Por Arthur González*/Martianos-Hermes-Cubainformación.- Hay ciertos españoles que parece no conocer la historia del pueblo cubano y su estoicismo frente al reino de España en el siglo XIX y ante la criminal guerra económica, comercial, financiera y biológica desarrollada por Estados Unidos desde 1959 y por eso asumen posiciones a favor del imperialismo yanqui.

Entre esos están José María Aznar, premiado en Miami por su política anticubana, Esperanza Aguirre, Isabel Díaz Ayuso, actual presidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid, Fernando Adolfo Gutiérrez Díaz de Otazu, diputado del Partido Popular y varios eurodiputados como Joseph Borrell y Leopoldo López Gil, quienes siempre están prestos a sumarse a las campañas de mentiras fabricadas por Washington, en su viejo deseo de falsear la realidad cubana y satanizar a la Revolución.

La más reciente acción subversiva es el engendro San Isidro, grupúsculo que demuestra la baja catadura moral de sus exiguos integrantes, respaldados por el Departamento de Estado y seguido por los sirvientes que reciben órdenes de sumarse a la campaña.

En Cuba existe un pueblo unido, con cultura política que sabe perfectamente la estrategia yanqui y rechaza la injerencia en sus asuntos internos, condena la guerra económica, el terrorismo de estado ejecutado por Estados Unidos y sus programas subversivos para destruir el socialismo que tanto odio causa en la Casa Blanca.

Recientemente, Isabel Díaz Ayuso se pronunció sobre “la falta de libertades que se viven en Cuba a la hora de ejercer el periodismo independiente”, que como se sabe es diseñado y financiado por la CIA, a través de sus organizaciones pantallas la USAID y la NED.

A pesar de la cruzada mediática, en la Isla no hay un solo periodista desaparecido ni asesinado, como ocurre en muchos países, pero ante eso ninguno de los que apoyan las mentiras anticubanas alzan su voz para condenarlos, prueba de su doble moral y la defensa de los derechos humanos en ropa interior.

Sería interesante observar a esos funcionarios españoles compartiendo con la bajeza y ausencia de educación formal de los miembros del grupúsculo contrarrevolucionarios que defienden, entonces conocerían quienes son y la carencia de valores éticos, dándose cuenta que en realidad no representan al pueblo de Cuba y solo actúan por dinero.

¿Por qué razones Isabel, Fernando Adolfo y Joseph no acusan al presidente de Colombia, Iván Duque, por los crímenes que comete contra los líderes sociales y permite las masacres de campesinos y ex miembros de las FARC, e incumple los acuerdos de paz?

¿No es acaso una violación total de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU, las 343 personas asesinadas durante el 2020 en Colombia y las 83 masacres de campesinos?

Hasta la fecha se registran 246 asesinatos entre los firmantes del acuerdo de paz, 291 de líderes sociales y defensores de los derechos humanos por grupos paramilitares, entre ellos 131 mujeres asesinadas por solamente por su liderazgo social y defender los derechos de sus conciudadanos.

Por supuesto que los mencionados españoles tienen que sumarse al guion escrito por el Departamento de Estado, el cual repiten como papagayos de que “Cuba acosa y la vigila” a los llamados opositores, fabricados y pagados con parte del millón de dólares, aprobados por el Consejo de Seguridad para sus actos provocativos y subvencionar la propaganda contra la Revolución.

No hay una sola denuncia contra Colombia por tanta sangre inocente derramada por el congresista Mario Díaz-Balart, el senador Marco Rubio, ni Mike Pompeo, secretario de Estado, tampoco de Michael Kozak, uno de sus subsecretarios, ni califican al gobierno de Duque de dictadura, como llama a Cuba.

Para ellos los líderes sociales asesinados no son opositores ni disidentes que defienden sus vidas, con esos muertos no se fabrican campañas, pues viven en un país capitalista donde no importa si carecen de un sistema de salud igualitario y gratuito para todos, como el cubano, o si los niños asisten a la escuela, reciben una adecuada alimentación y el cuidado necesario para su formación, según establecen los organismos internacionales.

El silencio del llamado Observatorio Cubano de Derechos Humanos asentado en España, financiado con dinero de la NED según datos oficiales, es preocupante. Yaxys Cires, su director de estrategia, se reúne con los eurodiputados para condenar a La Habana, pero no jamás menciona los crímenes en Colombia, la salvaje represión en Chile, los asesinatos en Bolivia durante el golpe militar contra Evo Morales y tal parece un ciclope que solo posee un ojo con la mirada fija en Cuba, donde nunca se han producido hechos similares.

Esos críticos no dicen que España es hoy un país más pobre y desigual que un año atrás, sus miles de muertos por la pandemia de la Covid-19, debido al pésimo sistema de salud, deteriorado por la mala política de sus gobiernos. Tampoco miran la pobreza que sufren, donde según cifras oficiales, uno de cada tres niños la padecen.

¿No les preocupa a esos diputados lo que sucede en su país?

Hoy España posee más de 3,85 millones de desempleados y vive en un estado de desesperación inaudito, algo que deberían discutir esos “preocupados” por un grupito de cubanos pagados por los yanquis.

La desigualdad salarial en España tiene la cifra más alta de la UE y aumenta hasta el 36,1 %, tal situación es mayor en las mujeres que en los hombres, con un 14,9 % frente a un 11,3 % en las féminas.

Para colmo, el diario El País, acaba de divulgar:

“La Iglesia vende 14 edificios en el centro de Madrid y sus inquilinos a la calle, son más de 200 hogares repartidos en 14 inmuebles en el centro de Madrid”.

Estas y otras cuestiones que afectan a la población española, parece no importarles a quienes atacan a Cuba en vez de ocuparse de los graves asuntos de su sociedad desigual e injusta, a pesar de que la presidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid percibe un salario por su cargo.

Así actúan los servidores del imperio yanqui, pues como los calificó José Martí:

“Los lacayos se alquilan al señor de más lujo y poder”.