Flor de Paz - Cubaperiodistas / Cubainformación.- La inmunidad innata, la primera línea de defensa contra las infecciones,  juega un papel fundamental en el curso de la Covid-19. Sin embargo, hay pacientes en los que el virus escapa a este mecanismo. Cuando ocurre así, el SARS-CoV-2 produce muchas partículas virales, y desencadena una enfermedad pulmonar, explicó el Doctor Rolando Pérez Rodríguez, director de Ciencia e Innovación de BioCubaFarma, en el programa televisivo Mesa Redonda.


Añadió que “en las personas que tienen enfermedades crónicas se genera una reacción hiperinflamatoria que conduce a la muerte. Y, el paciente no fallece por la infección, sino por una reacción autoinmune”.

Tal es entonces la lógica de intervención en el curso de la enfermedad, subrayó   Pérez Rodríguez, quien la detalló la estrategia a seguir: “Primero hay que estimular la inmunidad en poblaciones de alto riesgo para que la Covid-19 transcurra con un curso leve en este grupo.

Como segundo paso,  “hay que reducir la carga viral en las fases iniciales de la infección para evitar la reacción hiperinflamatoria”. Y, por último, es preciso “disminuir la reacción hiperinflamatoria en los pacientes que la desarrollen. De esta manera, se debe aminorar la tasa de pacientes graves y críticos, y el número de fallecidos”.

Para el tratamiento de la etapa inicial de la enfermedad, dijoe el experto, se está utilizando el Interferón Alfa 2-b Recombinante, producto fundador de la biotecnología cubana, del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), producto que tiene actividad antiviral directa e inmunopotenciadora.

“En el manejo de la reacción inflamatoria se están evaluando dos productos, un anticuerpo monoclonal, el Nimotuzumab[i]  o CIMAher (nombre comercial), del Centro de Inmunología Molecular (CIM), que inhibe la rama efectora de la inmunidad, y un péptido[ii], el CIGB 2020, que estimula las células reguladoras de la respuesta inmune. Ambos productos se encuentran además en fase de desarrollo para el tratamiento de enfermedades autoinmunes.”

El director de Ciencia e Innovación de BioCubaFarma, informó además que se están evaluando cinco productos biotecnológicos, para uso profiláctico, capaces de estimular el sistema inmune en grupos de riesgo y vulnerables; o sea, en las personas susceptibles que no han padecido la Covid-19.

Entre estas terapeúticas mencionó la administración nasal del Interferon Alfa 2-b, y el Factor de Transferencia (estimulador de la inmunidad celular), ambos del CIGB y el primero en colaboración con los Laboratorios AICA; la Biomudina T (estimuladora de la actividad celular en personas mayores de 60 años, contra la inmunosenescencia), del Centro de Biopreparados (BioCen); el CIGB 2020, un producto inmunopotenciador muy novedoso, en ensayo clínico, y la Vacuna VME, del Instituto Finlay, que contiene componentes de la vacuna cubana contra la nisseria meningitidis, de la VA–MENGOC–BC.  Una dosis de esta vacuna, activa la inmunidad innata. Su estudio en áreas de riesgo epidemiológico está aprobado por el CECMED  y debe comenzar en los próximos días.

“Precisamente, esos componentes de dicha bacteria, que forman parte de la vacuna, activan el sistema inmune innato y confieren cierta capacidad de reacción contra el virus. Está aprobado por el CEDMED un estudio en área de riesgo epidemiológico que debe comenzar en los próximos días”.

Añadió que hay otros proyectos en fase de investigación en los laboratorios del CIGB, por ejemplo, dos péptidos con actividad antiviral y que, además allí están trabajando en una vacuna para inducir inmunidad protectora específica, un proyecto que está en fase inicial. “Su valor radica en que, en un control a largo plazo de la enfermedad, si hay reemergencia hay que contar con un producto como ese”, alertó Rolando Pérez.

“Por otra parte, el Centro de Inmunoensayo (CIE) trabaja en el desarrollo de juegos de reactivos para el diagnóstico serológico de las personas que han sido infectadas por el virus. A partir de los reportes en la literatura de la estructura molecular del virus, utilizando métodos bioinformáticos, se han diseñados péptidos (fragmentos pequeños de proteínas) de la estructura del virus con los que se trabaja para estandarizar un sistema inmunoenzimático para detectar la presencia de anticuerpos IgM e IgG contra el virus. Este método, una vez validado, permitiría una cobertura nacional en las determinaciones, ya que existen más de 3000 equipos SUMA en las instituciones de salud del país.

Asimismo, CNeuro y Combiomed, trabajan en la reparación de ventiladores artificiales y en el diseño de un modelo de ventilador artificial, que contiene elementos de innovación como la fabricación de piezas a través de la impresión 3D.

Todas las investigaciones e intervenciones clínicas a escala poblacional  —aseguró el científico— han sido debidamente autorizadas por el CEDMED, la agencia regulatoria cubana y serán oportunamente evaluadas y reportadas para dar a conocer la experiencia cubana.

En resumen, BioCubaFarma trabaja en la actualidad en 15 proyectos para combatir la Covid–19, de los cuales hay nueve productos en estudios clínicos o en ensayos de intervención en pacientes de riesgo y grupos vulnerables. Otros seis, están en fase de investigación y desarrollo en los laboratorios de las empresas del grupo, además de proyectos en fase de diseño o fase temprana de investigación.

El Doctor Rolando Pérez reconoció la contribución que la industria biofarmaceútica cubana está haciendo en el campo de la ciencia y la innovación para enfrentar la Covid-19  y recordó que esta tiene sus antecedentes en el Polo científico de la biotecnología creado por Fidel Castro en la década del 80 del siglo pasado. Subrayó asimismo, la capacidad de respuesta que ha tenido la industria para enfrentar este problema, basada en el desarrollo científico del país.

En estas instituciones, durante casi cuatro décadas, han sido desarrolladas  tecnologías que permiten contar con la presente cartera de productos para el manejo de la Covid-19. “Y, a partir del estudio del conocimiento que se ha generado en otros países con el enfrentamiento a la patología, han surgido ideas de cómo una parte de esos productos, que ya existen o estaban en fase de investigación clínica, pueden tener un efecto, un impacto contra la enfermedad”.

En el mismo programa televisivo, Gerardo Guillén Nieto, director de Investigaciones Biomédicas del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), informó que el estudio clínico de una vacuna dirigida a estimular la inmunidad innata, la primera línea de defensa del organismo contra las infecciones, está a punto de finalizar.

De esta vacuna —precisó Guillén—, ya se han obtenido resultados. “En el estudio clínico que estamos  haciendo en el Hospital Luis Díaz Soto, de La Habana, se ha logrado demostrar que el preparado estimula las moléculas de la superficie de las células del sistema inmune y las de trasmisión de señales internas del sistema inmune, que están relacionadas con el fortalecimiento de esa respuesta inmune y de esa inmunidad innata. En los vacunados se están expresando varios marcadores de este tipo, lo que para nosotros es realmente una noticia muy importante.

Potenciar esa inmunidad innata en la población en general — y en los propios contagiados, los positivos al virus, para evitar que progresen a la severidad y a la gravedad— es el objetivo de esta vacuna. Porque “el hecho de que la mayoría de la población no se enferme de buena parte de las enfermedades  infecciosas que circulan, se debe precisamente a la inmunidad  innata, que se halla disminuida en grupos más vulnerables como los mayores de 60 y 70 años y en quienes padecen enfermedades crónicas”.

Añadió Guillén Nieto que, además de esta vacuna el CIGB está trabajando en vacunas específicas contra el coronavirus. En esta pandemia, dijo, está ocurriendo algo inédito en el mundo: por primera vez una epidemia se controla a través de  medidas de contención, de aislamiento.

“Esto hace que gran parte de la población susceptible no tenga contacto con el virus. Y, por tanto, no desarrolla anticuerpos ante el microorganismo. Esto es  un reto enorme para el país y para el sistema de salud, porque después siempre puede haber contagios”.

De ahí la importancia de desarrollar vacunas específicas, que son las que a la larga van a resolver el problema, alertó. “En el mundo, hay más de 41 vacunas de este tipo en desarrollo contra el SARS-CoV-2; más de 60 instituciones trabajan en ellas. El CIGB labora en cuatro estrategias diferentes de vacunas específicas contra el coronavirus en diferentes hospederos: en células de mamíferos (con el Centro de Inmunología Molecular), en levaduras, en bacterias. Estas vacunas, demorarán más tiempo, pero serán necesarias en el futuro”.

Acerca del medicamento denominado CIGB 258, también en ensayo clínico en  pacientes en gravedad  y estado crítico, el Doctor Gerardo Guillén se mostró muy optimista.

“El CIGB 258 controla la respuesta de hiperinflamación que conduce a la muerte; consigue regular esa respuesta descontrolada del sistema inmune sin inmunodeprimir a la persona, lo cual es importante porque se sabe que el virus sigue presente incluso después de la mejoría clínica. Además, el medicamento tiene mecanismos  ya identificados, relacionados con el impacto que está teniendo en los pacientes en estados críticos.

“Ha sido usado en el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK) y en el Hospital Luis Díaz Soto, con muy buenos resultados. Varios pacientes han podido ser desconectados de los ventiladores. Según los intensivistas, este es un éxito relevante, porque a partir del momento en que el enfermo tiene que ser intubado, salvarle la vida es más difícil ”.

Informó el científico que se cuenta con el CIGB 258 para dicha indicación, aunque es un estudio en curso, “porque necesitamos acumular evidencia para poder extender su uso”.

El Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología está trabajando en estos momentos en 16 líneas de investigación contra la Covid-19: en la prevención, en  el reforzamiento de la respuesta inmune de la población, en productos para los sospechosos (vacunas, antivirales), en productos para los positivos al SARS-Cov-2, y también para los que están en estados graves y críticos.

Entre estas líneas se hallan los estudios clínicos que ya comienzan, a solicitud del Ministerio de Salud Pública del país, para aplicar el Interferón Alfa 2-B Recombinate en la prevención, tanto por vía nasal como inyectado. También, en los del Factor de Transferencia, para grupos con comorbilidades, más el trabajo en las vacunas.

Guillén Nieto contó cómo hace varias semanas  que los investigadores están trabajando sin descanso, sin horario, dedicados  a hacer todo lo posible para contribuir al combate de esta epidemia.

“Comentaba con mis compañeros que me sentía como en los primeros días del CIGB, cuando Fidel inauguró el Centro y para nosotros significaba un reto enorme. Teníamos  poco más de 20 años, y trabajábamos prácticamente sin ir a la casa en toda la semana. Y ahora estamos esa misma generación que fundó el Centro con los nuevos jóvenes, que igual que nosotros están en los laboratorios, dedicándose  por entero a estas  investigaciones”.

(Foto de portada: Etapa de multiplicación. Proceso de producción del ingrediente farmacéutico activo del Interferón Alfa 2B Recombinante. Planta ubicada en el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), La Habana, Cuba, 19 de marzo de 2020. ACN/Omara García Mederos).

 

[i] Anticuerpo Monoclonal humanizado anti receptor del Factor de Crecimiento Epidérmico, tiene más de 20 años de investigación en el tratamiento del cáncer.

[ii] Los péptidos, al igual que las proteínas, son moléculas formadas por la unión de diferentes aminoácidos. Estos aminoácidos se unen mediante unos enlaces que se llaman peptídicos.

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