Geraldina Colotti - Resumen Latinoamericano / Cubainformación.-  Por iniciativa de la embajada de Venezuela en Suiza, y de las representaciones diplomáticas ante la Oficina de las Naciones Unidas y demás Organismos Internacionales en Ginebra, se realizó una conferencia internacional titulada: «6D – elección de la Asamblea Nacional en Venezuela: democracia en marcha». Haciendo los honores estuvo el embajador César Méndez, un chavista de la primera hora, como su homólogo Jorge Valero.


Los invitados de la conferencia fueron el Ministro de Educación, Aristóbulo Isturiz y el Vicecanciller para las Relaciones con Europa, Yván Gil. Una conferencia dirigida a movimientos, partidos, periodistas europeos y redes de latinoamericanos residentes en Europa, que interactuaron con los invitados sobre el tema de la conferencia.

Un debate lleno de ideas y también de relatos inéditos, como el testimonio de Aristóbulo sobre los días del golpe de Estado contra Hugo Chávez, el 11 de abril de 2002. Entonces, dijo, Chávez optó por entregarse a los golpistas, para salvar a los líderes de la revolución, que así pudieron organizar la resistencia, confiando en la voluntad del pueblo.

Así fue, y Aristóbulo fue el primero en regresar a Miraflores junto con el pueblo vitoreante que, el día 13, había devuelto al presidente electo a su lugar. Valero recordó haber recibido una llamada telefónica de Aristóbulo «desde un sótano»; por la que le informó de la situación y de los planes para repeler las maniobras de los golpistas.

Son elementos importantes para comprender cuántos ataques ha podido resistir el proceso bolivariano en sus veintiún años de vida, y qué tan importante fue el tejido diplomático que realizó Chávez para construir las relaciones sur-sur, que ahora son preciosas frente al criminal bloqueo económico-financiero impuesto por el imperialismo.

Años dedicados a incrementar la conciencia y organización del pueblo. Dos factores determinantes para desplazar al imperialismo y motivar la responsabilidad colectiva incluso en estos tiempos de pandemia. Una feliz alquimia que le ha permitido al gobierno bolivariano actuar de manera concertada con el poder popular, obteniendo excelentes resultados también en la lucha contra la Covid-19.

Tanto Istúriz como Gil enmarcaron el contexto y las fases de transición que llevaron a la construcción del proceso electoral 6D. Un camino que no ha sido fácil, dada la agresividad de la derecha golpista tan apoyada por la administración estadounidense y la Unión Europea, que ha tenido sus ejecutores en el llamado grupo de Lima y en la OEA de Luis Almagro.

Un primer resultado político importante -explicó Aristóbulo- fue haber dividido a la oposición, aislando a las franjas golpistas y convenciendo a la mayoría de los partidos de derecha de que se presentaran a las elecciones. La mediación no fue fácil pero, durante el 2020, el gobierno bolivariano aceptó los principales cambios en el sistema electoral solicitados por la oposición, que derivaron en una ampliación del sistema proporcional y de la oferta política: 107 partidos en la carrera, 14.400 candidatos para 277 escaños parlamentarios, que anteriormente eran 166.

Las nuevas garantías han sido aceptadas por todos los componentes políticos implicados en este proceso electoral, decididos a dar una solución democrática, legal y pacífica a la crisis política e institucional generada, en enero de 2019, por la autoproclamación de Juan Guaidó como «presidente interino» de Venezuela. A pesar de ello, los elementos golpistas no se rinden y deambulan por Europa en busca de más apoyo.

Siguiendo, como siempre, la estela de Estados Unidos, la Unión Europea ha decidido renovar un año más las medidas coercitivas unilaterales impuestas a Venezuela y está a punto de rechazar la elección del 6D. Y, a raíz de lo que ha hecho Italia, el Senado francés recibirá al autoproclamado el 2 de diciembre. Mientras tanto, ni una palabra sobre la masacre cotidiana de líderes sociales y excombatientes de las FARC en Colombia, sobre la represión en Guatemala y sobre la masacre por parte de la policía en Perú, donde se asienta una de las instituciones internacionales artificiales creada contra la Venezuela bolivariana: el Grupo de Lima.

Un aquelarre de malhechores con el que se relaciona la Unión Europea, independientemente de que en Europa haya países que se niegan a ofrecer las famosas garantías en materia de derechos humanos que la UE pretende imponer a otras naciones. Mientras se prepara para ratificar el acuerdo neoliberal con un Mercosur que excluye a la Venezuela socialista, la Unión Europea concluye un lucrativo acuerdo con las fuerzas policiales latinoamericanas, con gobiernos que prefieren dedicar su dinero a la represión. Tras exportar la lawfare, después de exportar grandes firmas de seguridad privada, ahora es el turno de los acuerdos policiales.

Aristóbulo ilustró los esfuerzos que está realizando Venezuela, ante la nueva ola de movimientos populares, para revitalizar el marco de las alianzas solidarias, comenzando por Unasur. Luego respondió algunas preguntas sobre las críticas del Partido Comunista Venezolano: con actitud fraternal, pero también explicando cómo, a la muerte de Chávez, volvieron a presionar las ambiciones de un componente que antes había permanecido a la sombra de la personalidad del Comandante.

¿Y por qué -le preguntaron al ministro- no se detiene finalmente a Guaidó? ¿Por qué no se detuvo a Leopoldo López? Aristóbulo reiteró la línea del gobierno de Nicolás Maduro, que es dejar que se apaguen los incendios, evitando cualquier pretexto que convierta a los victimarios en víctimas.

También se recogieron firmas en Suiza y se enviaron videos para apoyar la iniciativa organizada por la Red Europea de Solidaridad con la Revolución Bolivariana. La petición, disponible en varios idiomas en la plataforma de información multimedia francesa https://www.les2rives.info/petition6d, se llevará a la Unión Europea. Solo en los dos primeros días, se recolectaron casi 2.500 firmas. “Este alineamiento con la política de los halcones de Washington – dice la petición – es una grave señal de abdicación de la política exterior independiente que se venía exhibiendo en numerosos discursos de intención.

Si la Unión Europea apostara verdaderamente a ser un vector de paz en un mundo de turbulencias, no debería sostener la vía de la violencia y de la confrontación en Venezuela.

Por eso le pedimos a la Unión Europea que respete el resultado electoral del próximo 6 de diciembre, y apoye la voluntad democrática de los venezolanos”.

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