Noel Manzanares Blanco – Cubainformación.- La cuarta parte de esta serie de propuestas al Proyecto de Constitución de nuestra República la concebí en base a la tesis según la cual la claridad del texto ha de implicar que en términos de derechos nada oscurezca lo que legítimamente corresponde al pueblo como depositario del Poder; amén de significar algunos principios de organización y funcionamiento de los órganos del Estado (1). En esta ocasión, complemento con lo concerniente a nuestros Diputados/as y otras responsabilidades estatales que constan en el documento de marras (2).
Considero positivo que aparezca el punto “360. ARTÍCULO 108. Los diputados tienen el deber de desarrollar sus labores en beneficio de los intereses del pueblo, mantener vínculo con sus electores, atender sus planteamientos, sugerencias, críticas y explicarles la política del Estado. Asimismo, rendirán cuenta del cumplimiento de sus funciones como tal, según lo establecido en la ley”. No obstante, sugiero sustituir la expresión “como tal” por “tanto a sus electores como a la Asamblea Nacional”.
Insisto en que ha de aparecer también en el articulado de la nueva Constitución de modo puntual que el Diputado/a —al calor de apreciaciones reflejadas por Legisladores/as anteriores (3):
Debe desarrollar audiencias públicas a partir de los temas que abordan cada una de las comisiones y que no siempre le llegan a la población.
Debe resultar elegidos/as por municipios y provincias donde se desempeñan de manera ordinaria, para garantizar el contacto sistemático con sus electores.
Debe trasladar las inquietudes de sus electores a cualquier instancia del Estado y ofrecer a sus votantes la respuesta recibida.
Debe dedicarse —al menos, un número determinado— a tiempo completo a la legislación, el control de nuestras leyes y a supervisar el cumplimiento de las políticas del Estado —ya se dan pasos en esta dirección (4).
Aprovecho este entramado para subrayar que el Compañero Fidel (5) nos legó dos advertencias: una, que “A la población le quedó una idea: que los contactos se mantengan, e hizo más claro el hecho de que con este sistema el diputado tiene una doble representación: representa al distrito y al municipio, y representa a la nación, ninguna de las dos cosas deben olvidarse; y no deben olvidarse jamás de que representan a la nación, porque van a tomar medidas y a adoptar decisiones que afectan a la nación, y en nombre de la nación […]”.
La otra: que los “diputados no son profesionales, pero es posible que la realidad nos obligue a profesionalizar a un grupo de diputados para un trabajo mucho más activo, porque se espera de la Asamblea no solo un contacto mayor de los diputados con el pueblo, sino un trabajo mucho más activo en todos los sentidos; de todo el mundo se espera un trabajo mucho más activo en estos momentos, en los meses futuros y en los años futuros”. (6).
Entretanto, sugiero asimismo enriquecer el apartado “549. ARTÍCULO 157. La Contraloría General de la República es el órgano del Estado que tiene como misión fundamental el control superior sobre la gestión administrativa y velar por la correcta y transparente administración de los fondos públicos”, a través de los siguientes párrafos:
a) La Contraloría prestará especial atención a los actos de corrupción y la presencia de nepotismo en todas las instancias administrativas. Los autores de estas faltas serán sancionados según la Ley y, cuando la magnitud del suceso lo aconseje, sus nombres se darán a conocer a la opinión pública.
b) La Contraloría velará porque quien dirija en cualquier eslabón y/o sector estatal, así como su familia y allegados/as, convivan del fruto de sus esfuerzos personales y disfruten de todo aquello propiciado por el trabajo honrado alejado de privilegios, prebendas e ilegalidades.
Por demás, encuentro que sería efectiva alguna disposición que se pronuncie a favor de un Observatorio de la Asamblea Nacional del Poder Popular encargado de darle seguimiento a cómo se implementa la nueva Constitución y a las incidencias que entren en conflicto con su articulado, en aras de tributar a la supremacía de la legalidad a nivel del país —quizás como alerta a un Tribunal Constitucional u organismo semejante.
Concluyo: con esta serie de trabajos no he pretendido más que compartir una modesta contribución al diálogo de saberes que protagonizamos cubanas y cubanos en la Mayor de las Antillas y allende sus mares por estos días en virtud de darnos la Ley de leyes que concibamos el grueso de nuestro pueblo.
Referencias:
1.- http://kaosenlared.net/cuba-propuestas-al-proyecto-de-constitucion-4/.
6.- http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1993/esp/f150393e.html.
