Noel Manzanares Blanco – Cubainformación.- Es toda una Hazaña lo realizado, y ascenderemos más vs. las falencias internas y la agresividad trumpista
A finales de Diciembre de 2018, al repasar lo que cubanos/as protagonizamos durante ese año y presumir cómo serían los siguientes doce meses, de la mano de nuestras epopeyas y con la convicción de que teníamos/tenemos combates ineludibles, no vacilé en apostar a que asumiríamos el porvenir con el impulso de las primeras seis décadas de la Revolución Cubana y la seguridad de que continuaríamos la marcha triunfal, más allá de problemas subjetivos e independientemente de las acciones del “Norte revuelto y brutal” (1).
Con tal presupuesto, en aquella altura asimismo expuse mi deseo para el período que se avecinaba: una vez que signifiqué que el Compañero Díaz-Canel había trazado la brújula para encarar el 2019 como “año de ordenamiento”: eficiencia, palabra clave, me pronuncié por la necesidad de incrementar la economía y disminuir los problemas cada vez que nos fuera posible, sin dejar de aprovechar cualquier oportunidad para invertir más en la esfera espiritual y con todo ello tributar mejor a la prosperidad del pueblo (2).
En este minuto, adelanto que ni la “conducta sin precedentes” de Donald John Trump pudo impedir la obra extraordinaria que construimos entre los meses Enero-Diciembre últimos —quizás comparada con lo que hicimos en los momentos más difíciles del Período Especial (3).
La lúcida, objetiva y aleccionadora pieza oratoria compartida por el Presidente de la República de Cuba en la clausura de las recientes sesiones de nuestro Parlamento (4), no solo la asumo como propia sino además como continuidad de su modo de liderar la revitalización del Proceso de Rectificación interrumpido a finales del siglo XX (5), de su percepción del deber ante la Patria para dinamizar la edificación/irreversibilidad de nuestro Socialismo (6) y de su manera de trabajar a tono con el legado de Fidel y las orientaciones de Raúl para hacer más y mejor Revolución (7).
En otras palabras, la pieza en cuestión del Presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez me exime de la necesidad de analizar el pulso actual de nuestro proceso emancipatorio, pues en ella se encuentra un apropiado balance de lo realizado por el pueblo cubano en este año complejo en extremo y lo que nos queda por realizar. No obstante, me asiento en lo perspectivo para puntualizar algunos aspectos que ni por casualidad deben transitar inadvertidos.
Como premisa, tengo presente que hacia finales de Noviembre pasado nuestro Dignatario llamó a las Juntas de Gobierno a poner en el lugar que le corresponde a la empresa estatal socialista, al tiempo que insistió en la necesidad de continuar con una adecuada labor ideológica en los colectivos de trabajadores. Precisamente en la pieza oratoria de marras, sentenció: “La primera [de las tres prioridades] es ideológica y tiene que ver directamente con nuestra defensa, desde las más profundas convicciones”.
Y si no paso por alto que el Líder estatal cubano en la misma ocasión también alertó al directivo empresarial de la Isla que “su función no es cumplir tareas, sino dirigir procesos. Se trata de evaluar, proponer, sin espacio al desvío de recursos, a las chapucerías…” (8) —más, porque “quien llega tan lejos en su villanía [como el jefe de la Oficina Oval contra la Mayor de las Antillas], no tendrá escrúpulos en acudir a planes más perversos aún”—, entonces acredito que es imprescindible hacer realidad tangible desde nuestras respectivas trincheras las ideas que siguen manifestadas en la clausura referida, a saber:
“Queremos que la decencia, la belleza, el buen gusto y la cultura del detalle se instalen en nuestras ciudades y que las mejores prácticas productivas hagan florecer nuestros campos. Queremos que el trabajo honrado y la eficiencia les ganen la guerra a las ilegalidades, al burocratismo, al acomodamiento, a la inercia y a la apatía./ Los cubanos somos vencedores del imposible. Y es un buen momento para proponernos otro año de excepcionalidad positiva”.
“[…] hay medidas que no pueden ser coyunturales [como las vinculadas al transporte de la población]. Tenemos que imponerlas hasta que la rutina las vuelva costumbre. Como todas las formas de ahorro y todas las prácticas solidarias./ Esta es una decisión. No es un pedido. Es una disposición que doy en nombre del Gobierno y de las necesidades de la mayoría. Y exigiremos su cumplimiento porque es mandato del pueblo”.
“[…] El desafío es, en medio de esa misma guerra [impuesta por el gobierno yanqui], conquistar la mayor prosperidad posible. Para ello necesitamos mayores producciones, más diversas y de más calidad, con el valor añadido de la ciencia y los encadenamientos que deben ponernos en capacidad de disminuir las importaciones y aumentar las exportaciones, en un esquema de sostenibilidad a la altura del conocimiento científico y las demostradas habilidades del cubano. Con tal convicción defenderemos el Plan de la Economía y el Presupuesto para el 2020 aprobados en esta sesión”.
“[…] La hermosa sociedad que nos debemos llegará más pronto en la medida en que exijamos comportamientos cívicos como obligación”. “Me he extendido en reflexiones sobre estos asuntos porque aquí estamos casi todos los responsables, no solo de hacer y aprobar las leyes, sino también de hacerlas cumplir. Y es nuestro deber [tanto de dirigentes como de dirigidos] convertirlas en letra viva”.
Concluyo: considero toda una Hazaña lo que hemos realizado en el 2019, aunque hubo pasajes inadmisibles —verbigracia: ¿“temerle a las discrepancias de criterios”? (9, 10). Es mi sentipensamiento que con las indicaciones del Compañero Díaz-Canel podemos y debemos ascender más en la lucha vs. las falencias internas y la agresividad trumpista (11). Estoy convencido de que las proezas que hemos edificado devendrán fuerzas renovadoras para hacer realidad los retos que nos incumbe concretar mañana con la brújula de nuestro Fidel Eterno (12). ¡Amén!
Referencias:
1.- https://kaosenlared.net/cuba-ante-el-2019-entre-proezas-y-combates/.
5.- https://kaosenlared.net/cuba-diaz-canel-revolucion/.
