Por Arthur González*/Martianos-Hermes-Cubainformación.- Para Estados Unidos no importan los 60 años de fracasos en su guerra económica, comercial y financiera contra Cuba, porque el objetivo perseguido es que el modelo socialista no prospere, ni sea un ejemplo para otros países de la región latinoamericana, como lo afirman analistas del Council on Foreign Relations, en un informe sobre la política de Washington hacia la Isla, donde aseguran:


La oposición de Estados Unidos a la Revolución cubana y el apoyo a la democracia y al desarrollo en este hemisferio, lograron frustrar las ambiciones cubanas de expandir su modelo económico e influencia política”.

En todos sus análisis la CIA llega a conclusiones similares, de ahí que ninguno de los presidentes haya trabajado en su eliminación, incluido Barack Obama, quien a pesar de expresar públicamente que esa política no había dado resultados, incrementó la persecución a la banca extranjera, con el fin de impedir el mejoramiento económico, no aprobó el empleo del dólar y su marcado interés estratégico fue apoyar el trabajo privado, para desmontar el socialismo desde adentro.

El fin que persiguen los yanquis con esa guerra económica y financiera es crear las condiciones para que el pueblo culpe al socialismo de sus penurias y se lance masivamente a las calles para derrocar al gobierno, tal y como hicieron en Europa oriental a través de grupos contrarrevolucionarios entrenados y financiados por la CIA.

Lo que no toman en cuenta los analistas de la Comunidad de Inteligencia yanqui, es que el proceso revolucionario cubano no fue importado, nació precisamente por el fracaso del sistema capitalista que nunca pudo satisfacer las necesidades populares, incrementó una masa de ricos en las clases altas y medias del país, mientras la mayoría del pueblo carecía de los beneficios y derechos que solo alcanzó con la Revolución popular iniciada por Fidel Castro.

No por gusto desde el mismo 1959 Estados Unidos inició planes para asesinarlo, recrudeció sus acciones de guerra económica con el corte de la compra de la cuota azucarera, la venta de petróleo, la negativa a la refinación del adquirido en la URSS y otras medidas que fueron conformando el Bloqueo económico, comercial y financiero total, aprobado por J. F. Kennedy en 1962.

Los planes de terrorismo de estado se sumaron a esa guerra no declarada, para impedir el desarrollo económico cubano, privándolo de la capacidad de producir, unido a la guerra biológica para enfermar la masa ganadera, porcina y aviar, más las plagas introducidas en la agricultura que infestaron cultivos importantes para la alimentación popular, hechos que no menciona la prensa estadounidense y solo hablan de errores de la economía de Cuba.

Esos planes desclasificados y publicados, no tienen divulgación alguna y son la base de los grandes problemas que enfrentan los cubanos, sin desconocer los desatinos internos que se cometen a diario en el manejo económico de la Isla.

El Estimado Nacional de Inteligencia sobre Cuba en el período 1989-1993, aprobado por el Director de la Central de Inteligencia, con recomendaciones y ayuda de la Comunidad de Inteligencia de Estados Unidos, desclasificado en junio del 2001, permite constatar los objetivos que persiguen los yanquis con el Bloqueo, sus errores de apreciación sobre la realidad cubana y los intereses informativos principales para ejecutar sus planes subversivos.

Embriagados por su triunfo en el derrocamiento del socialismo en Europa del Este, soñaron con ver caer la Revolución cubana, de ahí que en aquellos años arrecieron el Bloqueo, tal como repiten hoy, prediciendo que:

Existe una oportunidad mejor que nunca, para que el gobierno de Fidel Castro caiga dentro los próximos pocos años”.  “La economía cubana no se beneficiará de alguna bonanza económica interna, tales como el descubrimiento de un gran depósito de petróleo”. “Hay una directa relación entre graves privaciones económicas y la inestabilidad política”.

Esa inestabilidad política es precisamente la que persigue el Bloqueo, de ahí el amplio financiamiento entregado a los grupúsculos contrarrevolucionarios, la preparación impartida en aquellos años dentro de la Sección de Intereses y la divulgación en la prensa internacional que recibieron, la fabricación de las Damas de Blanco y la orientación a cometer actos provocativos apoyados por ciertas embajadas europeas y las acusaciones contra Cuba ante falsas violaciones de los derechos humanos.

Ninguna de esas patrañas obtuvo éxito, pero como perros hueveros mantienen la misma posición contra la Isla.

Otros tropezones se suman a sus pronósticos con la nueva generación de líderes políticos, cuando en ese Estimado de Inteligencia apuntan:

Los nuevos líderes cubanos estarán pobremente preparados para tratar con los extraordinarios problemas económicos y sociales que enfrentarán”.

La vida se encarga de demostrar cuan errados están sus súper analistas, porque las nuevas generaciones de dirigentes cubanos demuestran sapiencia, dirección colectiva y siempre escuchando las opiniones del pueblo para garantizar la dirección correcta, a pesar del recrudecimiento implacable de la guerra económica y financiera.

La estrategia planteada por la Comunidad de Inteligencia yanqui, es presionar económicamente hasta lograr un alzamiento popular:

“Mientras las condiciones económicas se deterioran, la violencia contra el régimen – la cual hasta ahora ha sido rara – es probable que aumente”.   

De ahí que sus medidas se dirijan siempre a la economía y sus intereses en esa dirección sean primordiales.

En el análisis de ese período aseguran:

“Con los alimentos y el petróleo constituyendo casi los dos tercios de los gastos de importación, sólo varios cientos de millones de dólares estarán disponibles para otras compras en el exterior. Las importaciones de piezas de repuesto para la industria, maquinarias y equipos, cortadas de forma aguda; el transporte de mercancías, los insumos agrícolas y otras mercancías decisivas, minarán más las perspectivas de una recuperación económica”.

Nada ha cambiado y en estos momentos mantienen idéntica estrategia política.

Para tener una idea clara de sus motivos para sostener ese Bloqueo a la economía cubana, están expuesta en dicho documento:

Si Estados Unidos levantara el embargo, unilateralmente o como resultado de negociaciones, Cuba se beneficiaría de las formas siguientes:

Ahorros en precios más bajos y costos de embarque. Entradas aumentadas por el turismo que posiblemente sumaría cientos de millones de dólares. Alguna inversión extranjera adicional y posibles aumentos de las remesas de los emigrados”.

“Algunos analistas de la comunidad de inteligencia consideran que el impacto económico de un fin del embargo de Estados Unidos sería sustancial. Plantean que los beneficios probablemente generarían un crecimiento económico mínimo y aliviarían muchas de las peores carencias y otras presiones que enfrenta el régimen, en gran parte debido a que La Habana ha mostrado una creciente habilidad en sus esfuerzos por producir un alivio económico”.

“Un fin del embargo podría hacer más lento el descenso y produciría algún crecimiento en sectores específicos, tales como el turismo y las industrias manufactureras”.

Aquí está la prueba de su criminal política hacia Cuba, solo por mantener su decisión de ser soberana e independiente, a la que nunca renunciará su pueblo, porque como expresó José Martí:

“Una vez gozada la libertad, no se puede vivir sin ella”

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