Por Arthur González*/Martianos-Hermes-Cubainformación.- Presionado por Estados Unidos, el Parlamento Europeo adopta posiciones coincidentes con las del Departamento de Estado, contra aquellos países que mantienen su soberanía e independencia. Cuba es un ejemplo de esa posición servil.


Recientemente se comprobó en las declaraciones de la belga María Arena, presidenta de la subcomisión de derechos humanos y del español Leopoldo López Gil, quienes pidieron una declaración de la Unión Europea para condenar a Cuba, por la fabricada represión a un grupúsculo contrarrevolucionario, aupado y financiado con dinero yanqui y el respaldo de su embajada en La Habana.

Sin contar con una sola prueba que lo acredite, ambos eurodiputados corrieron a cumplir las instrucciones emitidas por Washington, al exponer sus de “preocupaciones” ante el supuesto hostigamiento e intimidación que enfrentan los miembros del inventado Movimiento San Isidro, imagen que pretenden venderle al mundo y que Cuba desenmascaró mediante la denuncia expuesta en la televisión, para que el pueblo conociera la permanente manipulación mediática construida por los yanquis.

Los cubanos tienen experiencias en esos inventos, como fueron la conocida “huelga” protagonizada por la mercenaria Martha Beatriz Roque y la de Guillermo Coco Fariñas, igualmente denunciadas con imágenes exhibidas en la televisión que probaron sus mentiras.

La realidad es que ese “Movimiento” no tiene ética ni moral, algo evidenciado con sus aptitudes marginales en la vía pública habanera, por las cuales, en Bélgica, España o en Estados Unidos, hubiesen recibido una fuerte respuesta policial.

Sin embargo, esos eurodiputados no condenan ni expresan preocupación por las represiones contra miles de chilenos que reclaman mejoras de vida, como educación, salud y empleos, y omiten condenar al gobierno de Sebastián Piñera. Tampoco muestran pesar por los más de 200 líderes sociales y los cerca de 50 excombatientes de las FARC asesinados en Colombia, las 65 masacres y la decena de jóvenes muertos, a manos de la fuerza pública en las protestas contra ese gobierno, algo que en Cuba no sucede desde que la Revolución derribó a la tiranía de Fulgencio Batista.

Evidentemente la defensa de los derechos humanos tiene un marco preestablecido para la eurodiputada María Arena y solo le interesan aquellos que la maquinaria yanqui construye con noticias falsas. Los reales, como son los muertos chilenos, bolivianos y colombianos, para ella no constituyen violaciones de la Declaración Universal de las Naciones Unidas sobre esos derechos.

El pasado 6 de octubre 2020, el senador colombiano Gustavo Petro solicitó al Parlamento Europeo suspender acuerdos comerciales con Colombia, por no cumplir los Acuerdos de Paz, pero fue rechazado por 541 votos frente a 136.

El panorama colombiano demuestra la ausencia de garantías para quienes hacen oficialmente oposición política al gobierno, situación que no existe en Cuba, a pesar de la construcción por Estados Unidos de un escenario falso, financiado por la USAID y la NED, ambas pantallas de la CIA.

El sitio Wikipedia recoge la creación del grupúsculo San Isidro a partir del decreto N° 349, aprobado por el gobierno cubano a comienzos de diciembre 2018, el cual regula las actividades artísticas y culturales, aunque aún no está en vigor. Varios de los seudo artistas iniciaron provocaciones públicas estimulados desde Miami y aupados por la embajada yanqui en La Habana, entre ellas actos de ultraje a la bandera nacional que no son expresiones de arte, sino actos para desafiar a las autoridades, buscando protagonismo publicitario y dinero.

Sus inventadas huelgas de hambre fueron similares a las de añejos contrarrevolucionarios, shows teatrales para sembrar sentimientos de solidaridad con aquellos que no conocen la historia de Cuba. Los videos que ellos colocaron en las redes sociales desmienten sus “ayunos” y descaracterizan a los protagonistas, pero tal parece que los eurodiputados no se toman el trabajo de buscar los perfiles en Facebook, para conocer a quienes defienden.

Si los vieran, pudieran comprobar el desacato a la autoridad policial, algo impensable en otro país y cómo fue realmente el “desalojo”, sin la menor represión, ni policías armados, solo personal de la salud encargado de trasladarlos a instituciones sanitarias, ante violaciones de las medidas de seguridad establecidas legalmente por la Covid-19.

Contra Colombia, que vive una represión espeluznante, no hay una sola condena, empero, el eurodiputado y portavoz del Grupo Popular Europeo para los asuntos de Derechos Humanos Leopoldo López, padre del opositor y terrorista venezolano, pidió una declaración de la Unión Europea sobre la inventada represión en Cuba, exigiendo que la representación diplomática en la Isla reclame ante el Ministerio de Asuntos Exteriores.

Ante tales exigencias, Alberto Navarro, embajador de Bruselas en La Habana, declaró a Radio Televisión Martí, que la UE sigue de cerca la situación del grupúsculo contrarrevolucionario y se personó en la cancillería cubana para exponer la posición europea.

Las pruebas presentadas por Cuba son contundentes, quizás por esa razón aun la Unión Europea no se ha pronunciado a favor de personas de baja catadura moral, algo que, de ser exhibido por televisoras de sus países, provocaría el rechazo inmediato hacia los “disidentes”.

Se plantea que Estados Unidos presiona fuertemente para que se aprueben sanciones contra Cuba, por las inventadas violaciones de derechos humanos y para ejecutarlo, la oficina del jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, elabora la propuesta de un sistema de sanciones contra violadores de derechos humanos, con el objetivo de penalizar a entidades e individuos con responsabilidad en violaciones de derechos humanos y de otras actuaciones concretas, como genocidio, crímenes contra la humanidad, violencia sexual y delitos contra la libertad de expresión, de creencias y de asociación, actos de represión y otros delitos, similar a la que tienen Estados Unidos y Canadá, la que deberá ser aprobada próximamente por el Consejo de Exteriores de la Unión Europea.

De aprobarse, Colombia, Chile, Guatemala, Brasil y otros más, tendrán que ser sancionados antes que hacerlo con Cuba, a pesar de las campañas mediáticas que se fabrican contra la Revolución para satanizarla, como parte de esa guerra psicológica diseñada por la CIA desde 1959, calificada por el entonces presidente de Estados Unidos Dwight Eisenhower:

“A los medios que vamos a emplear para extender nuestra verdad, se les suele llamar guerra psicológica, que es la lucha por ganar las mentes y las voluntades de los hombres”.

 

Sabio fue José Martí al afirmar:

“No se opina con la fantasía ni con el deseo”

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