Noel Manzanares blanco - Cubainformación.- Hace unos días, develé cómo Donald John se ha distanciado de su antecesor en cuanto a la Guerra Económica contra nuestro país en sentido relativo y ha mantenido prácticamente inalterable la intención del ex presidente Obama de desmontar al Socialismo cubano a través de la Subversión ideológica. Ejemplifiqué con la decisión de crear el “Grupo de Trabajo de Internet para Cuba” cuya primera reunión de efectuó este 7 de Febrero (1). Complemento, en estas líneas.
Resalto un reporte de EFE que hace saber que dicho Grupo acaba de sesionar en el Departamento de Estado —sin retransmisión pública y con acceso limitado para algunos medios— como una comisión gubernamental que estudiará durante un año cómo extender el acceso a la Red de redes en nuestro territorio para que los ciudadanos/as de la Isla puedan tener “un flujo de información libre y no regulado”, aunque sin aclarar cómo se pretende llevar a la praxis tal despropósito.
La agencia de prensa española permite apreciar que estamos en presencia de un conjunto de personas ¿de buena voluntad? presidido por el subsecretario adjunto del Departamento de Estado para Cuba, John S. Creamer, que aglutina a varias agencias del Gobierno como la de Desarrollo Internacional (USAID) y ¿organizaciones no gubernamentales? como Freedom House, “un centro de estudios especializado en democracia y libertad de expresión” al más ajustado estilo del Águila Imperial —me permito acotar.
También, EFE destacó que el Grupo en cuestión en los próximos doce meses tendrá la misión de “examinar los retos y oportunidades tecnológicos para expandir el acceso a internet en Cuba” en dos subcomisiones: una para investigar el papel de los medios y la libertad de información en Cuba y otra que se centrará en el acceso a la red; que esas subcomisiones elaborarán un informe preliminar con recomendaciones en un plazo de seis meses a partir de las aportaciones de expertos relevantes, y que se revisará en una reunión en Octubre para después preparar un informe final con recomendaciones para el secretario de Estado, Rex Tillerson, y el presidente, Donald Trump (2).
Debo advertir que todo esto tiene lugar a contrapelo de la “Declaración del Minrex: 'Cuba no tolera intromisiones en sus asuntos internos'” en la cual nuestro Ministerio de Relaciones Exteriores expresó “su enérgica protesta por la pretensión del gobierno estadounidense de violar de modo flagrante la soberanía cubana, en lo que respecta a la competencia nacional para regular los flujos de información y el uso de los medios de difusión masiva, a la vez que rechazó el intento de manipular Internet para llevar a cabo programas ilegales con fines políticos y de subversión, como parte de sus acciones destinadas a alterar o cambiar el orden constitucional de la República de Cuba” (3).
También, alerto que la impertinencia yanqui obvia el repudio del grueso de cubanos/as. Careció de casualidad que un Editorial de Juventud Rebelde resalta cómo, a pesar del incremento del Bloqueo impulsado por el jefe de la Casa “Oscura”, asistimos a un “verdadero flujo de información” manifestado en que exhibimos “más de cuatro millones y medio de usuarios con acceso a internet; siete millones con cobertura digital terrestre; más de 500 sitios públicos para el acceso a la red de redes vía inalámbrica; más de 650 salas de navegación; cerca de 870 radiobases en la red de acceso a la telefonía celular y 358 de estas que soportan la tecnología 3G, lo que posibilitará contar con internet en los celulares” —amén de significar que “nuestra juventud responde con la misma convicción de Fidel el 29 de julio de 2000: «La Revolución Cubana no podrá ser destruida ni por la fuerza ni por la seducción»” (4).
En este contexto, busqué en qué medida los mercenarios/as se habían hecho eco del mencionado “Grupo de Trabajo de Internet” contra nuestro proceso revolucionario y encontré un silencio cómplice/intencionado: es muy probable que haya un disgusto de los llevados y traídos disidentes del patio ante la ¿exclusión? del nuevo bochinche Made in USA, sin descartar la escasez de alegría por la decisión de Trump de ¿retirarles? el dinero que engrosaba las arcas de esos vividores/as del patio (5) —al margen de que un reporte de AP da cuenta de la queja gringa según la cual nuestro Gobierno “utiliza las restricciones en línea para sofocar la disidencia” (6). Pero aquí no radica el núcleo duro del mensaje que deseo trasladar a mis lectores/as.
Además de recomendar la lectura de un par de trabajos firmados por Randy Alonso Falcón sobre el asunto de marras (7, 8), pienso que hemos de dilucidar la supuesta contradicción entre el número 108 de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución para el período 2016-2021 que expone la necesidad de avanzar “en el proceso de informatización de la sociedad, el desarrollo de la infraestructura de telecomunicaciones y la industria de aplicaciones y servicios informáticos” (9) y la presumida conveniencia de aprovechar la ¿oportunidad? que nos proporciona el citado “Grupo de Trabajo de Internet” facturado por Washington contra el pueblo cubano.
Al respecto —asimismo sin pasar por alto que el aludido reporte de AP dejó en evidencia que “la reunión [del Grupo en causa] tomó rápidamente claros matices políticos”—, propongo meditar en base a dos preguntas:
¿Por qué tanto interés en “ayudar” al pueblo cubano para que “mejore” el acceso a Internet y, a la vez, evidenciar un desprecio inmenso por otras naciones que tratan de desarrollarse como la nuestra? (10). ¿Acaso no es mejor abandonar el intento de “arropar” a la ciudadanía de la Isla como quiere Trump (11) en lugar de proseguir con la Guerra Multilateral contra nuestro Caimán Verde y así evidenciar la “inviabilidad” del Socialismo que construimos la mayoría de cubanos/as, según la percepción del pichón de estadista anclado en la Oficina Oval (12, 13)?
Resumo: la actual jugarreta alrededor del uso de Internet para atentar contra nuestra Revolución podrá confundir a ingenuos/as y/o tontos/as útiles que le hagan el juego al “odiador en jefe” (14), pero —sin lugar a dudas— está condenada a fracasar ante el empuje de nuestro proyecto (15, 16). Por tanto, lo de Trump vs. Cuba lleva por nombre Injerencia de apellido Desfachatada.
Referencias:
4.- http://www.juventudrebelde.cu/cuba/2018-02-07/ni-por-la-fuerza-ni-por-la-seduccion.
6.- http://www.elnuevoherald.com/noticias/tecnologia/article198851864.html.
12.- https://elpais.com/internacional/2018/01/31/actualidad/1517387619_036241.html.
14.- https://www.nytimes.com/es/2017/10/10/polariza-y-conquista-por-que-trump-ataca-a-todos/.
15.- http://kaosenlared.net/cuba-hazana-2017-deviene-desafio-2018/.
