Noel Manzanares Blanco – Cubainformación.- El Presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez, advirtió dos meses atrás: “Cambió Cuba, pero no cambiaron los afanes de poseerla del vecino poderoso, con la entusiasta colaboración de los halcones y los apátridas serviles del sur de la Florida”. “El asedio que sufren todas nuestras operaciones comerciales y financieras ha escalado en los últimos años y meses a niveles extraterritoriales, ilegales y criminales”. “Hoy denuncio ante el pueblo de Cuba y el mundo que la administración de los Estados Unidos ha comenzado a actuar con mayor agresividad para impedir la llegada de combustible a Cuba” (1). El Canciller Bruno Rodríguez Parrilla, continuó en el mismo sentido en días recientes.
Rodríguez Parrilla, al referirse al Informe sobre el impacto del Bloqueo de Estados Unidos a Cuba que se presentará en Naciones Unidas el venidero Noviembre (2), denunció que Washington está aplicando medidas específicas, no convencionales, que implican un cambio cualitativo, mayor agresividad y extraterritorialidad para impedir el abastecimiento de combustible a nuestra nación desde diferentes mercados situados en Sudamérica, Europa y África Norte. Es una violación inédita del derecho internacional.
Abundó Bruno en que se trata de operaciones que incluyen la amenaza directa, la persecución a compañías de transporte de combustible, presiones contra gobiernos de registro y bandera de esos buques, y medidas contra navieras y empresas de seguros. Es “una escalada que persigue efectos disuasivos e intimidatorios, destinados a crear dificultades adicionales a la población cubana, a dañar a cada familia y persona”; sin descartar un incremento sostenido de las medidas que obstaculizan el comercio exterior y un aumento en la persecución de las relaciones bancarias y financieras de La Habana con otros países.
La ocasión resultó propicia también para que nuestro Ministro de Relaciones Exteriores, a modo de preámbulo, relatara las últimas acciones del régimen yanqui contra la Mayor de las Antillas anunciadas por el Departamento de Estado. Declaró: “La expulsión de dos diplomáticos de la misión permanente de Cuba ante la Organización de la Naciones Unidas (ONU) y la restricción adicional de movimiento que se aplica a los diplomáticos cubanos y sus familiares en Nueva York, concita absoluto y enérgico rechazo de nuestro pueblo, la Cancillería y el gobierno”.
Y en la propia oportunidad, recalcó que tales acciones son totalmente injustificadas e ilegítimas —sirven para calumniar a los diplomáticos, la misión de Cuba ante la ONU y a nuestro país; que fueron anunciadas públicamente mediante un tuit de ese Departamento, antes de haber sido informadas de manera oficial a la misión cubana en Nueva York; y que tienen como objetivo escalar las tensiones bilaterales, provocar el cierre de las embajadas y la ruptura de las relaciones diplomáticas.
Igualmente, el Jefe de la Diplomacia en la Isla precisó que estas agresiones son obra de un grupo anticubano y reaccionario que se ha adueñado de la política estadounidense contra Cuba y América Latina; que es imposible ignorar que están relacionadas con intereses electorales; y que “Cuba dará respuesta apropiada y oportuna”. Además, hizo un llamado a la comunidad internacional, en particular a la comunidad diplomática radicada en Nueva York y acreditada ante las Naciones Unidas, y al propio pueblo norteamericano, a repudiar estas embestidas.
Entretanto, un nuevo trascendido evidencia que las acciones gringas aludidas constituyen un modo de darle continuidad al bochinche alrededor de los inexistentes ataques al personal de la embajada de EEUU en Cuba que datan de un par de años atrás (3) enmarcados en el desmontaje de los avances que habían experimentado los vínculos entre el Norte y Sur del Estrecho de la Florida (4).
“Confirmado: 'No hay un síndrome de La Habana'”, es el rótulo mediante el cual Dianet Doimeadios Guerrero nos brinda suficientes argumentos para entender mejor el alcance del estudio al que tuvo acceso el programa televisivo Enquête, de Radio Canadá, donde se alega que “agentes neurotóxicos usados en la fumigación con pesticidas” pudieron ser la causa de los problemas de salud que reportaron diplomáticos canadienses [y estadounidenses —agrego] mientras estaban acreditados en Cuba (5).
Dianet brinda sus explicaciones, a tono con los resultados expuestos de la investigación científica encabezada por el Doctor Alon Friedman, del Departamento de Neurociencias y Pediatría Médica de la Universidad de Dalhousie de Canadá, y en correspondencia con el contactó que sostuvo con autoridades de nuestro Ministerio de Salud Pública (MINSAP) para indagar sobre el uso de insecticidas en Cuba. Así, destaca lo que comentó el Doctor en Ciencias Mitchell Joseph Valdés-Sosa, director General del Centro de Neurociencias de Cuba.
Ante todo, sale a relucir que los expertos cubanos consideran que la hipótesis presentada por el equipo canadiense es un intento serio para explicar los síntomas reportados mediante la investigación científica, “aunque es prematuro llegar a conclusiones”. “No es posible excluir otras explicaciones basadas en patologías muy comunes” —sentenció el Científico caribeño, quien manifestó además:
“Esta hipótesis no invoca armas misteriosas que violan las leyes de la física, como hicieron los estadounidenses, que empezaron a hablar de armas sónicas, microondas, ultrasonidos..., dando explicaciones que científicos del mundo entero declararon absurdas./ El estudio canadiense reconoce que los diplomáticos estaban expuestos a 'un nivel de fumigación muy intensa' dentro de sus residencias, que no fueron realizadas por las brigadas antivectoriales de Salud Pública” —las negritas son mías.
Huelgan comentarios.
Concluyo: Si en la primera versión de este título acredité que tanto desatino del Donald J. provoca la repulsa del grueso de la comunidad cubana en nuestros predios y en EEUU, del empresariado lúcido en el Norte y de los políticos avezados en el tema (6); en esta certifico que, una vez más, la escalada reciente/en línea con el cuento de los “ataques sónicos” no solo parará en el Infierno estigmatizada por la investigación de la Universidad de Canadá que valida la postura de la Isla, sino también por nuestra capacidad de sobrepasar obstáculos y de enrumbarnos en el plano internacional —aspectos que abordaré en el siguiente post de esta serie. Entonces, colman razones para insistir en que las fechorías de Trump vs. Cuba están destinadas al fracaso. ¡Amén!
Referencias:
4.- http://www.cubadebate.cu/noticias/2017/06/16/declaracion-del-gobierno-revolucionario-5/#.WUUl-GpOmUk.
6.- https://kaosenlared.net/trump-vs-cuba-fechorias-para-un-fracaso/.
