqui hacia Rusia, China y Corea del Norte para 2018 (4). Ello evidencia el tino de Amy Goodman en “La máquina del apocalipsis en manos de Donald Trump” aparecido a principios del actual mes (5) y el porqué de las inquietudes de Paul Krugman, Premio Nobel de Economía, en su optimista título “Estados Unidos aún no está perdido”, al manifestar:
“[…] los medios conservadores han renunciado hasta a la pretensión de hacer periodismo verdadero y se han vuelto órganos descarados de la propaganda del partido en el poder”. “Hablemos con la verdad: Estados Unidos sigue estando bajo un peligro mortal. Los republicanos aún controlan toda la influencia del poder federal y nunca habíamos sido gobernados por personas menos confiables en toda la historia de nuestra nación”, “[mientras que] senadores como John McCain y Susan Collins, quienes habían sido elogiados ampliamente por haber resistido el intento de derogación del Obamacare durante el verano, aceptaron de forma sumisa un proyecto de ley fiscal de una abominación monstruosa” (6).
Tan o más preocupante que el militarismo del aprendiz de estadista es su desprecio ante el cambio climático. AFP difundió en las últimas horas “Trump ironiza sobre el calentamiento global ante ola de frío extremo” con temperaturas de hasta -40°C, y se hizo eco de este tuit del mandatario: “En el este, podría ser la víspera de Año Nuevo más fría registrada. Tal vez podríamos usar un poco del buen y viejo Calentamiento Global por el que nuestro país, pero no otros países, iba a pagar TRILLONES DE DÓLARES para protegerse. ¡Abríguense!” (7).
La fuente resalta también las respuestas que recibió el Donald. Una: “El cambio climático es muy real, incluso si hace frío al exterior de la Trump Tower en este momento. De la misma manera, sigue habiendo hambre en el mundo, aunque uno acabe de comer una Big Mac”, ironizó igualmente en Twitter el director de la Academia de Ciencias de California, Jon Foley. Y la otra: “En 2017, se batieron tres récord de calor en Estados Unidos por cada récord de frío. La meteorología no es lo mismo que el clima. El presidente debe poder entenderlo. No es tan difícil”, afirmó la diputada demócrata del estado de Washington Pramila Jayapal.
Un punto y aparto hago respecto al régimen trumpista y el Sur del Río Bravo.
El analista Abel González Santamaría, en su reciente entrega “La nueva Estrategia de Estados Unidos: proyecciones hacia Nuestra América” (8), alerta que la “doctrina Trump” para la política exterior y de seguridad defiende la plataforma electoral nacionalista de “Estados Unidos Primero” que en la práctica significa “El Complejo Militar-Industrial Primero” dirigido a retomar la hegemonía global, al tiempo que resume en tres variables qué existe en el particular, a saber:
Refiere que “los gobiernos [cubano y venezolano] se aferran a modelos autoritarios de izquierda anacrónicos que continúan fallando a sus pueblos”, añadiendo que Rusia continúa apoyando a sus “aliados cubanos radicales, mientras Cuba continúa reprimiendo a sus ciudadanos” y que China y Rusia apoyan a la “dictadura” del Gobierno Bolivariano; invita a construir junto a Estados Unidos “un hemisferio estable y pacífico que aumente las oportunidades económicas para todos, mejore la gobernabilidad, reduzca el poder de las organizaciones criminales y limite la influencia maligna de las fuerzas no hemisféricas”; y propone “aislar a los gobiernos que rehúsan actuar como socios responsables en avanzar la paz y prosperidad hemisférica”, adicionando el deseo de ver a La Habana y Caracas sumadas a “la libertad y prosperidad compartida”.
A propósito, por mi parte acredito: lo que en verdad esconde Trump con esa doctrina es el intento de (des)arropar a Cuba a través del cuento según el cual él transita de auspiciador del incremento del Bloqueo Made in USA vs. cubanos/as, estadounidenses y personas de otras latitudes, a un individuo “sinceramente” preocupado por la Isla —a contrapelo de nuestra Hazaña en el año que finaliza (9 y 10); es que las enseñanzas de las tres últimas elecciones en Venezuela ilustran que la Derecha no está de pláceme y que los reveses de la Izquierda en Nuestra América no constituyen el retorno a la amargura (11); es que ante Puerto Rico, en ocasión del huracán María, su actitud develó la infamia que lleva dentro —tamaña lección para Nuestra América (12); y es que nuestros hermanos/as de Latinoamérica cada vez se convierten en más rebeldes ante la opresión imperial, como es el caso de lo vivido en este propio mes en Honduras (13). He aquí una confirmación de lo que anticipé a pocos días de la llegada de este Mr. a la Oficina Oval (14).
No me voy a detener en el acto reprochable que revela que Trump amenazó a “Todas esas naciones que toman nuestro dinero y luego votan contra nosotros en el Consejo de Seguridad y vuelven a votar potencialmente contra nosotros en la Asamblea”, a propósito de su decisión de trasladar la embajada yanqui a Jerusalén (15 —ver aristas sobre alianza con Israel (16)); ni en que un órgano mediático de su calibre un par de meses atrás hizo constar que alguien etiquetó por TV a Trump como “el más independiente de todos los republicanos”; que ello parecía positivo; y que, sin embargo, “la conducta de Trump no está enmarcada en hacer, sino más bien en deshacer lo que ya está hecho, como lo demuestra su oposición al DACA, NAFTA, al Acuerdo Transpacífico, al Acuerdo Climático, al tratado nuclear con Irán y sobre todo a Obamacare” (17).
A quien albergue duda acerca del parecer anterior, lo convoco a tomar nota del dato que continúa: la Reforma fiscal de Trump recibió la aprobación definitiva en el Congreso. Se trata del suceso que resultó considerado por los demócratas como “regalo para los más ricos” (reduce de forma significativa los aportes al fisco para las compañías de un 35% a un 21%) y que lleva un recorte que suma 1,5 billones en 10 años, generando una enorme incertidumbre para las cuentas públicas. No obstante, el susodicho dijo: “Me gustaría agradecer a los miembros del Congreso que apoyaron este histórico proyecto de ley, que representa una victoria extraordinaria para las familias, los trabajadores y las empresas estadounidenses” —las negritas son mías (18). Huelgan comentarios, sin obviar las mencionadas inquietudes de Krugman.
A la sazón, significo una ¿bobería?: trascendió que Obama se impuso a su sucesor al ser elegido el “hombre más admirado” en EEUU tras ganar por décimo año consecutivo esa condición. Pero ojo: el actual mandatario, el mismísimo Donald Trump, terminó segundo —por delante del Papa Francisco que fue tercero—, según el sondeo anual publicado por Gallup —las negritas son mías (19). ¿Qué le parece a usted tal resultado? ¿Será que pasa inadvertido esa preferencia en la admiración estadounidense?
Sintetizo: soy optimista, mas si admito que en la perspectiva nuclear, ambiental, continental y de su propio país es un problema Trump de cara al 2018, entonces soy coherente al asumirlo como una amenaza tangible que demanda denunciar tal acontecer como deber ineludible de las personas solidarias con el prójimo.
Referencias:
4.- https://es.yahoo.com/noticias/ee-uu-ve-rusia-china-corea-norte-desaf%C3%ADos-190757365.html.
6.- https://www.nytimes.com/es/2017/12/27/estados-unidos-aun-no-esta-perdido/.
7.- https://es.yahoo.com/noticias/trump-ironiza-sobre-el-calentamiento-global-ante-ola-012003920.html.
15.- http://www.cubadebate.cu/noticias/2017/12/20/trump-amenaza-a-paises-que-voten-contra-eeuu-en-la-onu/.
16.- http://www.cubadebate.cu/opinion/2017/10/19/los-15-objetivos-de-estados-unidos-al-salir-de-unesco/.
17.- http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/article179119846.html.
19.- https://es.yahoo.com/noticias/obama-impone-trump-ser-elegido-hombre-admirado-eeuu-170825537.html.
